Este lunes se celebra el Día del Orgullo LGTBI+. Un día que, con tono festivo, pretende reivindicar los derechos de las personas con identidades y orientaciones sexuales y de género tradicionalmente marginadas y reprimidas, y visibilizar así su presencia en la sociedad.
Una fecha que se celebra como el Día de las Libertades Sexuales desde 1969, a consecuencia de los disturbios de Stonewall en Nueva York, la cual se considera como la primera lucha de la comunidad contra un sistema que perseguía a personas no normativas.
El conocido popularmente como el día del Orgullo Gay, es en verdad un día para reivindicar los derechos de personas Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales, Intersexuales... pero algunos de estos colectivos han estado y están más discriminados que otros. El término trans agrupa a las personas cuya identidad sexual y/o de género no se corresponde con el sexo asignado al nacer. Incluye personas transexuales, transgéneros así como personas trans no binarias. Según la OMS, organización que hasta 2019 consideraba la transexualidad como una enfermedad mental, las personas trans reconocidas constituyen entre el 0.3% y 0.5% de la población mundial, pero se encuentran invisibilizadas, estigmatizadas y su realidad es, muchas veces, desconocida para la sociedad.
Suelen ser víctimas de violencia y discriminación, lo que las convierte en personas especialmente vulnerables en el ámbito laboral, sanitario y social. Los avances médicos, el apoyo de las familias, asociaciones y la nueva legislación en curso hace que el camino para las personas trans sea más sencillo. Pero las diferencias generacionales en el colectivo revelan las carencias por parte de la sociedad que a lo largo de la historia ha repudiado a estas personas por el simple hecho de querer ser aquello que sienten.
Pero, en pleno 2021 y tras la pandemia, ¿cómo es la realidad de las persona trans en Navarra?
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