Sevilla luce como el oro mientras se hunde en el barro de la corrupción. La peste está de vuelta. Hoy, Movistar+ estrenará la segunda temporada de una de sus series más ambiciosas. Alberto Rodríguez ha dirigido los dos primeros capítulos y es el creador de la historia junto a Rafael Cobos. El resto de los episodios, cuatro más, han estado bajo la batuta de David Ulloa. Rodríguez, director, Pablo Molinero, Mateo, el protagonista, y con Luis Callejo, un duro y cruel villano que pertenece a la Garduña.
En esta temporada, las mujeres toman el mando y el protagonismo de la historia. Es Teresa quien encabeza el elenco femenino. El personaje está interpretado por la actriz vasca Patricia López Arnáiz. Le acompañan en esta aventura televisiva Estefanía de los Santos, Cecilia Gómez, Claudia Salas y Melina Matthews. Todas ellas van a tener tramas muy especiales en esta entrega. Y junto a Molinero también se alza un reparto masculino de prestigio. Los personajes de Sergio Castellanos, Federico Aguado, Luis Callejo, Manuel Morón y Julián Villagrán acompañarán a Mateo en esta aventura que discurre por el siglo XVI en una Sevilla que luce esplendor y se ha convertido en el centro de las oportunidades, pero donde la maldad y la corrupción ocupan un lugar de dominación.
Superpoblación El argumento se centra en Sevilla cinco años después de la última gran epidemia de peste, la ciudad ha conseguido reponerse. Sigue manteniendo el monopolio del comercio con las Indias y su prosperidad va en aumento. Pero también la población, que se dispara alcanzando unos máximos históricos. El gobierno no es capaz de alimentar a sus habitantes ni de asegurarles unos servicios asistenciales mínimos. El descontento social crece y se cristaliza en el nacimiento de la Garduña, el crimen organizado, que ha tomado el control de la ciudad.
Lejos de Sevilla, en Tierra del Fuego, Nuevo Mundo, Mateo (Pablo Molinero) recibe una carta de Teresa (Patricia López Arnaiz). Valerio (Sergio Castellanos) está amenazado de muerte por La Garduña y le pide que vuelva para ayudarlo. Su vida corre peligro. La ciudad recibe a un nuevo asistente, Pontecorvo (Federico Aguado). Su misión es poner orden en la ciudad y doblegar al hampa. Para ello se servirá de las dotes de Mateo y de la ayuda de un rufián infiltrado, Baeza (Jesús Carroza). La situación es ingobernable.
corrupción “Sevilla es la ciudad dorada de la época, es de oro y barro. La corrupción está por todas partes. La trama ha cambiado respecto a la primera temporada. Mateo ya ha superado la depresión, no está enfermo. Hay nuevas líneas de guion, aparece la Garduña, hay nuevos personajes es distinta”. Alberto Rodríguez ríe que cuando se le comenta que España no ha superado la corrupción cinco siglos después de esta historia: “Donde hay dinero, mucho dinero, siempre hay corrupción”. Está convencido de que esta serie aún daría para una tercera entrega.
Pablo Molineros y Luis Callejo son las dos caras enfrentadas de esta serie. El primero salva vidas, es el héroe, el bueno de la película. El segundo, es el villano, el soldado de la Garduña, el que disfruta matando y torturando. “Mi personaje, Mateo, es un hombre diferente al de la primera temporada. Ha visto la muerte cara a cara en el Nuevo Mundo. Regresa a Sevilla porque le llama Teresa y se encuentra con una ciudad que emerge, que brilla, pero que esconde muchas amenazas. Es luz y oscuridad”, explica Molineros, el protagonista.
El actor está disfrutando de la experiencia televisiva. Es un hombre de teatro que ha abandonado temporalmente lo escenarios para gozar estando delante de una cámara. “Quiero gozar del momento”.
un villano contento Por su parte, Luis Callejo está feliz y contento de ser un desalmado en una historia tan potente como La peste. “Hacer de malo siempre es un plus para un actor. Haces cosas que no puedes hacer en la vida real. No me importa hacer de bueno, pero ese tipo de personajes se acerca más a ti mismo. Ser el malvado es otra historia, son papeles que te hacen sentir especial. Además, he aprendido mucho; por ejemplo, no tenía ni idea de que la Garduña existiera. Mato, torturo y lo hago con ganas, disfrutando. Pero solo es ficción. En la vida real soy otro”, confiesa riendo.