- En un año complicado para el sector cultural y pese a meses de parón y limitaciones de aforo, las salas de cine resisten. Entre ellas, la exhibidora y distribuidora navarra Cines Golem, que con centros en Pamplona, Burgos, Madrid y Bilbao, este año verá cómo su asistencia desciende en un millón de espectadores. "Estamos en una época que nos toca resistir, tenemos que aguantar y esperar a que vengan mejores tiempos", asegura Carlos San Julián, coordinador de exhibición de Golem. Un ejercicio de resistencia en el que su mejor arma es ofrecer una programación atractiva al espectador, a la par que aguardan mayores ampliaciones de aforo: "Tenemos que ir mirando al futuro en el cual volveremos a tener las salas ocupadas y llenas".

Han pasado cinco meses desde que las salas de Golem abrieron sus puertas, adaptadas a la nueva normalidad. ¿Qué balance se hace del trabajo realizado en este tiempo?

-Como a todo el mundo, nos tocó cerrar los cines el 13 de marzo y fue uno de nuestros días más tristes... Durante esos tres meses y medio cerrados, estuvimos trabajando en la manera de abrir y adecuando nuestras salas, nuestros sistemas de aire acondicionado... Al final se decidió abrir el 3 de julio. Además, a lo largo de ese mes había películas que podían ser atractivas para atraer a la gente, pero cuando ya teníamos la campaña lanzada y pensábamos abrir, fueron desapareciendo esos largometrajes... Y tuvimos que rescatar títulos que habíamos dejado de exhibir en marzo, junto a otros que recuperamos del cine clásico, como Blade Runner, 2001: Una odisea del espacio, Pulp Fiction... Así pasamos julio, que fue duro porque no llegábamos más que a un 20% que lo que hacíamos en un año normal...

Y en este verano, una de las alegrías fue el estreno de Padre no hay más que uno 2, la película de Santiago Segura que ha dejado una taquilla acumulada que roza los 13 millones de euros.

-Sí, Santiago Segura se empeñó en estrenarla. Hizo una apuesta seria por el cine y le debemos estar todos muy agradecidos a esa decisión. Eso animó a las salas para podernos mantener en un 50% de lo que hacíamos en un año normal. En agosto también se estrenó Tenet y de esa manera tuvimos un verano que, para las circunstancias, podíamos considerarlo aceptable y nos ayudaba a mantenernos. En septiembre además recuperamos cosas que no habíamos podido hacer durante los meses que habíamos estado cerrados, como unas jornadas de Memoria Histórica organizadas por el Gobierno de Navarra, la Muestra de Cine y Mujeres y el ciclo de Mendi Tour, del festival Mendi Film. La respuesta de la gente nos animó mucho y la reacción fue buena.

Todo ello adaptado a las limitaciones de aforo, la última de ellas ampliando el 30% al 40%.

-Sí, en verano abrimos con un 75%, luego entre la primera o segunda semana de octubre hubo una limitación de aforo del 50%, hasta que llegamos en Navarra a una situación que era insostenible y se redujo el aforo al 30%. Eso sí que nos ha supuesto volver a las cifras del principio y todo tu esfuerzo se ha ido un poco al traste y ha tocado volver a sufrir un poco.

Con el cierre de este 2020 ya próximo, ¿han calculado las cifras del impacto que deja la pandemia?

-Este año Golem va a perder un millón de espectadores en sus seis centros y 42 pantallas. Tenemos cines en Pamplona, Burgos, Madrid y Bilbao y este año haremos cerca de 600.000 espectadores, cuando el año pasado hicimos 1.600.000 espectadores. Y eso sí, antes comentábamos la importancia de una película como la de Santiago Segura, pero también las cosas especiales han funcionado muy bien. Por ejemplo, hay que agradecer a Jordi Évole su documental Eso que tú me das, que en nuestras salas ha funcionado maravillosamente bien.

Imagino que positiva habrá sido también la acogida de otro documental, el de El Drogas.

-Sí y además aparte de exhibirla, también la distribuimos nosotros con lo cual es muy satisfactorio. Y también estamos contentos con cómo ha funcionado La voz humana, el cortometraje de Pedro Almodóvar. Hemos puesto todo nuestro esfuerzo en mantener una programación atractiva. También, como tuvimos la limitación de tener que cerrar los cines a las nueve de la noche, no había posibilidad de encajar a la tarde nuestro ciclo de ópera, con el que durante estos últimos cinco años hemos hecho la programación en directo con el Metropolitan Opera House desde Nueva York... Pero decidimos hacerla los domingos por la mañana en Golem Baiona y en Bilbao y la respuesta ha sido fantástica: unas 120 personas cada día. Hemos tenido que abrir dos salas para poder acogerlas.

Se ha tratado, en definitiva, de solventar las dificultades de limitaciones de aforo y sesiones a base de programar ciclos diferentes y atractivos de cara al público.

