pamplona - Siempre atento y especialmente paciente con la torpeza tecnológica del que esto firma, Serafín Zubiri desgrana el momento especialmente dulce que vive en su ya dilatada trayectoria musical, con una agenda copada de actuaciones que, en esta ocasión, le trae hasta su tierra, Navarra.

Su último disco, X una causa justa, vio la luz en 2012, ¿centrará este trabajo su actuación en Viana o ha preparado un repertorio diferente?

-El espectáculo está centrado en el disco X una causa justa, aunque también hago alguna pequeña incursión en trabajos anteriores. Y, además, realizo un pequeño homenaje a Nino Bravo, ya que actualmente también estoy desarrollando una serie de conciertos en los que recreo algunas de sus mejores canciones.

El concierto, además, tiene lugar en un escenario muy especial, las ruinas de San Pedro de Viana, un marco que propicia el acercamiento con el público.

-En la parte final del concierto, si alguien me sugiere alguna canción que yo me sé, también la canto, es una manera de interactuar con el público. Creo que es un marco muy adecuado para este tipo de conciertos, aunque también puede pasar que no funcione... Pero es raro, siempre me sé alguna de las canciones que me proponen.

¿No hay mejor manera de motivarse para cantar que coleccionando un buen número de causas justas?

-Por supuesto. Cuando hice este disco, yo no quería grabar un álbum por el mero hecho de grabar, quería hacer algo diferente, y así es como surgió esta idea, ya que yo llevo mucho tiempo colaborando con ONG. Además, las cosas han cambiado mucho, ya que antes los discos se utilizaban con fines comerciales y ahora son más una carta de presentación que te permite trabajar y poder defender esas canciones en directo. Por todo esto surgió la idea de poner mi trabajo al servicio de esas causas sociales que me preocupan. La verdad es que yo estoy muy contento, para mí es el mejor disco que he hecho en mi carrera. Además, prefiero vender unos cuantos discos bien vendidos, una vez que la gente lo ha visto en directo y le ha gustado, que vender 100.000 como rosquillas que al final te los meten hasta en la sopa. Hoy hay que reinventarse de alguna y buscar nuevas fórmulas, como decía antes, para buscar salidas. Una de ellas, como ya han hecho varios artistas, es que con el precio de la entrada del concierto te dan el disco. Esto ya no es como hace 20 o 30 años, cuando se vendían un montón de discos y los artistas hacían después la gira. Ahora tienes que buscarte la vida, el trabajo y, en los conciertos, conseguir vender el máximo número de discos pero siempre a través de tu trabajo en el escenario.

En este sentido, ¿se echa de menos, por ejemplo, un mayor apoyo por parte de las radios, en las que este tipo de trabajos apenas se escuchan?

-Sí, pero lo echo de menos, en este caso, no tanto por mí como por lo que contribuiría a la concienciación de la gente con estas causas. Por eso sí que me da pena. Este mundillo es muy complejo, y el negocio de la música hace que, en función de dónde estés, tengas más o menos repercusión; pero esto hay que aceptarlo, es así. Yo no estoy en una multinacional, trabajo con una compañía pequeña que no puede pagar para que mis canciones se escuchen en la radio. Pero no pasa nada, cada uno tiene que adaptarse al status que le toca en cada momento, lo que no quita que piense que hay canciones en este disco que podían haber funcionado perfectamente en las radiofórmulas.

Serafín Zubiri, por otra parte, es una rara avis dentro de la música que parece haber saltado por encima de la crisis, ya que su agenda ha estado repleta de actividades en los últimos años, ¿cuál ha sido la clave?

-Me considero afortunado y creo que seré una de la pocas excepciones que ha sido beneficiado, por decirlo de alguna forma, por la crisis. Al tener la posibilidad de poder defender mis conciertos solo a piano y voz, eso se traduce en que mi espectáculo sea más barato que el de otros artistas que, por ejemplo, necesitan una banda, y, por ende, hace que mi demanda de trabajo sea mayor. Y yo estoy encantado con ello, pero no por la crisis, ya que es algo que nos afecta a todos en la vida cotidiana. La verdad es que en los dos últimos años estoy trabajando como nunca. Y, por otra parte, cuando no hay trabajo es necesario reinventarse, hacer cosas nuevas. De esta forma, musicalmente hablando, ahora mismo estoy con tres espectáculos a la vez: el de X una causa justa, que es el que presento en Viana; el ya citado Recordando a Nino Bravo, que lo realizo junto a bandas de música y que lo estrené en 2013 con La Pamplonesa; y un tercero que acabo de estrenar, el pasado día 4 en Valencia, que se llama Boleros mágicos, que también ofrezco junto a bandas de música y en el que recreamos los boleros más conocidos, aquellos que todo el mundo recuerda.

Precisamente, ¿por qué es tan especial Nino Bravo para Serafín Zubiri?

-Para mí, Nino Bravo ha sido el mejor cantante que ha dado este país, es mi referente y mi maestro. Yo me llevé el primer disgusto de mi vida cuando se murió, el 16 de abril de 1973. Tenía 8 años pero ya era consciente, le admiraba, me gustaba muchísimo como cantaba... y jamás hubiera imaginado que yo pudiera cantar sus canciones. Así que tener la suerte de, ahora, poder subir a un escenario e interpretar sus temas es el no va más, he podido colmar con creces todas mis expectativas. Cabe apuntar que el espectáculo de Nino Bravo lo ofreceré en Artajona el 6 de septiembre, junto con la banda de música de la villa del Cerco.

Buceando en la biografía de Serafín Zubiri uno se encuentra con que dio oficialmente sus primeros pasos en la música a los 17 años con la Orquesta Equus, antes de iniciar su carrera en solitario...

-Ahora, hasta eso ha bajado mucho. Hace años había mucho trabajo para las orquestas, hoy es más difícil. Yo estuve cinco temporadas haciendo música de baile pero ahora, como digo, hasta eso está complicado.

En todo este maremágnum de actividad, ya que no solo se dedica a la música, sino que ha ejercido, de actor, presentador y muchas cosas más, ¿qué papel juega la psicología?

-La psicología me gusta mucho desde hace años, estoy estudiando la carrera en la UNED pero no la hago con la intención de ejercerla, la hago simplemente porque me gusta y me ayuda a entenderme mejor a mí mismo y a intentar entender mejor a los demás. Me gusta y es una buena manera de aprovechar el tiempo, aunque este año, por ejemplo, no he podido hacer nada porque he estado muy ocupado.

Otra de las facetas de Serafín Zubiri ha sido la de participante en varios programas televisivos, el más exitoso de todos ellos fue ¡Mira quién baila!, que le supuso además el salto a Argentina con el mismo programa, ¿sigue practicando?

-Sin duda fue la mejor. Y gracias a esa experiencia, en unos años en los que no tenía tanta suerte en lo que a trabajo musical se refiere, me permitió poder continuar y seguir al pie del cañón. Fue una experiencia fantástica pero no sigo practicando, me dedico más al deporte, la bici, correr y ahora estoy patinando sobre ruedas, de hecho, el 14 de septiembre correré una maratón de patinaje sobre ruedas en Puente la Reina.

¿No sé si hay algún deporte que se le resista?

-No lo sé, simplemente me gustan los retos.

Y Kron, su perro, ¿qué opina de todo esto? ¿Cómo vive, por ejemplo, sus conciertos?

-Él está feliz, le gusta la marcha, ir de aquí para allá, y se adapta a todo.