“La realidad nos ha puesto en nuestro sitio. Fichamos con la idea de estar entre los 30 primeros, pero no lo hemos podido conseguir. Ha sido una temporada complicada para nosotros. Solo queda replantearse las cosas y seguir adelante trabajando duro”, resume Iñaki Isasi, presidente de la Fundación Euskadi, respecto al curso del Euskaltel-Euskadi, que no podrá optar a las invitaciones de la Vuelta el próximo año al no alcanzar el objetivo marcado.

El Euskaltel-Euskadi no ha sido capaz de clasificarse entre los 30 mejores equipos, lo que implica no tener posibilidades de estar en la Vuelta. ¿Qué objetivos se marcan para el próximo año? 

–Creo que dentro de las posibilidades que tenemos, la idea es crecer un poquito, pero siendo realistas. En ese aspecto, creo que sí se podría estar entre los 30 primeros y poder optar a estar en la Vuelta. Es el único objetivo real. Ir al Tour o ser un equipo de WorldTour es totalmente irreal. Tenemos que intentar crecer para estar en la Vuelta. Para eso tenemos que hacer las cosas bien y lograr un proyecto atractivo para tener a lo mejores ciclistas posibles.

Hay una parte de la afición que critica que el Euskaltel-Euskadi no esté compuesto solo de ciclistas de Euskal Herria. ¿Qué les diría?

–Todos queremos competir solo con vascos, pero otra cosa es la realidad. Lo ideal seria tener un equipo en la élite, con todos lo ciclistas salidos de Euskal Herria, pero eso es inviable. Ahora se trata de hacer equilibrios. Hay que tener claro que el ciclismo es cada vez más exigente y también más caro. Euskaltel, Kutxabank o Laboral Kutxa también quieren un equipo integrado por vascos, pero también hacen sus números y tienen sus objetivos. No es tan fácil y hay que entenderlo. Una cosa es la idea que tengan los socios de la Fundación o incluso los aficionados y otra cosa es el interés de los patrocinadores, que quieren estar en un escaparate que solo con ciclistas de Euskal Herria no es posible ahora.

¿Cuánto se ha encarecido el ciclismo en este tiempo?

–No sé la cifra exacta, pero se ha multiplicado por 6 o por 7. Hoy en día, la idea de contar con un Euskaltel-Euskadi como el que disfrutamos en el Tour estaría sobre los 20 millones. El de ahora es un equipo más bien de cantera, humilde, con algún extranjero y con un presupuesto muy, muy por debajo de aquel Euskaltel. Cuando la gente plantea lo del volver al Tour hay que explicarle que es imposible. Que la realidad ahora es otra.

¿Considera que necesita reinventarse el ciclismo vasco? 

–No lo sé, pero tengo la impresión de que el ciclismo ha empeorado respecto al ciclismo que conocí. Se han dado pasos para atrás. Estamos en un ciclismo en el que los ricos son cada vez más ricos y los pobres son cada vez más pobres. Esa diferencia es cada vez mayor. La competitividad real es menor porque los mejores lo ganan todo. Unos pocos los disfrutan, pero la mayoría cada vez tiene más problemas. 

No hace tanto, el Euskaltel-Euskadi era la salida natural de la cantera vasca. Sin embargo, el Kern Pharma o el Caja Rural también son competencia. 

–Con menos cantera y más equipos, siempre se complica la captación de los chavales. Caja Rural y Kern Pharma han hecho bien las cosas y han obtenido resultados. Son equipos atractivos para los chavales que pasan. Por otro lado esa competencia es buena porque hace que no nos podamos dormir y que suba el nivel de los ciclistas que tenemos. Antes, cuando eras chavalito, la ilusión era ser parte del Euskaltel, porque aquel equipo, el de la época dorada, era un referente. Estaba en la élite con ciclistas de casa y eso era muy atractivo. Era un equipo grande y asentado. Los chavales de ahora miran de otro modo el ciclismo y se fijan en los equipos del WorldTour. Es normal. Nuestra idea es seguir trabajando duro y acertar para poder volver a la Vuelta. Ayudará a que los chavales se fijen más. 

¿Cómo se puede recuperar ese atractivo?

–Es fundamental ser un equipo serio, que se vea que se trabaja bien y que deportivamente puedan desarrollarse como ciclistas al máximo para que los chavales se fijen y puedan ver el Euskaltel-Euskadi como un paso previo donde crecer para poder acceder al WorldTour. Al final hay que ser atractivo para los jóvenes. La idea es asentarse y desde ahí crecer lo que se pueda para que los chavales nos vean como una buena opción.

En lado positivo, el Laboral Kutxa-Euskadi está funcionando muy bien.

–Para la Fundación Euskadi es una alegría el rendimiento y la presencia del Laboral Kutxa-Euskadi en las mejores carreras. Es ilusionante, pero cada vez, como ocurre con el ciclismo masculino, se está encareciendo todo. Y se complica. Laboral Kutxa está haciendo un gran esfuerzo. Mantener ese estatus es cada vez más complicado. 

¿Se percibe el efecto arrastre del equipo? 

–Se nota el efecto que está causando el Laboral Kutxa para acercar a las mujeres al ciclismo. Todavía es escaso, no será algo inmediato el repunte, pero a medio plazo creo que se notará. No tengo dudas.

El filial continúa dando sus frutos.

–El equipo ha funcionado bien. Hasta mitad de año nos costó arrancar, pero luego el equipo ha estado bien y hay chavales que se han ganado el premio de pasar. Nos abastecemos de los chavales que salen del filial, pero sí creo que no se puede regalar el dar el salto al primer equipo. La idea para la próxima temporada es reducir el número de corredores en la estructura filial. Creo que hay que demostrar y convencer para ganarse una plaza en el profesionalismo. Además, en la categoría hay quejas porque los equipos filiales absorbemos el talento y les debilitamos, lo que lleva a desequilibrar la categoría.