donostia - Karmelo C. Iribarren (Donostia, 1959) se define “como un poeta para todo el público que huye de las retóricas. Mi poesía habla de las cosas cotidianas, la entiende todo el mundo”. Desde los doce años, ha escrito poesía, incluso cuando tenía un poco de tiempo libre tras la barra del bar Akerbeltz, donde trabajó durante años, en la Parte Vieja de Donostia.

Karmelo C. Iribarren confiesa que ha sido una pequeña sorpresa que le concedan el Premio Euskadi en la modalidad de Literatura en Castellano por su último libro Mientras me alejo, en el que mantiene su tono habitual, el de un tipo corriente. Fue el consejero de Cultura y Política Lingüística, Bingen Zupiria, quien se encargó de dar a conocer ayer a los ganadores de las cuatro modalidades de los Premios Euskadi de Literatura que quedaban por ser desveladas, después de que el pasado 1 de octubre se publicaran los tres primeros premios.

Así, en una rueda de prensa en Azkuna Zentroa de Bilbao, el consejero anunció que el premio en la modalidad de Literatura en Castellano ha correspondido a Karmelo Caballero Iribarren por Mientras me alejo, que según el jurado, “es un libro sabio, sencillo, efectivo y emocionante, que guarda poesía sin afectaciones, irónica y melancólica, que nos habla de las cosas comunes de este mundo, del exilio interior de tantos hombres y mujeres anónimos, de nuestra propia vida y su minúscula épica, la minúscula épica del vivir”.

“No esperaba este reconocimiento tan importante; según cumplo años voy viendo que el género de la poesía no es un género muy premiado, hacía nueve años que no se concedía este galardón, al menos en la modalidad de castellano. Se suele premiar más la narrativa porque tiene más público y repercusión”, aseguró este poeta donostiarra.

El libro es “un paso más en esta trayectoria poética que ido construyendo y describe a un personaje nada particular, ya que podría ser cualquiera de nosotros, que va mirando la vida conforme va pasando el tiempo y extrayendo de los acontecimientos la mucha o poca poesía que a veces suelen atesorar”. El poeta donostiarra explicó que el hilo conductor es el paso de las estaciones, ya que los poemas suceden en verano, otoño, invierno y primavera, porque es una obra que alude “al paso del tiempo, a la pérdida de la juventud y a la conciencia de que no estamos aquí para siempre”.

Otros premios En la categoría de Literatura Infantil y Juvenil en Euskera el galardón ha recaído en Eider Rodríguez, por Santa Familia. Se da la circunstancia de que por primera vez en la historia de estos premios, una misma autora ha recibido dos galardones, ya que Eider Rodríguez ya fue premiada el 1 de octubre en la categoría de Literatura en Euskera, según recordó el consejero de Cultura. “Me ha descolocado un poco este premio porque no esperaba recibir dos a la vez. Con este cómic pretendía hacer algo atractivo para los jóvenes y creo que lo he logrado”, confesó sorprendida la autora de Santa Familia.

En Ensayo en Euskera, el reconocimiento ha recaído en el biólogo y profesor de la UPV/EHU Kepa Altonaga, por su obra Patagoniara Hazparnen barrena, “una historia sobre el esfuerzo de los vascos de fundar un nuevo País Vasco en América, lo que nos lleva de Bilbao a Hasparren y la Patagonia en numerosos trayectos de ida y vuelta”, en opinión del jurado. “Me esfuerzo para que todas mis obras sean entretenidas y para ello trabajo mucho porque hay siempre un trabajo de documentación detrás”, aseguró Kepa Altonaga.

La profesora de euskera y traductora Irene Aldasoro (Idiazabal, 1955), ha sido premiada por Gailur Ekaiztsuak, la traducción al euskera de la obra Cumbres Borrascosas de Emily Brontë, publicada en 1847. El jurado ha destacado el minucioso trabajo de Aldasoro para traducir esta novela y conseguir que “el lector vasco del siglo XX disfrute de la novela ambientada en el Yorkshire (Inglaterra) del siglo XIX, y que la literatura universal enriquezca la prosa en euskera”. “En este libro se puede encontrar de todo. Amor, odio... Lo recomiendo porque creo que la gente va a descubrir un mundo maravilloso”, dijo Irene Aldasoro.

El pasado día 1, el Departamento de Cultura del Gobierno Vasco informó también del resto de los premios Euskadi de esta edición, que recayeron en Eider Rodríguez en la modalidad de Literatura en Euskera con Bihotz handiegia; Yolanda Mosquera, por la ilustración de La pequeña Roque de Guy De Maupassant; y en Santos Zunzunegui, en la modalidad de ensayo en castellano por Bajo el Signo de la Melancolía. El consejero Zupiria indicó que estos premios, entregados por el Gobierno Vasco y elegidos a través de siete jurados especializados, tienen un doble objetivo, reconocer el trabajo de los creadores, así como hacerlo más visible. “Gracias a estos galardones conseguimos que se hable un poco más de nuestra literatura. Logramos que se ponga el foco en la labor de las y los autores premiados, pero también de muchas y muchos otros”, señaló.

Los reconocimientos de las siete categorías que conforman los Premios Euskadi de Literatura se entregarán el próximo 27 de noviembre en un acto que se celebrará en el Museo Artium de Gasteiz. Cada ganador recibirá 18.000 euros, a los que se sumarán otros 4.000 euros en caso de que la obra se publique en otro idioma.

Eider Rodríguez. Es la primera vez en la historia de este galardón, que entrega el Gobierno Vasco desde 1997, que una creadora consigue dos premios en la misma edición. Hace dos semanas, Zupiria comunicó que la autora había obtenido el Euskadi de Literatura en Euskera. Así que cuando ayer se volvió a sentar en la mesa con los premiados desconcertó a los asistentes el fallo del jurado. Pronto lo aclaró el consejero de Cultura: la escritora guipuzcoana había obtenido también el Euskadi en la modalidad de Literatura infantil y Juvenil. La escritora también ha ganado este año el Euskadi de Plata que conceden los libreros guipuzcoanos.