pamplona - Ronaldo Dias Camargo, presunto autor material del crimen y sobrino de la viuda, también acusada, pasó 6 meses en prisión -lleva encarcelado desde el 11 de noviembre de 2016- hasta que prestó su primera declaración. En la sesión de ayer ofreció un testimonio lleno de vacíos e incoherencias en el que contó que viajó desde Madrid -donde vivía- a Tudela con el único fin de conocer al hijo recién nacido de su tía y la víctima (aunque a su jefe le dijera en un mensaje que tenía un problema urgente que solventar, él alega ahora que se lo dijo como excusa). El encausado explicó que la noche de su muerte Yanza llegó a casa alterado y que la tomó con su mujer. Ronaldo lo separó de su tía agarrándole “de las muñecas”, no del cuello, dijo ayer. “Y ahí Wilson se calmó e Irene nos dijo a mi hermana y a mí que saliéramos de la habitación, que había sido un calentón. Se puso bravísima”. Pasada una hora, Ronaldo y Rozilene acudieron a la habitación donde vieron a Yanza tumbado. El acusado sostuvo que entonces no sabía que la víctima hubiera muerto, que pensaba que solo se había desmayado, pero que no llamó al médico o la Policía por temor. “Mi tía amenazaba a mi hermana y decía que si llamaba a alguien me iba a culpar a mí, y la iban a creer por ser yo el único hombre de la casa. Dijo que nos teníamos que deshacer del cuerpo y que ella sabía donde hacerlo. Subimos todos al coche y me fue guiando hasta el río donde lo tiramos. Lo arrojamos por debajo de la valla”. - J.L.