loiti - Loiti, que fue lugar de horror y de muerte, es desde ayer lugar de memoria, memoria histórica de Navarra y recuerdo permanente con la inauguración del conjunto escultórico Loiti Ixilpeko Herria/Loiti Cementerio Clandestino, una iniciativa organizada por el Ayuntamiento de Sangüesa como cabeza de la Merindad, en la que han participado Ayuntamientos de sus pueblos de donde procedían los asesinados enterrados en el paraje con la colaboración del Gobierno de Navarra y todas las asociaciones memorialistas.

Los ayuntamientos de Sangüesa, Burlada, Cáseda, Andosilla, Cárcar, Urraúl Bajo, Aibar, Isaba, Sos del Rey Católico, vecinos y amigos arroparon a los familiares en un acto, que reunió a centenares de personas, cargado de emotividad, como todos los que envuelven a los días en los que se verbaliza el horror y el sufrimiento que padecieron en silencio durante décadas por el asesinato de sus seres queridos

Ese horror “todavía nos interroga”, recalcó el alcalde de Sangüesa, Ángel Navallas, en el lugar que fue el último destino de sus vidas truncadas cruelmente de al menos 68 personas en cuyo recuerdo se levanta el memorial construido por Mikel Iriarte. Este ha sido posible gracias a todos los Ayuntamientos citados que respondieron favorablemente, excepto el de Lumbier, como recalcó Navallas. El alcalde de Sangüesa agradeció a entidades, asociaciones y trabajadores municipales esmerados para la inauguración.

Por su parte, José Miguel Gastón, director del Instituto Navarro de la Memoria, compartió el momento en que expresó el compromiso del Gobierno con las víctimas de la masacre del 36, su labor de recuperación que ha permitido recuperar 86 cuerpos e identificar a 23 de ellos.

Puso de relieve el trabajo de investigación de David Maruri, la obra de Mikel Iriarte, “ que expresa de forma tan hermosa emociones y sentimientos”, agradeció a los familiares por mantener viva la llama de la memoria y animó a continuar en el camino.

digno enterramiento Con la obra de Mikel Iriarte, salen a la luz los enterramientos de Loiti y el cementerio deja de ser clandestino por medio de su monumento megalítico: el dolmen de la verdad, justicia y reparación, y el cromlech, una piedra por cada fosa, en total seis, que recuerda a los antiguos lugares donde los antepasados honraban a sus muertos en sitios elevados con hermosas vistas, según explicó el propio autor.

Emilia Salvatierra, hija de Emilio Salvatierra, de Andosilla; Ana Iciz, bisnieta de Javier Iciz, de Aibar; Pilar Marco, nieta de Liborio Marco, de Sangüesa; María Jesús Pérez, Alicia Medrano y Nerea Layana, hija, nieta y bisnieta de Jesús Pérez Ayape, de Gallipienzo, y Celia Larriqueta, nieta de Félix Larriqueta, de Sangüesa, dieron voz al doloroso recuerdo de las familias cuyas profundas heridas aún no se han cerrado. Criticaron la falta de apoyo institucional en décadas, de justicia y la impunidad del franquismo. “Sin justicia la reparación no será posible”, lamentaron al tiempo que agradecieron la sensibilidad y la labor de este Gobierno con su causa.

La música y la danza también honraron la memoria de los asesinados. Rocamador Dantza Taldea, de Sangüesa, bailó Jota Vieja y Aurresku; la Irunberriko Txaranga interpretó Agur Jaunak y La Chaparrita, junto a las emocionantes y populares canciones de Fermín Balentzia, Maravillas y El Alto de Loiti. Lágrimas y claveles rojos por los fusilados cuyos nombres sonaron bajo un cielo azul, sobre las vertientes donde desaparecieron asesinados en el terror de 1936.