Concierto de Nach

Fecha: viernes, 7 de octubre. Lugar: sala Tótem, Atarrabia. Intérpretes: Ignacio José Fornés Nach, al micro, acompañado por los MC Abram y ZPU, a las voces, y Joaquín Arma Blanca, a las bases y scratches. Incidencias: presentación de Mejor que el silencio, nuevo CD del artista. Hora y ¾ de duración. Media entrada, público de ambos sexos y diferentes edades que se mostró participativo.

SOCIÓLOGO y rapero a jornada completa, de igual a igual, Nach regresó a Tótem con un nuevo tratado musical entre manos, volviéndose a llevar, al igual que en su anterior visita, de calle a los presentes: a un público joven en su mayor parte, muy joven, aunque también integrado por seguidores de otras tendencias musicales, lo que nos dio a entender lo siguiente: que, analizada la cuestión desde el prisma estilístico, el rap de Nach ha roto fronteras; la artística y musicada expresión de un artista que, derrochando grandeza y humildad, se mostró con su gente tan comunicativo como agradecido.

Presidida por una gran expectación, la actuación arrancó con Hambre de Victoria, track de estreno ofrecido por un más que aclamado Nach, en solitario a la voz cantante; acto seguido, con los imprescindibles Abram y ZPU ya en escena, bajo un mar de brazos subiendo y bajando a rítmico vaivén, sonó El reino de lo absurdo, tema igualmente de estreno, como casi todos los que sonaron dicha noche: composiciones todas ellas erigidas sobre unos textos siempre clarividentes, lúcidos y lucidos. Ciertamente trasparentes los mismos, para nada opacos o traslúcidos, levantados sobre una lírica que, afilada e igualmente afinada, rimó en todo momento en disonante con el mundo real. Y así transcurrió la sesión, con Nach esparciendo poesía en primera persona con sabor a profunda reflexión, disidencia, conocimiento de causa y experiencia. A experiencias como las suyas, acumuladas tras años y años en primera línea del escenario más grande y definitivo, la propia vida, lo que, toda vez que la experiencia es un grado, le llevó a realizar entre interpretación e interpretación brillantes exposiciones de corte didáctico dirigidas a los presentes: a un público que, súper receptivo, saludó con efusión el proceder dialéctico del rapero, de más que prolífico discurso. Y propio, de discurso propio, articulado en torno a las tres siglas que, según dio a entender, forman el acrónimo RAP: las iniciales de revolución, actitud y poesía. Según el ingeniosísimo y efectivo discurso de un MC que, en un nuevo alarde de ingenio, buscando -y encontrando- una suerte de más difícil todavía, incluso tuvo a bien como brillantísimo remate de la velada brindar un tema, Efectos vocales, realmente singular: integrado por tres estrofas, construidas recurriendo en cada caso para ello al empleo de una única vocal: la a, la o y la e -respectivamente-, saliendo más que airoso del trance. Dejando al público ¿con la palabra en la boca? No, sin palabras, directamente. Bueno, y hablando de temas, ¿otras composiciones a destacar? Entre recitados a capella y algún que otro freestyle brindados por Abram y ZPU, subalternos de Nach dicha noche; alguna que otra referencia al 15-M y al 15-O y demostraciones de todo tipo como las llevadas a cabo por Joaking, el DJ, denominado por Nach el hombre hiphop (quien, además de encargarse de los scratches, tuvo a bien rapear, emitir con su voz sonidos propios de una caja de ritmos o bailar break dance), los temas nuevos Réquiem y (dirigido a quienes se creen más que los demás, rico en ironías sobre los comentarios que los actuales gurús del siglo XXI dejan en los foros de Internet, esas nuevas ágoras donde comprar patentes de autenticidad: pandemia esta, escribir gratuitamente en los foros, que afecta a todos los estilos), y Manifiesto y, principalmente, Ser o no ser, de su anterior obra Un día en Suburbia: perfectas tarjetas de presentación en su conjunto de un rapero que, genio, ingenio y figura a ritmos de hip hop, una vez más volvió a triunfar.