madrid - Un 52% de los hogares en los que hay, al menos, una persona trabajando no está exento de tener alguna problemática que pueda terminar en la exclusión social, situación que afecta al 12,3% de la población trabajadora, según el Dossier Foessa, elaborado por Cáritas. Así lo manifestó ayer Francisco Lorenzo, director del Área de Acción Social de la oenegé en la presentación del avance del Dossier sobre La vulneración del Derecho al Trabajo Decente: Empleo y Exclusión Social, que verá la luz en su totalidad el próximo junio.

Según este VIII Dossier, las mayores tasas de pobreza y exclusión se siguen concentrando en el colectivo de personas desempleadas, con un 46%, del que un 25,9% está en exclusión severa, y el 17,2% en pobreza severa.

A juicio de Cáritas, el hecho de no contar con un empleo multiplica por 2,5 el riesgo de caer en situaciones de exclusión y en 3 el de caer en la pobreza severa.

Pero, advirtió, Lorenzo “tener trabajo no supone un escudo para blindar a las familias de los problemas sociales” y un 52% de los hogares con una persona empleada podría caer en situación de exclusión social si “tuvieran algún revés, como podría ser el hecho de quedarse en paro”.

“Frente a la integración plena y sin problemas en la que se encuentra el 48% de los hogares con empleo”, señala el responsable de Cáritas, un 12,3% de los población activa está en situación de exclusión y un 2,1% en pobreza severa.

Además, los hogares en los que la sustentadora principal es una mujer son más sensibles a las situaciones de exclusión, especialmente a la categoría de severa, con un porcentaje del 6,7% y que supera en un 70% a las tasas registradas entre los hogares cuyo sustentador principal es un hombre, con un 4%.

jornada parcial indeseada La jornada parcial indeseada es uno de los motores que arrastra a la exclusión social, que afecta a un 32,8% de los empleados con este tipo de contrato, y que en el caso de pobreza severa es del 7,7%.

Cáritas ha detallado que un 51,7% de los encuestados ha asegurado que no ha tenido opción de encontrar un trabajo a jornada completa.

También la temporalidad es otro factor que empuja a la exclusión (23,6%, frente al 9,5% de los que tienen trabajo indefinido), lo que, según la oenegé, implica que multiplica por 2,5 el riesgo de caer en esta situación.

Lorenzo, que insistió en que “acceder al mercado laboral no garantiza una vida digna”, reveló que los empleos que más dificultan la integración social son de los sectores de la agricultura, hostelería y empleo doméstico, en los que se registran numerosas vulneraciones de horarios, de jornada laboral, de remuneración o de derechos fundamentales, así como incumplimiento de la legislación.

Cáritas presentó también ayer el informe Economía y Personas sobre el Programa de empleo que desarrolló en 2018, que permitió a 13.545 participantes a acceder a un empleo, de los 72.165 implicados en él.

Esto quiere decir que una de cada cinco personas que pidieron ayuda a esta institución de la Iglesia consiguieron el año pasado volver al mercado laboral. Para la secretaria general de Cáritas, Natalia Peiro, estas cifras demuestran “que es posible desarrollar estrategias de éxito con las personas en situación más vulnerables en un entorno caracterizado por la precariedad y la temporalidad”.

una inversión de 1.833 euros Lorenzo destacó que lograr que una persona acceda a un empleo supone una inversión de 1.833 euros, que, “posteriormente se recupera en consumo o impuestos”, por lo que demandó a las administraciones públicas “más implicación para invertir en iniciativas que en el corto y medio plazo van a suponer un ahorro”.

Con un volumen total de actividad económica cercano a los 74 millones de euros, el Programa de la ONG desarrolló 939 acciones formativas, en las que participaron 14.627 personas e impulsó y se 67 iniciativas de economía social (10 más que en 2017), que suponen 1.538 puestos de trabajo.

Una de las participantes en este Programa fue la ecuatoriana Marieta Guerrero, de 29 años y con tres hijos a su cargo, que, emocionada, agradeció a Cáritas el apoyo cuando perdió su trabajo de cuidadora de un anciano y se quedó en la calle.

Después de llevar 28 años en España, Guerrero, ha seguido un curso de limpieza y desde hace un mes tiene un trabajo con el que espera poder afrontar “una vida estable”.- Efe/D.N.

f. lorenzo “tener trabajo no supone un escudo”

El director del Área Social de Cáritas, Francisco Lorenzo, advirtió ayer de que “tener trabajo no supone un escudo para blindar a las familias de los problemas sociales”. Por ello resalta que el 52% de los hogares con una persona empleada podría caer en situación de exclusión social si “tuviera algún revés, como podría ser el hecho de quedarse en paro”.