- Nadie sabe mejor que José Luis Bakedano lo importante que es la vacuna para vencer a la pandemia. Este vecino de Arantza de 75 años ha pasado la covid-19 recientemente y, aunque la ha superado, todavía arrastra las secuelas que el virus le ha dejado en el cuerpo. “Me contagié en septiembre. Bueno, yo y mi mujer y mi hijo, que vive con nosotros. Han sido meses bastante duros porque me han tenido que ingresar dos veces. Primero, el 1 de octubre me ingresaron en Pamplona una semana y después en Irún, porque seguía con neumonía”, recordaba José Luis.

Ayer acudió a vacunarse a Oronoz-Mugaire junto a su hijo y su mujer. “Ha sido un pinchazo de nada, ni me he enterado”, señalaba mientras esperaba los 15 minutos que los sanitarios le habían indicado para vigilar posibles efectos adversos. “Todavía tengo secuelas, los pulmones se me han quedado bastante tocados”, comentaba, mientras charlaba con su hijo.

Ambos, esperan que ahora la vacuna ayude a acabar de una vez por todas con esta pandemia que dura ya demasiado. “Teníamos claro que nos la queríamos poner, sobre todo después de habernos contagiado”, apuntaba su hijo, también de nombre José Luis. No obstante, él no se la ha puesto todavía, porque cree que antes que él, que todavía es joven, es el turno de los más mayores. “Prefiero que pongan la vacuna a todas las personas mayores y luego ya me la pondré yo”, matizaba.