La Joven Orquesta de Pamplona (JOP) nació en 2017 con el objetivo de promocionar el talento de los jóvenes músicos y compositores del Conservatorio Superior de Navarra. Un nacimiento que también estuvo impulsado por la inquietud de Mirari Etxeberria, que con solo 20 años sintió la necesidad de dirigir una orquesta. Según relata Saioa Cuenca, responsable de la orquesta, “en el conservatorio de Navarra no hay especialidad de dirección, aunque sí la tenemos como asignatura, así que juntó a varias amigas y amigos del conservatorio para interpretar varias obras bajo su dirección. Al principio fueron solo diez, luego 15 y así hasta que hicieron un concierto a final del pasado curso con tan buen resultado que se decidió continuar con el proyecto pero dándole todavía más impulso”, lo que ha hecho actualmente la orquesta esté conformada por 55 músicos con edades comprendidas entre los 18 y 25 años.

La idea, explica Cuenca, “es poder ofrecer conciertos fuera del Conservatorio para poder darnos a conocer, coger fuerza en el escenario, y sobre todo disfrutar haciendo lo que esperamos que pronto sea nuestra profesión: tocar. Y, por supuesto, que se vea que hay mucho talento joven en Pamplona, con ganas de hacer cosas. Lo que sucede es que habitualmente todas las iniciativas se quedan de puertas para adentro del conservatorio, pero nosotros queremos demostrar que somos capaces de hacer cosas fuera, de enseñar a la gente música nueva y, sobre todo, llamar la atención de los jóvenes en el sentido de que vean que esto es una profesión y que realmente se puede hacer. Queremos que la orquesta sea una plataforma que ofrezca una experiencia previa antes de lanzarse al mundo profesional”.

La Joven Orquesta de Pamplona nace además bajo la premisa de que pueda participar todo el mundo, “aportando cada uno aquello en lo que se está especializando; no solo músicos, también compositores, por ejemplo”.

Actualmente, la Joven Orquesta de Pamplona está inscrita como asociación, “pero hasta no contar con cierta antigüedad, no puedes optar a las subvenciones, lo que nos permitiría poder afrontar un programa profesional, que requiere unos gastos. Actualmente, ensayamos los miércoles en el aula del orquesta, que nos cede el conservatorio”, apunta Saioa.

En resumen, la Joven Orquesta de Pamplona se presenta como una entidad diferenciada de las de su misma especia: “Nosotros ofrecemos música hecha por jóvenes y dirigida a toda la ciudadanía, de cualquier clase social, con cualquier hobbie o pensamiento. Queremos que la música llegue a todo el mundo que la quiera escuchar. Hemos elaborado un programa novedoso, quizá fuera de lo estrictamente académico, con el que no sólo tocamos música clásica sino distintas fusiones con otros estilos como la música de cine, bandas sonoras de videojuegos”, apuntan en la que puede definirse como su acta fundacional. Una apertura de miras que, sumada a sus ganas de tocar, les ha llevado a ser seleccionados para acompañar hoy a Sôber en el concierto que ofrecerán en la Casa de Cultura de Burlada, en el que presentarán su disco La sinfonía del Paradÿso. “Todos los integrantes de la orquesta se mostraron encantados con la propuesta de Sôber, porque es algo que nunca habían hecho, además de que supone un reto subirse al escenario para tocar un repertorio que no es el nuestro y con todo lo que implica de llevar claquetas, estar pendiente de las guitarras...”, apunta Saioa.

Una trabajo que ha afrontado con total entrega desde el minuto uno: “Nos pasaron los arreglos, las partituras y las bases que ellos escuchan para ensayar. De tal forma que ya llevamos cuatro ensayos con su música por encima; al principio resultó complicado porque ellos llevan el tiempo y la voz cantante, y nosotros tenemos que adaptarnos. Pero la verdad es que la preparación ha sido muy guay, estamos muy contentos”, comenta Saioa, a la par que especifica que para este concierto llevarán una formación reducida de 20 músicos y sin la directora habitual.