pamplona - Júlia Sardà asistirá este mediodía (13.00 horas) a la entrega de los Premios de las Librerías de Navarra junto a Santiago Lorenzo, mejor libro en castellano, y a Harkaitz Cano, mejor libro en euskera. El evento será en el Museo de Navarra, donde por la tarde (19.00 horas) se enfrentarán a las preguntas del público.

¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar en Los Liszt

-Recibí un mail de Tara Walker, editora de Tundra Books, una rama de Penguin Random House Canadá. Me hizo muy feliz por que fue la primera vez que se ponían en contacto conmigo y los considero una muy buena editorial, cuidan mucho los proyectos que publican y dan muy buen trato a los ilustradores. El manuscrito, de Los Liszt llegó junto con el de Mary, que escribió Frankenstein y los dos me parecieron geniales. Acepté ilustrarlos los dos, e inmediatamente conecté mucho con Tara, que tiene una manera de trabajar maravillosa. Tiempos holgados, buenos manuscritos, espacio y respeto para la creatividad del ilustrador, un presupuesto justo y mucha paciencia y amor para el proceso.

¿Qué le atrajo del proyecto?

-Me atrajo mucho del manuscrito de Kyo (Maclear), la escritora, que decidiera hablar de una familia trastornada, de gente cuadrada, compulsiva y obsesiva. Que los situara a todos en un limbo absurdo donde retroalimentan sus locuras, en una casa con normas ridículas, enquistadas y que quedan cuestionadas por la intromisión de un elemento externo, el visitante. Me encantó esta figura. Sobre todo me llamó mucho la atención que el visitante pusiera de relieve no solo el hecho de que tenerlo todo demasiado calculado limita, sino que detrás de esta necesidad hay miedo a muchas preguntas sin respuesta.

Es difícil, pero ¿cómo definiría su estilo de ilustración en general?

-Pues definiría mi estilo como cambiante. Desde dentro me cuesta mucho verlo coherente y lógico, siempre me da la sensación de que tengo mil influencias que a veces chocan y que me afectan demasiado. Veo mis dibujos en constante evolución, me divierte probar cosas nuevas en cada proyecto a riesgo de ser inconsistente. Supongo que al cabo de más tiempo me será más fácil de definir. Si tuviera que ponerle adjetivos diría que es detallado, abarrotado, colorista, absurdo, gracioso y oscuro a ratos.

¿Y en el caso de este libro?

-En Los Liszt se ven muchas influencias, sobretodo la de Carson Ellis, que es uno de mis grandes referentes de todos los tiempos, y también de la estética de Wes Anderson, un director al que admiro, pero que concretamente en este caso me sirvió de canal para traducir lo que a mi me sugería el tono y la forma de la historia de Kyo Maclear.

¿Cuál suele ser su método de trabajo; le gusta estar en contacto muy directo con el autor o la autora de los textos o trabaja por separado y van intercambiando propuestas?

-Suelo trabajar sola y tener poco contacto con los escritores. Las editoras hacen de intermediarias en este proceso por muchos motivos lógicos. Permiten a autores e ilustradores conservar espacio para su proceso creativo y traducen las ideas a veces contradictorias de los egos creativos para que el proceso sea lo más fácil posible. A veces claro que tenemos contacto, pero en este caso fue todo el rato a través de Tara, con la que, como he dicho, me encantó trabajar. Tiene una visión del conjunto muy útil para poder dirigirnos y potenciarnos.

¿Qué salud cree que tienen los libros ilustrados en la actualidad en el Estado español y en otros países?

-El libro ilustrado es una forma de arte maravillosa que cada vez goza de mayor reconocimiento y medios para florecer. Hay miles de maneras de hacer y todas aportan cosas diferentes y pienso que estamos en un momento de riqueza, de variedad, de lenguajes distintos y de estructuras originales que plantean nuevas formas de ver. Eso sí, es una disciplina al servicio de un mercado y esto limita, pero creo que también es nuestra responsabilidad encajar de una manera honesta en esta ecuación y saber jugar con las cartas que nos tocan.

¿Cómo se entrena o alimenta para realizar su trabajo?

-Pues leo mucho, me empapo de referentes de otras disciplinas que alimentan mi bagaje cultural, escribo, entreno la imaginación y, siempre que puedo, juego con otras reglas en la vida en general.

¿Cómo recibió el Premio de las Librerías de Navarra?

-Me hizo mucha ilusión por que nunca he recibido ningún premio y siempre anima tener reconocimiento y comprobar que a alguien le ha parecido interesante lo que propones. En este caso, viniendo de las librerías, que tienen tanto contacto con el álbum ilustrado, me parece todo un honor.

¿Qué valor o papel cree que juegan los libreros en el mundo literario?

-Supongo que los libreros con criterio eligen y distribuyen una línea editorial que consideran interesante. Me parece un papel muy importante, también por que representan el contacto directo con la gente, tienen mucha experiencia y son los que mejor pueden medir la calidad de lo que se ofrece desde las editoriales y entender el tipo de respuesta que tiene en los lectores.