En el mundo no hay 32 selecciones de balonmano de alto nivel y, por eso, los Mundiales son mucho más lights que los Europeos, donde no hay partidos fáciles. España tiene una primera fase cómoda y su objetivo fundamental tiene que ser ganar los tres partidos para ir con 4 puntos a la Ronda Principal, en la que sí que se va a encontrar a tres grandes selecciones –Francia, Polonia y Eslovenia–.

El partido más difícil de la primera fase es precisamente el de hoy, ante Montenegro. No es una de las selecciones exyugoslavas más potentes, como Croacia o Eslovenia, ni tiene jugadores en grandes equipos europeos, pero cabe esperar el típico balonmano yugoslavo fuerte, contundente y a veces enzarzado. Es importante que los Hispanos vayan a lo suyo y no se enreden en batallas con los montenegrinos.

He estado viendo a los Hispanos en el Torneo de Benidorm, quizás un poco descafeinado por la entidad de los rivales (Rumanía, Bahrein y Argentina), y lo que más me ha sorprendido es la cantidad de pruebas que ha hecho Jordi Ribera con los ataques de 7 contra 6. Habrá que ver si es una solución de emergencia para partidos que se compliquen o algo que la selección va a usar de manera habitual.

Por lo demás, veo una buena selección. Tenemos una de las mejores porterías del mundo, con Gonzalo y Rodrigo, y eso ya es un punto fundamental. Y tenemos una buena defensa para robar balones y correr al contraataque.

Como siempre también, nuestro mayor problema suele estar en el ataque estático, pero tenemos a Dani Dujshebaev, que está haciendo buenos lanzamientos exteriores, y si no hay que buscar superioridades.

En todo caso, veo que los jugadores creen a ojos cerrados en el sistema de juego de Jordi Ribera, y que se ha producido un buen relevo generacional, con Gedeón Guardiola como líder de la defensa y Alex Dujshebaev de líder del ataque.

El autor es técnico navarro de la Federación Española de Balonmano.