Pamplona - El principal sospechoso de la desaparición hace casi un mes de la joven Marta Calvo en el municipio de Manuel (Valencia) se entregó ayer a la Guardia Civil, donde confesó que la mató, la descuartizó y tiró los restos del cuerpo a varios contenedores. Posteriormente, sostuvo que la joven murió tras mantener relaciones sexuales y se deshizo de su cadáver. La chica, de 25 años, figuraba como desaparecida desde principios de noviembre cuando quedó por internet con un hombre y comunicó a su madre por WhatsApp su ubicación en esta localidad valenciana.

La Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana mantiene como principal hipótesis que la joven sufrió una “agresión física” que “podría haber conllevado su muerte violenta”, según informó el delegado, Juan Carlos Fulgencio, en una rueda de prensa.

Fulgencio destacó el trabajo de Policía y “muy especialmente” de la Guardia Civil, debido a que este cuerpo ha llevado la investigación, porque “se ha hecho todo un esfuerzo por tratar de localizar a la persona que se entendía que era el sospechoso de la desaparición”, identificado como Jorge Ignacio P.J.

En el caso de que se confirme que Jorge Ignacio P. J. descuartizó y arrojó en varios contenedores la Guardia Civil centraría las pesquisas en las plantas a las que se traslada la basura. En el caso del municipio de Manuel, se lleva a la planta de valorización de Guadassuar, donde fuentes oficiales explican que al “99,9% cien” allí no llegó resto humano alguno. Esta planta, que ha parado su actividad momentáneamente para facilitar la investigación, alberga residuos de 52 municipios que luego se traslada a vertederos de las provincias de Valencia, Cuenca y Murcia.

El delegado rechazó facilitar más datos con el fin de “tratar de entorpecer lo menos posible el inicial desarrollo de las primeras prácticas en relación con este individuo detenido”.

Igualmente, explicó que creen que el ahora detenido “no llegó a salir de España” debido a que el dispositivo policial “le ha disuadido”. “Pero no sabemos cierto lo que ha ocurrido estos días”, añadió.

Por otro lado, cuestionado por otra desaparición en la zona de Carcaixent que se produjo en fechas cercanas a la de Marta Calvo, Fulgencio afirmó que “la hipótesis” es que ambas desapariciones “no tienen ningún tipo de relación”. “Esto nos queda bastante claro a priori, pero no obstante vamos a tratar de ver si existe algún tipo de relación”, subrayó.

La confesión de Jorge Ignacio P. abre una nueva vía en la investigación, centrada en reconstruir los últimos pasos de la mujer y la búsqueda del cuerpo, que hasta ahora se había desarrollado en una casa del municipio de Manuel donde vivía el detenido, simas y pozos del entorno.

La pista de Marta Calvo se perdió el pasado 7 de noviembre, cuando se desplazó a la localidad de Manuel donde se había citado con el presunto asesino por internet.

Dos días después, ante la ausencia de su hija, la madre de Marta acudió a la vivienda del detenido, ya que la última información que había tenido de ella fue un WhatsApp con esa localización. Según contaron los vecinos, la mujer llegó a hablar con el acusado, que le dijo que no conocía a ninguna Marta.

Tras estos hechos la madre presentó una denuncia por la desaparición de la joven y las fuerzas de seguridad comenzaron la búsqueda, aunque no fue hasta dos semanas después cuando se hizo pública la desaparición y que la Guardia Civil había enviado a Valencia a agentes del Grupo de Personas de su Unidad Central Operativa especializados en homicidios y secuestros. - D.N.

Narcotráfico. Jorge Ignacio P. J., el asesino confeso de la joven Marta Calvo, fue arrestado en Italia en 2008 y condenado por posesión de 9 kilos de cocaína.

Muerte de otra mujer. Fue investigado por la muerte de otra mujer, aunque se cerró el caso. Él fue el último cliente de la mujer, que ejercía la prostitución. Entonces, ella comenzó a encontrarse mal tras, supuestamente, consumir cocaína. Él no la auxilió y huyó.