pamplona - La dirección del colegio de Salesianos de Pamplona advirtió en los años 60 a un grupo de alumnos de entre 11 y 12 años del comportamiento sospechoso de un cura y docente del centro, Manuel Ivorra, apodado El Topi, que recientemente ha sido denunciado en este periódico y ante el Arzobispado, por el comportamiento pedófilo que manifestó con al menos dos estudiantes. Sin embargo, a pesar del conocimiento existente ya entonces de algunos de esos abusos y tocamientos, El Topi prosiguió su vida docente en Salesianos durante cuatro décadas hasta que acabó falleciendo en 1995.

Ahora, otro exalumno del centro afirma a este medio que el actuar irregular de Ivorra, que fue durante décadas responsable del servicio nocturno de Salesianos en Pamplona, ya fue en cierto modo advertido por el responsable del colegio en aquellos años (1960), Pablo Baraut, que reunió en su despacho uno por uno a los alumnos de entre 11 y 12 años y les formuló preguntas directas acerca de si habían observado o sufrido alguna actuación extraña por parte del sacerdote. “El director se puso serio y me preguntó si Ivorra había hecho algo que me hubiera parecido mal. Entonces, pensé, ya sé por dónde va, porque ya había visto que ese hombre no se comportaba con normalidad con unos niños como éramos entonces”. En este contexto, este exalumno, que no sufrió abusos directamente, le respondió al director que no le gustaba nada que el sacerdote le rozara, le frotara la espalda y le diera besos mientras se confesaba, y que por eso optó por no confesarse más con él. “Entonces, la respuesta del director me dejó helado. Me dijo que tuviera cuidado con Ivorra porque tenía una enfermedad. Luego, con el tiempo, me he dado cuenta de que esa respuesta fue muy mala, muy inapropiada, porque, en lugar de alejarle a él de nosotros, trataban de que los alumnos no nos arrimáramos a él. Creo que lo suyo hubiera sido que le hubieran retirado de allí, que le hubieran apartado. Obrando así el director lo único que hacía era protegerle”. Además de no actuar frente a las actuaciones pedófilas de este religioso, el exalumno de Salesianos apunta que Baraut, tras el encuentro que mantuvo individualmente con los alumnos, les pidió que “lo comentado se quedara en el despacho, que no lo hablara con nadie, y, claro, viniendo de una autoridad como era el director ya te mete ese miedo”.

El exalumno que ofrece este testimonio, de 71 años y que estudió nueve de ellos en Salesianos hasta llegar a completar la rama de Electricidad de la Oficialía Industrial, no recuerda que Ivorra dejara de lado su comportamiento inapropiado hacia los alumnos tras la reunión que estos últimos mantuvieron con el director del centro, pero sí admite que esa experiencia tuvo gran impacto en él e hizo que se alejara tanto de El Topi como de la religión: “A raíz de aquello me convertí en ateo total. De alguna manera me sentí engañado, no entiendo cómo pudieron defenderlo y mantenerlo en Salesianos hasta el final sabiendo lo que sabían. Por aquel entonces éramos muy infantiles y lo que decían los curas iba a misa. A mí no me gustaba ese entorno, pero hasta que no creces y empiezas a pensar por ti mismo es un tema muy difícil de encauzar”.

Todavía hoy, 60 años después de haber vivido aquel episodio que lo marcaría de alguna manera su devenir, este exalumno lamenta que los actos deplorables de Ivorra quedaran impunes: “Es una pena porque aquel tío se merecía algún castigo. Por entonces los curas decidían lo que se podía hacer o no, se aprovechaban de ese poder, y por eso abusaban con total libertad”.