-Sí, también organizamos El cine que viene, un ciclo con todas esas películas que han ido pasando por festivales como Berlín, Venecia, Toronto y San Sebastián. Las hemos concentrado y hemos hecho un pase y una cita, con una media de 150 personas. Y hacer un ciclo así no sólo repercute económicamente, sino que contribuye a tener un flujo de gente que está demandando ver cine y su cine tenga una programación atractiva. Hemos sido felicitados por distribuidoras y por todo el gremio de lo bien que han funcionado los ciclos.

En la otra cara, ¿cómo se ha encajado esos estrenos aplazados como Sin tiempo para morir -cuyo estreno se ha retrasado hasta 2021- o que películas esperadas como Mulán se hayan estrenado en plataformas digitales?

-Bueno, el comportamiento de las grandes multinacionales es imposible de controlar, no sabemos dónde van a parar... Todos creemos, y nos dicen, que cuando volvamos a la normalidad, el tema de los estrenos en salas de cine va a continuar de esa manera. Nos lo prometen, pero no te puedes fiar, pude pasar cualquier cosa, lo que hoy dicen que es blanco, mañana pude ser negro. Entonces hay una confianza, que se mezcla un poco con el deseo, de que el cine va a continuar funcionando. Nadie se puede imaginar que de aquí a un año no haya cines en las ciudades, con lo cual pensamos que siendo la opción de ocio mayoritario que hay ahora mismo en una ciudad, es algo que va a continuar. Ahora estamos en una época que nos toca resistir, tenemos que aguantar y esperar a que vengan mejores tiempos. Se supone que el año 2021 va a ser un año de transición en el cual seguro que no recuperamos la velocidad de crucero que teníamos antes, pero tenemos que ir mirando al futuro en el cual volveremos a tener las salas ocupadas y llenas.

Y cuando desde la Federación de Cines España (FECE) cifran en 84,5% la caída de taquilla entre marzo y octubre, ¿no es que entre en peligro la supervivencia de las salas, sino que muchas de ellas incluso habrán cerrado?

-Sí. Hay cadenas de cine que lo estarán pasando mucho peor... Nosotros hemos valorado que es mejor tener el cine abierto que tener que cerrar y abrir. Además, es cierto que al igual que todo el sector cultural, nuestra posición ha sido la de lealtad absoluta a todas las normas y a todo lo que se nos ha pedido. Hemos cumplido todas las normas y aplicado los protocolos escrupulosamente para que no haya contagios y se perciba como una actividad segura. Todos los datos indican que tanto en el cine, como en un espectáculo de teatro o en un concierto, no ha habido ni hay contagios.

El pasado mes de noviembre, el Gobierno de España aprobó una partida de ayudas destinada a cubrir el trabajo realizado por las salas para adecuarse a las medidas sanitarias requeridas. ¿Qué apoyo económico se ha recibido en este tiempo?

-Sí, estaba esa ayuda del ICAA ( Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales) del Ministerio de Cultura, en la cual se nos ayudaba a reconvertir las medidas que había que tomar para cumplir la normativa covid y también ha habido alguna ayuda del Gobierno de Navarra a programaciones que se han realizado y a líneas de programación... Es un poco lo que hemos obtenido. Está claro que tenemos dos meses de supervivencia, no podemos aguantar mucho más, tenemos que seguir mirando hacia delante pero es algo que hay que pensar: vamos a necesitar más ayudas como esto dure mucho más tiempo. Va a ser muy difícil que podamos sobrevivir de esta manera. Decir que nuestro empeño y nuestra misión es proteger a los 100 trabajadores que estamos en plantilla en los seis centros. Hay que pelear por su continuidad y por todos.

Hace unas semanas, el Ejecutivo foral anunció la ampliación del aforo en cines y teatros al 40%, medida que estará en vigor mínimo hasta el 16 de diciembre. ¿Se antoja insuficiente, a las puertas de un escenario atractivo para las salas de cines como son las Navidades?

-Bueno, parece que vamos por buen camino, que la curva la hemos dejado de lado y va a mejor... Nosotros vamos a lo que se nos diga, pero intentaremos llegar, mínimo, a 50% de aforo, lo cual nos ayudaría a poder dar un mejor servicio de cara a estas navidades. En diciembre tenemos estrenos importantes que pueden mover un poco la taquilla, como Wonder Woman; hay muchos días de fiesta... Por ejemplo en el mes de diciembre, en todo nuestro circuito, hacíamos 100.000 espectadores y este año haremos 30.000 espectadores... Y para llegar a esos 30.000, necesitaremos tener un aforo del 50%, como mínimo.

¿Se van a retomar las sesiones matinales, habituales en estas fechas?

-Sí, normalmente lo hacemos en Golem La Morea, que es donde mejor funciona y seguiremos teniendo esa oferta de matinales en Navidades. Además, acabamos de terminar los ciclos de GolemArte y Cine que viene y de aquí a Navidades habrá alguna actividad, pero ya estamos preparando la próxima campaña, que será a partir de enero.

"Estrenos como 'Padre no hay más que uno 2' o 'Tenet' nos ayudaron a mantenernos en verano"

"Tenemos que seguir mirando hacia delante, pero vamos a necesitar más ayudas como esto dure mucho más tiempo"