nalizamos con dos profesionales de la información, Ferran Casas y Mònica Terribas, cuatro patas sobre las que se sostiene y a la vez cojea la mesa de diálogo iniciada esta semana por Pedro Sánchez y Pere Aragonès.

Clave 1

Necesidades mutuas

Tanto Casas como Terribas coinciden en señalar que a ambas partes les interesa el diálogo de cara a cargarse respectivamente de razones y explorar vías de entendimiento.

Clave 2

Estrategias confluyentes

Casas y Terribas también coinciden en que ambos gobiernos se van a manejar con tiento porque precisan de tiempo. "Ni al independentismo ni al Gobierno de España les interesa ahora poner sobre la mesa una solución inmediata", señala Terribas, por el "miedo" de unos y otros a una victoria de PP y Vox en 2023. Año que traerá también elecciones Municipales, un test importante para todos. Casas recuerda que ese mismo margen de 2023 es el que se dieron Esquerra Republicana y la CUP en su acuerdo.

Clave 3

Riesgos mutuos

Unas posiciones de fondo tan alejadas refuerzan la percepción de que el ritmo de las conversaciones será lento. Pero una cronificación del bloqueo traería dificultades a todos. Terribas subraya el problema que supone para el Estado en su imagen internacional. Al independentismo, la parte más débil del conflicto, el fracaso del diálogo le abocaría, predice Casas, a unas nuevas elecciones. Este periodista incide en el papel del Constitucional para echar por tierra un posible nuevo Estatut.

Clave 4

División entre ERC y Junts

ERC obtuvo un escaño más que Junts en las elecciones de febrero y lidera ahora el Govern. La falta de una hegemonía clara dificulta la cohesión. El riesgo de fractura irreversible acecha ante una cuestión capital. "Si en el punto principal de la legislatura las posiciones están alejadas, tiene muy poco sentido que siga esta coalición de gobierno", afirma Casas. Tanto él como Terribas responsabilizan al independentismo de su división. Y ambos creen que debe saber extraer la necesidad de unidad.