pamplona. La compañía músico teatral La Trova celebrará su vigésimo aniversario el próximo 11 de mayo en el Teatro Gayarre de Pamplona con un espectáculo, Lecciones musicoilógicas y otras lecciones, en el que repasarán los números más brillantes de su carrera. Las entradas ya están a la venta por 18, 14 y 8 euros.

Javier Horno y Javier San Julián, los miembros más veteranos del grupo, y Manuel Horno y José Luis González, que se fueron incorporando con el paso de los años, protagonizarán una propuesta con la que vuelven a reunirse sobre un escenario después de dos o tres años de parón. Han pasado ya dos décadas desde que el 17 de mayo de 1992, La Trova mostrara en la Sala de Armas de la Ciudadela Beltrán el conquistador o la fuerza de ser pelma. Una farsa en verso a la que siguieron otros seis espectáculos, de los que cuatro fueron ya a partir de 2000 dentro del circuito profesional. "Después de hacer algunas giras como aficionados, Javier San Julián nos habló de un festival de Barcelona donde podrían encajar nuestros espectáculos, así que fuimos con nuestra maleta y nuestra ilusión y resulta que a alguien le gustó y nos propuso instalarnos en la ciudad de manera profesional", cuenta Manuel Horno, que califica de "maravillosos" los ocho o nueve años que duró esta etapa, "en la hemos estado ahí, en los escenarios, con mayor o menor éxito", añade el intérprete, encantado, igual que sus compañeros, de festejar el aniversario en el Gayarre, "que es como nuestra casa".

En los últimos tiempos, las circunstancias personales de los cuatro intérpretes han cambiado, de modo que, aunque La Trova sigue en activo, sus actuaciones se han espaciado, "lo que no implica que este nuevo espectáculo sea una despedida, ni mucho menos", dice Javier San Julián, que invita al público a sumarse a la celebración del día 11, "porque ofreceremos una selección de lo mejor", recorriendo desde el primer espectáculo hasta el último, El reverso del verso, estrenado en 2007. Un viaje en el tiempo que el cuarteto ya ha experimentado durante los ensayos de este espectáculo antológico, escrito, como el resto, por Javier Horno, y musicado por Máximo Olóriz, compositor de cabecera de la compañía desde el año 2000, en sustitución de Íñigo Casalí. "Estos meses han sido muy bonitos; nos hemos juntado en Pamplona y en Barcelona, para ver qué números y composiciones rescatar y cómo integrar a todo el mundo que ha pasado por el grupo", agrega Manuel. No en vano, en Lecciones musicoilógicas y otras lecciones también se rinde homenaje a los otros componentes y colaboradores que ha tenido La Trova en todo este tiempo, partiendo del montaje Nuevas lecciones musicoilógicas, que realizaba un viaje en clave de humor por la historia de la música.

humor y formación continua Si algo define a La Trova es su sentido del humor. Pero no es una comicidad al uso. Lo sabe bien Javier Horno, que siempre ha trabajado para que en el grupo mantenga "la tensión entre lo aparentemente serio y el humor". Horno no comparte la tendencia de los últimos años del humor instantáneo, "que se administra casi como en pastillas"; para él es importante meter al público en una historia, "engatusarle" y, una vez ahí, desplegar los momentos cómicos. En ese sentido, su hermano Manuel define el estilo de La Trova como un teatro de texto muy musical, "basado en la palabra, el gesto, la música y alejado de los artificios".

La calidad es, pues, otra de las señas de identidad de esta compañía, cuyos miembros tienen una sólida formación musical que continúan puliendo con clases de canto constantes y aprendiendo a tocar nuevos instrumentos. Respecto al paso del tiempo, Javier Horno confiesa que, al ver los vídeos de las primeras actuaciones, ha comprobado "lo mucho que hemos cambiado". "Y el público ha crecido con nosotros", de modo que quienes eran padres cuando el grupo comenzó, ya son casi abuelos, y quienes eran unos "jóvenes universitarios llenos de ilusión como ellos", ya son padres y pueden llevar a sus hijos a los espectáculos de La Trova. Y seguro que todos volverán a reírse con números que, pese al discurrir de los años, no pasan de moda.