El Gobierno de Navarra ha consolidado la inversión presupuestaria extraordinaria con la que el pasado año tuvo que hacer frente a la pandemia. En lo que va de año, el Ejecutivo foral ha gastado 2.400 millones, 100 más que en el mismo periodo de 2020. Todo apunta además que el nivel de inversión se mantendrá también el próximo ejercicio, que Hacienda ha empezado a elaborar ahora, y cuyo techo de gasto podría superar el de 2021.

Entre enero y julio de este año el gasto público no financiero -excluida la refinanciación de la deuda, de efecto presupuestario neutro- creció un 4%, dentro del margen fijado en las cuentas públicas para todo el ejercicio. Se han mantenido así las principales partidas reforzadas durante el pasado año para hacer frente a la pandemia, sobre todo en los departamentos de Salud y Educación, los que mayor volumen de inversión han requerido.

El gasto sanitario ha crecido un 7,7%, hasta los casi 700 millones, lo que supone 50 millones más que en 2020, y la mitad de todo el incremento acumulado por el Gobierno foral. En el ámbito educativo el aumento ha sido porcentualmente mayor (10%), 38 millones más.

También se ha dado un aumento importante en otras áreas, aunque con menor impacto económico. Es el caso de Ordenación del Territorio (35%), Relaciones Ciudadanas (22%) o Cultura (19%), En cambio, se ha reducido ligeramente la inversión en el Departamento de Desarrollo Económico (-4%), que a estas alturas del año había gastado dos millones más.

El mayor esfuerzo presupuestario se centra en cualquier caso en personal, que entre enero y julio ha crecido un 7,6%. Son 63 millones más, hasta alcanzar los 886 millones, el 37% de todo el gasto no financiero. Dicho de otra forma, de cada tres euros que gasta el Gobierno de Navarra, uno y pico se destinan a las nóminas de los empleados públicos.

Este aumento se explica fundamentalmente en el mayor número de contrataciones que han sido necesarias para hacer frente a la pandemia en sanidad y educación. También han crecido ligeramente las inversiones (un 8%), aunque apenas suponen cuatro millones más en lo que va de ejercicio. El resto de capítulos se mantiene en cifras similares.

La previsión para 2022

Es la situación presupuestaria que servirá de base para la elaboración de las cuentas públicas de 2022 que a partir de ahora deberán elaborar los distintos departamentos, una vez Hacienda fije el techo definitivo para el año que viene. Pero no se esperan cambios importantes. La pandemia sigue requiriendo un esfuerzo financiero adicional -el curso escolar que arranca ahora mantiene la previsión de gasto para el año que viene-, y la situación financiera es lo suficientemente holgada como para esquivar posibles ajustes del gasto.

Los límites de déficit se mantienen flexibles también para el próximo año, por lo que el Gobierno foral podrá recurrir nuevamente al endeudamiento si resulta necesario. La recaudación en cualquier caso ha ofrecido buenas cifras también en julio -el dato de agosto será muy relevante para confirmar la tendencia de recuperación económica- y la perspectiva de crecimiento dotará de mayor colchón a la Hacienda foral.

Queda por confirmar además la llegada de los fondos europeos y su impacto en el presupuesto del año 2022. La mayor parte de las ayudas las gestionará directamente el Gobierno central, pero algunas recaerán sobre los distintos departamentos del Gobierno de Navarra, que deberán empezar a ejecutarlas en los próximos meses. Es muy posible por lo tanto que los fondos europeos tengan también reflejo importante en las cuentas públicas a modo de inversión, elevando la cifra final a un nuevo máximo histórico con el que el Gobierno de Navarra confía en fortalecer una recuperación económica que apunta en alza, pero que tiene por delante todavía muchas incertidumbres.

Más deuda, pero más barata

El pasado 31 de marzo la Hacienda Foral emitió 150 millones de nueva deuda pública, a un interés del 0,25% y con un vencimiento de 10 años. Lo que, según datos del Bando de España, eleva el endeudamiento de la Comunidad Foral hasta los 3.751 millones.

No obstante, el contexto actual de bajos tipos de interés, junto a una buena situación de la Tesorería, ha permitido que en el mes de junio se procediera a la amortización anticipada de préstamos, por importe de 125 millones, y que en el pasado mes de julio se formalizara la novación, a un tipo más bajo, de un préstamo de 200 millones de euros.

El ahorro conjunto de ambas operaciones en costes financieros será de 11,7 millones de euros. Hacienda cuenta además con un importante colchón financiero del ejercicio anterior, dado que la mejora de la recaudación hizo innecesario gastar toda la deuda emitida durante 2020.