Madrid - La batalla judicial en torno al mantenimiento con vida del tetrapléjico francés Vincent Lambert dio ayer un nuevo giro, que puede ser definitivo, con la decisión del Tribunal Supremo de cerrar por completo la posibilidad de nuevos recursos.

Con su dictamen, la máxima instancia judicial de Francia declaró incompetente al Tribunal de Apelación, que frenó ese proceso el pasado 20 de mayo, horas después de que el hospital de Reims iniciara el protocolo para detener su alimentación e hidratación artificiales. “Ya no hay más recursos posibles”, dijo satisfecho ante la prensa el abogado de la esposa de Lambert, Patrice Spinosi, tras un fallo que de forma indirecta autoriza a que los médicos paren los cuidados a Lambert, un antiguo enfermero de 42 años.

Esta batalla legal se ha convertido en un símbolo en torno al cual se articula el debate sobre la muerte digna en Francia y mantiene enfrentada a su familia con dos bandos claros: el de los padres, fervientes católicos que luchan porque siga conectado, y el de su mujer y tutora legal, Rachel Lambert, contraria al ensañamiento terapéutico. La falta de testamento vital está en el origen de un enfrentamiento que no ha cesado con el dictamen del Supremo. - Efe