pamplona - Los Servicios Penitenciarios de la Generalitat tienen en su mano conceder desde el próximo mes de enero los primeros beneficios penitenciarios a Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, condenados a nueve años de prisión por el Tribunal Supremo. Oriol Junqueras, que es quien tiene la condena más alta -13 años-, podrá acceder a estos permisos a partir de enero de 2021.

A los condenados a entre 13 y nueve años de prisión hay que descontarles el tiempo que llevan en prisión preventiva, desde el 16 de octubre de 2017 en el caso de los Jordis y desde el 2 de noviembre de ese año para el resto de penados.

De esta forma, Junqueras puede tener los primeros beneficios aproximadamente en enero de 2021; Jordi Turull, Raül Romeva y Dolors Bassa, en noviembre de 2020; Carme Forcadell, en julio de 2020; Joaquim Forn y Josep Rull, en mayo de 2020; y Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, en enero de 2020.

Al encontrarse los nueve presos en cárceles de Catalunya, serán los Servicios Penitenciarios dependientes de la Consejería de Justicia de la Generalitat los encargados de validar las propuestas individualizadas que hagan las juntas de tratamiento, que se rigen por la misma ley orgánica y régimen penitenciario que en el conjunto del Estado.

sin periodo de seguridad El Tribunal Supremo ha rechazado aplicar a los condenados el artículo 36.2 del Código Penal, que supondría que tengan que cumplir la mitad de la pena impuesta para poder acceder al tercer grado, como solicitó la Fiscalía durante su exposición de conclusiones finales en el juicio.

Según las fuentes consultadas por la agencia Europa Press, tal negativa valida a la Generalitat tanto a conceder el primer permiso penitenciario una vez completada la cuarta parte de la condena como a clasificar directamente con un tercer grado -régimen de semilibertad- a los penados, “sin límite temporal ninguno ni tener que ser clasificados antes en segundo grado”.

La Fiscalía puede recurrir ante el juez de Vigilancia los beneficios penitenciarios que se concedan a los presos, pero el recurso en sí mismo no paraliza su concesión hasta que no haya nueva resolución judicial, como ocurrió, por ejemplo, con el tercer grado de Oriol Pujol. El Tribunal Supremo explica al rechazar el artículo 36.2 que, una vez que los condenados han sido inhabilitados no existe riesgo de que vuelvan a cometer el mismo delito.

Los servicios penitenciarios no tienen limitación, más allá del régimen penitenciario y la ley orgánica, para aplicar diferentes posibilidades para hacer efectivo un régimen de semilibertad por la concesión del tercer grado, que va desde la salida de prisión durante el día a disponer de una pulsera telemática para cumplir la condena desde tu domicilio.

36 días mínimo Si se opta por la clasificación en tercer grado, el preso puede disponer de permisos un máximo de 48 días al año. Si la clasificación inicial es en segundo grado, esta cifra se reduce hasta los 36 días de máximo al año. Los días se reparten en bloques que no pueden superar los siete días seguidos.

También existen posibilidades para flexibilizar la situación en prisión en aplicación de los artículos 100.2 (que mezcla ventajas del tercer grado aun estando clasificado en segundo grado) y 117, que fue el que se aplicó a Iñaki Urdangarin para abandonar dos veces a la semana la prisión en lo que se conoce como salidas tratamentales en Organizaciones No Gubernamentales o centros adscritos.- Europa Press

Primer permiso al cumplirse la cuarta parte de la condena. La Fiscalía solicitó que se aplicara el artículo 36.2 del Código Penal para que los condenados tuvieran que cumplir al menos la mitad de la pena impuesta para poder disfrutar del tercer grado. El Tribunal Supremo ha rechazado esa petición, lo que permite a la Generalitat otorgar el primer permiso penitenciario con la cuarta parte de la condena de prisión satisfecha.

La opción de cumplir condena en el propio domicilio.

Los servicios penitenciarios pueden aplicar distintas alternativas para hace efectivo un régimen de semilibertad. Entre las opciones se incluye la salida de prisión durante el día pero también disponer de una pulsera telemática para poder cumplir la condena en el propio domicilio.