Tras cinco días de intriga entre asesinatos, investigaciones criminales, corrupción policial y ciberdelincuencia, la sexta edición del Festival Pamplona Negra escribió ayer su desenlace entre lectores apasionados y fieles a esta cita, en una jornada que combinó literatura, gastronomía y música a ritmo de jazz, y en la que la escritora Dolores Redondo volvió a ser protagonista.

La despedida hasta enero de 2021 de este festival, que ha contado con grandes nombres del panorama estatal, local e internacional del género, contó por la mañana con la última ruta teatralizada Pamplona sangrienta, a cargo del grupo de teatro de la UPNA, así como la master class que bajo el título Así se hizo Monteperdido impartió Agustín Martínez, autor de las novelas Monteperdido y La mala hierba. El escritor habló sobre cómo su opera prima se convirtió en una de las series de televisión más exitosas del año pasado y compartió con el público imágenes inéditas del rodaje y escenas eliminadas.

Tras una comida noir en el Hotel Tres Reyes donde los asistentes repusieron fuerzas degustando un menú-homenaje a la gastronomía sureña de Estados Unidos de la mano del chef Enrique Martínez Burón, de nuevo en Baluarte y ya por la tarde, la Sala de Cámara recibió a la escritora Dolores Redondo, quien charló con la directora de Pamplona Negra, Susana Rodríguez Lezaun, sobre la atmósfera que rodea a sus obras, la verdad que hay tras sus historias y el salto geográfico que da en su última novela, que se desarrolla en Estados Unidos.

Y la despedida final de esta edición sucedió a ritmo de Duke Ellington, George Gershwin, Rodgers & Hart y Stephen Sondheim, en el concierto titulado Jazzy Blackmask que Jazzy Leap ofreció ya en la tarde-noche, también en la Sala de Cámara de Baluarte. Un final feliz en la oscuridad.