- El periodista pamplonés Jonan Basterra Muniáin, de 50 años, que actualmente reside en Madrid, ha sido durante 10 días la voz de los pacientes del hospital de campaña situado en Ifema donde, mientras permanecía ingresado a causa del una neumonía derivada del coronavirus hasta el pasado 6 de abril, mantuvo al exterior informado de lo que pasaba dentro del recinto ferial de Madrid a través de sus redes sociales.

Fue el pasado 20 de marzo cuando Basterra volvía a casa tras hacer la compra y empezó a sentir sudores, calambres y dolor en las articulaciones. Nada más llegar a casa comenzó a hacer la cena -cuenta- cuando descubrió que había perdido tanto el sentido del olfato como el del gusto: "Eso fue lo que me puso en alerta, pero aún así pensé que no sería más que un resfriado", narra. Cuatro días después, el periodista comenzó a tener episodios de tos seca que no remitía y un dolor punzante en el pecho, "como si Conor McGregor -boxeador irlandés- me hubiera dado un buen repaso en las costillas. Además, la fiebre me subió hasta los 39,7 grados, temperatura que bajaba hasta los 37 con el paracetamol, pero que enseguida volvía a subir", explica.

Viendo que su salud decaía, decidió comunicar su situación a a su centro de salud, telefónicamente durante los primeros días hasta que su médico de cabecera lo hizo pasar por consulta "porque no le gustaba un pelo que los síntomas respiratorios fueran complicándose". Una vez allá, los sanitarios confirmaron que Basterra padecía neumonía, por lo que le derivaron al Hospital Universitario Ramón y Cajal donde tan solo permaneció ingresado 24 horas. "El 28 de marzo, sábado, me hicieron ponerme las zapatillas porque me trasladaban a Ifema junto a otros enfermos que no estábamos graves. Acababan de abrir el pabellón 9, yo fui de las primeras 50 personas en ser atendidas allá. Estaba casi a estrenar y la verdad que daba un poco de susto ver un sitio tan grande, pero sin duda era un hospital en toda regla donde no nos faltó de nada", recalca.

En esta línea, Basterra dice entender que el personal sanitario demandara material de protección, "pero no como algo egoísta pensando en no contagiarse, sino por seguir en sus puestos de trabajo luchando por sacar adelante a cuanta más gente". A pesar de la falta de material que se denunció en un principio, el periodista pamplonés asegura que la atención en Ifema está siendo como "en la planta de cualquier otro hospital". Asimismo, además de la "excelente atención sanitaria", Basterra subraya la calidad humana, tanto de pacientes como de trabajadores "que están haciendo una labor fundamental y de agradecer. Me consta que hay quienes doblan sus turnos en los hospitales y aún vienen a Ifema los fines de semana como voluntarios. Lo que están haciendo los sanitarios es espectacular", asegura.

Basterra, que se ha sentido como "el periodista infiltrado", ha recibido una montaña de reacciones positivas a los comentarios que ha ido dejando en las redes sociales a través de las cuales contaba su experiencia que ha servido para que familiares de enfermos se queden más tranquilos. "Me escribió un conocido diciendo que su madre estaba enferma con coronavirus, que la trasladaban a Ifema y que estaba muy asustado. Le dije que estuviera tranquilo porque, por mi experiencia, la mayoría de los pacientes que ingresan en el hospital de campaña no corren peligro mortal y, además, estaban siendo muy bien atendidos. Después de Ifema el siguiente destino es la casa de cada uno", cuenta.

Todavía con varios días de confinamiento "llevado al extremo" por delante, esta vez en su propia casa, el pamplonés asegura encontrarse "perfectamente, si tengo tos es porque no paro de hablar, nada que ver con el coronavirus. Las cosas apenas han cambiado: ahora el móvil reconoce mi cara para desbloquearlo porque ya no llevo mascarilla. La que no me reconoce es la báscula, que con 10 kilos menos me pregunta a ver quién soy", bromea.

Por otro lado, Basterra explica que el haber pasado la enfermedad le ha dado cosas "muy positivas" como la estrecha relación que ha forjado con los pacientes que tenía cerca con los que mantiene relación desde el exterior. Así, asegura sentirse "mejor que nunca", no solo por haber vencido al virus, sino por haber vivido una experiencia que le ha hecho darse cuenta de que "si vamos todos en la misma dirección, olvidándonos de lo que nos separa, podemos hacer lo que nos propongamos y venceremos lo que sea".

"Hay sanitarios que doblan sus turnos y aún van a Ifema los fines de semana como voluntarios"

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