madrid - Para el artista norteamericano H.C. Westermann habitar la vida era “construir, un constante obrar”, y así se pone de relieve en la gran retrospectiva que el Museo Reina Sofía le dedica, la primera en España, con 130 obras, la mayoría en madera, un trabajo monumental, una obra “de ebanistería perfecta”.

Para el director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel, la exposición H.C. Westermann: Volver a casa “recupera a un artista difícil de calificar y desconocido para el público. Un artista de artistas, con una obra coherente, y poco conocido por las limitaciones del arte, por cómo el arte se ha transmitido”.

La exposición de Westermann (Los Ángeles, EE. UU., 1922 - Danbury, Connecticut, EE. UU., 1981), presenta 130 obras realizadas entre 1954 y 1981, en su mayoría esculturas de madera, pero también grabados, dibujos, cartas y pinturas de su primera etapa artística.

Una obra que sin pertenecer a las principales corrientes de su época, como el minimalismo, el expresionismo abstracto o el pop art, también cuestiona desde su singularidad cuestiones como la condición humana y las preocupaciones de la sociedad estadounidense de mediados del siglo XX, como la Guerra Fría, el consumismo y la cultura de masas. - Efe