Pamplona - "Es una foto terrible", denunciaba esta semana el líder del PP, Pablo Casado, tras la reunión en Madrid entre representantes del PSOE y del EH Bildu. "Es la foto de la vergüenza", enfatizaba Javier Esparza tras el encuentro entre la presidenta María Chivite y los parlamentarios Adolfo Araiz y Bakartxo Ruiz. "UPN jamás negoció con Bildu ni con sus franquicias", garantiza Miguel Sanz. Cada argumento, cada exabrupto, supera con creces el anterior en una sobreactuación que nada tiene que ver con cuestiones éticas o políticas. Es aritmética.

Porque si el PSOE en Madrid y el PSN en Navarra deciden abrir cauces de diálogo y acuerdo con los partidos a su izquierda, incluyendo a fuerzas soberanistas como ERC o EH Bildu, el juego de mayorías se complica mucho para la derecha, que nunca en Navarra, salvo en la etapa de la ilegalización de Batasuna, ha logrado mayoría absoluta.

Un contexto que explica la gravedad de algunas palabras, que no lo fueron tanto cuando eran los Gobiernos de UPN o del PP quienes negociaban con la izquierda abertzale e, incluso, con ETA. Es el contexto de un debate agrio y crispado que trata de ocultar una normalización del diálogo para hablar y pactar cuestiones tan ordinarias, y a la vez tan importantes, como la política fiscal y presupuestaria. Y que abre un nuevo ciclo político en Navarra. - I.F.