- Pese a la buena evolución de la pandemia y de las hospitalizaciones en las últimas semanas, Alfredo Martínez, director gerente del Hospital Universitario de Navarra (HUN), y Juan Pedro Tirapu, coordinador de las plantas UCI, siguen con la alerta encendida. “La tendencia es buena, disponemos de personal y ahora el hospital está fuerte, pero nos preocupa la aparición de ómicron BA.2 (conocida como la silenciosa), porque es más contagiosa y habrá que ver si presenta algún tipo de escape a los anticuerpos de la vacuna o a los propios de la enfermedad”, sostiene Martínez.

Por ello, aunque los sanitarios empiezan a coger aire tras una sexta ola asfixiante, en los hospitales todavía siguen ojo avizor ante posibles nuevas olas. Para empezar, según los responsables del hospital, “el descenso va a ser lento, va a costar bajar la presión hospitalaria”, lo que va a retrasar que se pueda recuperar la normalidad a nivel asistencial. Y mientras van cogiendo aire, miran de reojo a la Semana Santa pero ponen todas las miradas un poco más allá: en el verano. “Nos preocupa la aparición de nuevas variantes pero también los momentos en los que más socializamos y hay más movilidad, que son las vacaciones. Primero están las de Semana Santa, que la tenemos ahí, pero lo que más nos preocupa es el verano, porque va a ser una explosión de socialización y con una cepa que sea más contagiosa no sabemos qué puede pasar”, alerta Martínez.

De cara a evitar que una eventual séptima ola comprometa al sistema sanitario como lo ha hecho esta sexta, Martínez insta a la población a mantener las medidas de protección individual: “Esta claro que la tendencia es ir a menos restricciones, y debe ser así; pero la prevención individual hay que mantenerla porque no tiene ningún riesgo y no nos supone tanto llevar la mascarilla en interiores, ventilar bien los espacios y lavarnos bien las manos”.

Asimismo, Martínez y Tirapu instan a la población a vacunarse contra la covid-19 ya que sus efectos son claros. “Alrededor del 50% de las personas que han ido ingresando en la UCI por covid estaban sin vacunar y desde que se inició el proceso de vacunación ha decaído el riesgo de muerte. En la quinta ola fallecieron 4,4 personas por cada 1.000 contagios y en esta sexta ola se ha conseguido reducir a 1 por cada 1.000”, defiende Tirapu.