pamplona. Una reflexión universal sobre la condición humana en una atmósfera cotidiana para el espectador navarro, como es la del 14 de julio, último día de los Sanfermines. Es la atractiva combinación que realiza la compañía Atikus en la obra El pobre de mí, tío Vania, que se estrena mañana por la tarde en el Teatro Gayarre. La función será a las 20.30 horas en el marco del festival Otras miradas, otras escenas.

Esta nueva adaptación del gran texto del dramaturgo ruso Anton Chéjov, Tío Vania, corre a cargo de Ángel Sagüés, también director de escena y uno de los actores del montaje, que está protagonizado por Ramón Marco (tío Vania) y completa su reparto con los intérpretes Javier Ibáñez, Asun Abad, Izaskun Mujika, Virginia Cervera, Sergio de Andrés y Nanna Sánchez. Como ayudante de dirección está Ana Maestrojuán. La obra, que el propio equipo artístico presentó ayer en una rueda de prensa en el Gayarre, propone una reflexión sobre el modo de afrontar la existencia humana, y en concreto sobre "la vida pasada y el tiempo perdido", en la que se reconocerá todo ser humano. "Tío Vania es uno de esos grandes textos para la gente del teatro, porque nos permite decir muchas cosas sobre el ser humano, sobre las relaciones entre hombre y mujer, las relaciones de poder, las condiciones sociales e incluso el medio ambiente. La obra tiene todos los ingredientes para hacer un repaso a lo que es la existencia humana", explicó Ángel Sagüés, quien buscó desde el principio "un contexto para reforzar esta idea en Pamplona, para trasladar la reflexión a nuestro marco y a nuestros días, y me pareció interesante el tema de los Sanfermines y del Pobre de mí del 14 de julio". De ese último día de las fiestas, lo que más le atrae son "las sensaciones que se crean, de que por un lado algo acaba, un proceso llega a su fin, después de días de euforia, cansancio y de unas fiestas en las que todo ocurre. Pero al mismo tiempo, el 14 de julio se tiene la perspectiva de que llegará algo nuevo". Y esa mezcla de sensaciones, añade Sagüés, está muy presente en el mensaje de la obra El pobre de mí, tío Vania.

La esencia dramática de Chéjov se conserva en esta propuesta, en la que el motor es la "acción emocional de los personajes". La obra sitúa al espectador en el propio escenario del Teatro Gayarre, donde un grupo de actores se reúne para ensayar la obra Tío Vania el 14 de julio. Esta idea se inspira en el argumento de la película de Louis Malle Vania en la calle 42. Así, los actores, con el recurso del teatro dentro del teatro, se transforman en los personajes de la obra del autor ruso ante los espectadores.

"Al final, son personas que conviven en un espacio acotado, en este caso el escenario de un teatro, y eso les condiciona y les obliga a tener que afrontar sus maneras de percibir la vida, de percibir al otro, sus creencias... y eso, unido al contexto social, facilita ideas y venidas, encuentros y desencuentros", cuenta el director y autor de la obra, quien apunta que hay en ésta "una ambigüedad en el sentido de que no se sabe hasta qué punto quienes están en escena salen como actores reales o como personajes, y eso vamos a dejar que lo decidan los espectadores", dice. Ramón Marco, quien da vida a tío Vania, reconoce que su personaje se parece a él "en el sentido de que, llegada una edad, los 50 años, realiza una reflexión sobre su vida y su tiempo perdido, en un momento en que queda poco margen de maniobra para dar un giro a la vida". Aunque matizó ayer que el mensaje que queda es "positivo".

Izaskun Mujika valoró "el interés y la actualidad" del texto de Chéjov e hizo hincapié en el mundo emocional de los personajes, que se desenvuelven en una atmósfera escénica limpia, sin artificios que distraigan de lo esencial. "Pero esa sencillez en teatro no es fácil de conseguir. Quiero reivindicar la complejidad que conlleva, y la importancia de apostar en estos tiempos por un teatro hecho desde la economía de recursos pero con absoluta riqueza de matices", defendió Sagüés.

El montaje que estrena mañana Atikus se ha ido enriqueciendo con las intervenciones que el equipo artístico ha realizado de El pobre de mí, tío Vania en el bar Niza y en una casa particular de Pamplona. De estas dos experiencias surgieron algunas de las escenas que se verán en el Gayarre. El montaje cuenta además con recursos audiovisuales y con música en directo compuesta por Josetxo Goia-Aribe e interpretada en escena por él mismo al saxo y por Eva Niño al violonchelo.