- El Gobierno italiano envió ayer dos nuevos barcos a Lampedusa para que sean transferidos a ellos cientos de migrantes que deben pasar las dos semanas de cuarentena por la covid y que están hacinados en el centro de acogida de esta pequeña isla del sur del país.

Se trata de la respuesta del Gobierno de Giuseppe Conte a las exigencias de las autoridades locales de Lampedusa y de la región de Sicilia, a la que pertenece la pequeña isla, que han pedido ayuda y la implicación del Ejecutivo central ante la llegada incesante de migrantes las últimas semanas en barcazas procedentes del norte de África. Con esos dos nuevos barcos, que estaban ayer en camino, ya son cinco los enviados para poder vaciar el centro de acogida y la Casa de la Hermandad de Lampedusa, donde en total hay unas 1.300 personas, mientras su capacidad es para apenas 200, y adonde siguen llegando nuevos migrantes cada día aprovechando el buen tiempo para echarse a la mar.

El Snav Adriático llegó la noche del jueves desde el puerto de Nápoles a Palermo, en Sicilia, y está siendo sometido a inspecciones técnicas por parte de la Autoridad Portuaria. Y ya se completaron los trámites para el barco Rhapsody, que después de haber embarcado al personal sanitario y los voluntarios de la Cruz Roja, partió de Palermo hacia Lampedusa. Mientras, el navío Allegra permanece anclado en Palermo, donde embarcó a los más de 350 migrantes que estaban a bordo del buque humanitario Sea Watch 4 y también a los que llegaron a Sicilia evacuados por una patrullera de la Guardia Costera para aligerar la sobreocupación en el centro de acogida desbordado.

Otros dos barcos de cuarentena fletados por el Gobierno para realizar el control sanitario de los migrantes, el Aurelia y el Azzurra, se encuentran actualmente fondeados en otros puertos sicilianos.

La pequeña isla de Lampedusa es la puerta de entrada a Europa por su cercanía con el continente africano y, según las cifras del Ministerio del Interior italiano, desde principios de este año han llegado 19.000 migrantes. Las llegadas no cesan y la noche del jueves un centenar de migrantes, entre ellos mujeres y niños, fueron rescatados de una barcaza en el mar por una lancha patrullera de la capitanía del puerto, que los acompañó hasta el muelle comercial de Lampedusa.

El alcalde de Lampedusa, Totó Martello, del Partido Democrático (centroizquierda), uno de los socios del Gobierno de coalición de Conte, llegó a amenazar esta semana con convocar una huelga general si no se daba una solución a la insostenible situación de la isla. Huelga que no llegó a declarar tras la promesa de Conte y el Gobierno de transferir a los migrantes a los barcos designados para ello.

También el gobernador de la región de Sicilia, Nello Musumeci, de la coalición de derechas, se enfrentó al Ejecutivo emitiendo una ordenanza para vaciar y cerrar los puntos de recepción de migrantes, algo irrealizable y que el Ministerio de Interior se apresuró a declarar nulo por invadir competencias centrales.

La tensión que se vive en el sur con la llegada de migrantes llevó ayer a una trageda, cuando un joven eritreo de 20 años fue atropellado y falleció al escapar de un centro de acogida cerca de Agrigento, en Sicilia, donde estaba ingresado desde el 1 de agosto. Tres policías que trataban de evitar la fuga también resultaron heridos al ser atropellados por el mismo vehículo.

Promesa de una gestión segura. La ministra del Interior italiana, Luciana Lamorgese, proclamó ayer el empeño de su departamento en “gestionar de forma segura una red muy compleja de centros de acogida” y dijo que “tragedias como esta no deben repetirse”.

Así lo destacó el jueves el director de la sociedad Maersk Tankers, Tommy Thomassen, propietaria del petrolero Etienne. Este buque cumple ya un mes frente a las costas de la cercana Malta sin que se le permita desembarcar a los 27 migrantes que rescató siguiendo la ley del mar de ayudar a los náufragos. “Algunos de nuestros huéspedes amenazan con tirarse por la borda por desesperación. La situación se está volviendo cada vez más difícil”, subrayó.