pamplona - Tras unos resultados magníficos en 2015, Podemos Navarra fue una pieza clave para propiciar un cambio de Gobierno de la mano de Geroa Bai, EH Bildu e I-E. Y ahora, después de que las elecciones forales del domingo 26 de mayo les hayan retirado 30.000 apoyos y cinco escaños, la formación morada cree que su modesta aportación (con 2 asientos de 50) tiene que servir para evitar a toda costa que la derecha de UPN, PP y Ciudadanos, dentro de la plataforma Navarra Suma, alcance el Ejecutivo foral.

Es lo que más claro tiene el partido liderado por Eduardo Santos, que ayer convocó a su consejo ciudadano (el equivalente a la ejecutiva) para empezar a pensar los pasos que, a partir de ahora, van a tomar de cara a una investidura a la que posiblemente aspire María Chivite, después de que el PSN (segunda fuerza con 11 escaños) esté en posición de liderar un gobierno progresista con Geroa Bai, Podemos e I-E.

Por eso, en Podemos sienten que el debate no es tanto si apoyarán o no a Chivite en una posible investidura. Ese es, casi, un escenario superado. Primero porque lo contrario acercaría la posibilidad de que Esparza alcanzase el poder. Y segundo porque la tercera fuerza, Geroa Bai, ya ha dejado claro que apuesta por un “gobierno de coalición” con el PSN.

apoyar sí, ¿pero cómo? La duda está en qué papel tiene que desempeñar Podemos en esa alianza, y eso es de lo que se empezó a hablar ayer. Con paciencia, conscientes de que será un verano largo y de que no liderarán las conversaciones en ningún momento. Pero sí que hay, al menos, dos visiones de cómo tiene que concederse ese apoyo. La teoría a priori con más apoyos aboga por que Podemos no sólo apoye la investidura de Chivite, sino que también reclame cierto protagonismo en el Ejecutivo. ¿De qué forma? Ese es el debate. Pero en Podemos entienden que quizá sea el momento de intentar entrar en el Gobierno e influir desde dentro. Sí, Podemos tiene 2 escaños, una fuerza mínima. Pero son dos apoyos imprescindibles para Chivite, que con la formación morada sumaría 22 escaños (PSN 11; Geroa Bai 9; Podemos 2) y se impondría a los 20 votos en contra de Navarra Suma en un escenario en el que los 7 escaños de EH Bildu optan por la abstención. Por eso, entienden que tendrían cierta legitimidad para reclamar presencia propia.

La otra corriente aboga por meditar muy mucho si merece la pena formar parte del Ejecutivo, si no sería más conveniente apoyar desde fuera y tener vía libre para hacer política desde el Parlamento, donde tendrían más libertad para criticar el programa de Gobierno de Chivite. Es otra posibilidad, no necesariamente enfrentada con la primera corriente, y que estará encima de la mesa a la hora de fijar la hoja de ruta que seguirá el partido.

En cualquier caso, a Podemos le toca esperar. Son conscientes de que nunca llevarán la voz cantante en las negociaciones, a las que Eduardo Santos ya ha dicho que irán con amplitud de miras y dispuestos a escuchar. De momento, María Chivite no se reunirá con ellos hasta el próximo jueves, después de Geroa Bai.