Jorge Oteiza decía que “lo único que da grandeza a la palabra es la vida” y que él se hizo hombre en el arte. Un arte agitador, inconformista y reflexivo que no solo tuvo su representación escultórica. De hecho, su interés por diferentes disciplinas ha ocasionado que Oteiza fuera descrito, alguna vez, como “un artista por capítulos”, algo muy lejos de la realidad según su sobrina Pilar Oteiza. En cualquier caso, el escultor probó y, sin duda, sobresalió con la palabra. Prueba de ello son algunas de sus publicaciones más relevantes, como Existe Dios al noroeste y Quousque tandem...!, dos libros que hoy alcanzan su sexta y séptima edición (Pamiela), respectivamente, y que muestran la destreza de este gran artista con el lenguaje poético, por un lado, y su compromiso constante con la cultura vasca, por otro.

“Se trata de dos libros imprescindibles que a día de hoy todavía tienen mucho que decir y aportar”, señaló ayer, durante la presentación de estas reediciones, la profesora del Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile, Elixabete Ansa, quien recientemente ha publicado Mayo del 68 vasco. Oteiza y la cultura política de los sesenta. Estuvo acompañada por la sobrina y única heredera del escultor, Pilar Oteiza, y José Ángel Irigaray, de la editorial Pamiela, quienes desgranaron algunos de los aspectos más relevantes de estas dos obras de Oteiza. “Jorge fue un hombre que se hizo hombre en el arte, con ese proyecto que nos dejó aquí reunido por si nos es de ayuda en nuestra vida; y una parte de ese legado son estos libros que ahora alcanzan una nueva edición”, dijo Pilar Oteiza a modo de introducción.

Para José Ángel Irigaray, “es de felicitarse que las obras de Jorge Oteiza, aparte de su obra escultórica, también esté ahí y tenga el tratamiento que merece. La primera edición de Quousque tandem...! fue en 1963 y que hoy cumpla su séptima edición significa que se sigue leyendo y se leerá en un futuro, ya que son tantas las puertas y las aristas que toca y plantea el artista que siempre hay una relectura más profunda que da pistas para descubrir nuevos caminos y entender mejor”, sostuvo, para añadir que se trata de un texto “que sigue teniendo vigencia hoy en día”. También afirmó que la escultura de Oteiza siempre fue “muy poética y poiética” y su escultura “muy plástica” y, en este sentido, el artista se situaba ante la hoja en blanco “como un vacío cóncavo en el que exprimir todo lo que sentía como poeta, toda la poiesis que le surge en la creación de sí mismo. Aquí, el hecho poético supera el hecho concreto del poema, trasciende porque adquiere una postura existencial donde la actitud es la vida”, indicó. Y esa vida “llena de miedos, zozobras, sueños o preocupaciones se trasciende a través de las líneas ontológica, teológica, estética y política” a la poesía de Oteiza.

lecturas fundamentales Elixabete Ansa sostuvo que Quousque tandem...! y Existe Dios al noroeste son “dos libros fundamentales para Oteiza y para la cultura vasca en general” y pasó a ofrecer algunas pinceladas clave de las obras. Según expuso, Quousque tandem...! apareció en 1963 por la necesidad de “pensar a un colectivo vasco y de repensar la importancia de una cultura difícil de expresar con total libertad”. Su influencia, dijo, se traspasó a la pintura, a la literatura y al canto, pero también a la política. “Se trata de un texto que imbuye a la cultura vasca no solo a una necesidad de recuperar un patrimonio hacia atrás, sino abrirlo además a una realidad mucho más amplia”, añadió. Para Ansa, Oteiza intenta con este texto “definir lo que entiende por el alma vasca” y para ello “se aleja de tópicos folclóricos y lo abre a un arte universal”.

La autora de Mayo del 68 vasco defiende la particularidad del libro en cuanto a que no se trata de un texto al uso. “Se trata de una invitación clarísima a leer desordenadamente, a no estar siempre buscando una definición y una conducta claras; el texto invita a salir del lugar de confort y estar tranquilo sabiendo que no lo entiendes y a la no comprensión de lo que nos rodea porque eso supone una búsqueda incansable”, subrayó, un hecho que calificó como “el gran eje de Oteiza”.

Ansa apuntó que “hay muchas expresiones artísticas que prueba Oteiza”, que “lo conmueven y alimentan durante toda su carrera”. Y, aquí, la poesía ocupa un lugar fundamental. “Si uno observa, se encuentra un vaciamiento dinámico no vacío en su obra” que parte “de un conglomerado de moles de piedra llenos donde apenas se ve su intervención como escultor, hasta conseguir unas cajas vacías, abiertas; y en esa desmaterialización la poesía ocupa ese lugar donde, cuando ya no tenemos obra, piedra o hierro, nos queda la palabra; y no cualquier palabra: la poesía -explicó-. Se trata de una poesía muy inconformista, donde se aprecia un aspecto lúdico y mucha tensión, mucha lucha con las instituciones, además de, en algún poema, un esfuerzo por darle forma a un yo mujer”.