pamplona. El alavés Arkaitz Durán, del Azysa navarro, ganó ayer la etapa reina de la Vuelta a Navarra tras llegar en solitario al santuario de San Miguel de Aralar con una ventaja de 29 segundos sobre el segundo clasificado, Eduard Prades, del Mopesa catalán. El gran beneficiado de la cuarta y penúltima etapa, de 132 kilómetros con salida en Lesaka y llegada en el alto de primera categoría, fue el belga del Lotto Steve Bekaert, que además de conservar el maillot amarillo alcanzado el viernes en el alto de Izpegi, salió más lider del santuario.

Bekaert, cuarto en la llegada en San Miguel de Aralar, cedió un minuto ante el ganador de la etapa, pero aumentó las diferencias en la general en relación a sus principales adversarios: 56 segundos respecto a Joseba del Barrio (Bidelan-Kirolgi), tercero en la general, ya que el equipo Lotto colocó segundo al también belga Tim Wellens, que pese a la caída que sufrió el viernes en Artesiaga, ayer fue quinto. Durán no era un obstáculo en la general para Bekaert al situarse antes de esta etapa a más de trece minutos del maillot amarillo, lo que permitió al belga regular su ritmo durante toda la subida.

La etapa de ayer fue una demostración del Lotto de principio a fin. Mantuvo al pelotón a raya desde el inicio y pese a varios intentos de escapada con mayor o menor intensidad, los belgas llevaron el peso de la carrera sin demasiados problemas, favorecidos por un primer tercio de etapa con un trazado tendido muy apto para rodadores. Por culpa del cansancio acumulado, pocos tuvieron las fuerzas necesarias para poder salirse de la tiranía del pelotón y los que finalmente lo consiguieron apenas llegaron a disponer de medio minuto de ventaja.

El alto del Zúñiga lo pasó el grupo de forma compacta, pero en el descenso hacia Doneztebe-Santesteban se produjo la fuga más importante de la jornada protagonizada por el chileno Edison Bravo. Situado a cuatro minutos del líder, llegó a disponer de dos minutos sobre el pelotón, donde Bekaert siempre rodaba en las primeras posiciones, y aunque no constituía una amenaza real para el equipo Lotto, los belgas, con la colaboración por el Azysa Telco,m, se pusieron en cabeza para imponer un ritmo de caza, que sin ser agobiante no iba permitir al fugado coger demasiada distancia.

Poco antes de llegar a Lekunberri el grupo dio caza al escapado, pero lejos de aflojar el ritmo, el equipo Lotto, intratable durante toda la jornada, lo aumentó con la idea de hacer la selección antes de la gran batalla de San Miguel de Aralar, en cuyas rampas se iba a disputar la etapa y buena parte de la etapa. Funcionó la estrategia, porque el pelotón quedó reducido a trece corredores. Arkaitz Durán y Eduard Prades saltaron pronto, con la confianza de que no fuera a por ellos al estar alejados en la general. Mientras Martín Iraizoz perdía el ritmo de cabeza, los fugados se fueron a buscar la meta y al líder le bastó con vigilar a sus rivales más directos.