- El parque de viviendas de Navarra también parece sufrir las secuelas de la covid-19. El número de hogares que no albergan vida familiar cotidiana se resintió el pasado 2020 y, al final del curso pandémico, los pisos encuadrados en el apartado "vacíos o destinados a tener un uso esporádico" crecieron un 0,2% respecto al año anterior. En total, ya son algo más de dos de cada diez (un 21,9%) las casas que no están destinadas a ser primera residencia, después de un aumento de este valor que no se registraba desde el año 2014.

Además de las claras repercusiones de los nueve primeros meses de covid-19, como el elevado número de fallecimientos, especialmente entre personas mayores que vivían solas, estas cifras revelan la galopante evolución de la despoblación en la Comunidad Foral. Y es que según afirma el informe, "desde la perspectiva territorial se observan importantes disparidades en la ocupación de la vivienda", especialmente atendiendo al tamaño de las poblaciones. Cuantos menos vecinos, más casas sin vida durante los días de labor.

En concreto, las zonas en las que predominan municipios "pequeños" -es decir, aquellos que cuenten con menos de 999 habitantes-, son las que cuentan con un mayor porcentaje de vivienda vacía y/o secundaria. Esto afecta especialmente a Pirineo, Tierra Estella y Navarra Media Oriental, que tienen más de un 30% de las casas sin uso cotidiano. Los peores datos se reflejan en Pirineo (un 38% de hogares vacíos) y Tierra Estella (35,4%). La zona de Navarra Media Oriental (áreas aledañas a Tafalla y Sangüesa) también tiene más de 3 de cada 10 hogares vacíos (31,6%).

Por el contrario, en la Cuenca de Pamplona y sus poblaciones cercanas, que corresponden a municipios de tamaño medio-grande, esta cifra baja hasta el 15,6%. En el área de la capital se encuentran ocho de los 10 municipios con más tasa de hogares utilizados como vivienda principal.

Por localidades, la que cuenta con una tasa más alta de casas vacías o de uso esporádico es Azuelo, en Tierra Estella, con un 76,2%. Sin embargo, otros municipios que también cuentan con menos de 200 vecinos como Castillonuevo, Güesa y Ujué también registran más de un 70% de viviendas sin residentes. Completan esta lista Desojo, Aguilar de Codés, Piedramillera, Lapoblación, Armañanzas y Arano, todos ellos con menos de 200 vecinos.

En el lado opuesto se encuentran el Valle de Aranguren, Elgorriaga, el Valle de Egües/Eguesibar, Orkoien o Ansoáin/Antsoain, que cuentan con más de un 90% de sus viviendas catalogadas como "principales".

A pesar del crecimiento de viviendas vacías, las hipotecas crecieron en mayo en Navarra un 46,5% respecto al mes de abril, según los datos provisionales del Instituto de Estadística de Navarra.

En total, el número de hipotecas constituidas sobre viviendas inscritas en los registros de la propiedad de la comunidad fue de 517 en el quinto mes del presente año, lo que supuesto un ascenso del 75,3% respecto al mismo mes de 2020, en el que se comenzó con la llamada desescalada.

Este poco más de medio millar de préstamos representó un total de capital total de 57,8 millones de euros. El importe medio de cada financiación fue de 111.843 euros, una cantidad que representa la menor cantidad desde hace un año, cuando fue de 108.300 euros.

Respecto al total de hipotecas, en Navarra se registraron en mayo 650 constituciones sobre fincas, de las que 647 son urbanas y 3 rústicas. Dentro de las urbanas, 517 son viviendas, 7 solares y 123 enmarcadas en el apartado 'otras urbanas'. De todas ellas el capital prestado fue de 152,5 millones de euros, y su importe medio 234.675 euros.

Vivienda vacía y/o secundaria

Más viviendas vacías

Menos viviendas vacías

21,9%