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Veste: Tejiendo identidades

La artista navarra Celia Eslava explora las posibilidades de construcción del yo, y en especial del yo femenino, a través del tejido y la porcelana en la exposición 'Veste', en Apaindu.

Veste: Tejiendo identidadesJavier Bergasa

Veste. Del latín o del francés, vestido. Esta palabra que da título a la nueva exposición de Celia Eslava recoge la esencia de su exploración vital a través del tejido y la porcelana sobre la manera en que, como sujetos, construimos nuestra propia identidad a lo largo de la vida.

A esa reflexión le ha llevado esta época de pandemia. Desde el confinamiento, en que se puso a crear porque, dice, necesita acción y análisis ante una situación límite que genera inquietud y desconcierto, y hasta ahora, cuando inaugura esta exposición en Apaindu. Una instalación con piezas de pared, colgantes y de suelo, algunas surgidas de un ámbito más figurativo, desde una parte más racional, y otras creadas más en la abstracción y "quizá con mayor libertad, de forma más azarosa", dice la artista.

La pieza central es un vestido de mujer blanco -blanca es toda la exposición- que simboliza la dualidad que caracteriza al propio acto de vestirse. "Es una reflexión sobre la construcción de la identidad, sobre la construcción de vínculos familiares, sociales, afectivos, a través de la vestimenta, que creo que es la arquitectura mínima que el ser humano necesita para relacionarse con el entorno, y es esa piel exterior que nos presenta, nos representa y nos define como individuos y ante los demás", dice Celia Eslava. Una dualidad que conlleva libertad y ataduras. Las ataduras de todo lo que culturalmente nos condiciona, las convenciones sociales, los diferentes significados que hay a la hora de vestirse. Y, en la parte delantera del vestido, la artista ha querido hacer un canto a lo que está por construir, con hilos sueltos, sin tejer, que se expanden por el suelo simbolizando "que el rol de la mujer está cambiando en este momento, los modelos están en continua construcción, y propongo que el hilo nos lleve a eso, a esa construcción constante de modelos diferentes, a esa búsqueda", cuenta la autora.

El pliegue, que alude a lo visible, a lo invisible, a lo que mostramos, a lo que ocultamos, ante los demás y a nosotros mismos, es un elemento clave de la instalación, protagonista de varias obras que lucen en Apaindu. Como es el caso de una pieza colgante construida a base de tejido y de porcelana en forma de nidos o huevos rotos, y en la que la repetición es una constante. "Nace de mi reflexión en torno a una repetición de situaciones en las que te ves ahí, teniendo que recolocarte o que afrontar cambios, y son repeticiones no iguales, siempre son un poco diferentes, que traen momentos que parece que están ya vividos pero que vuelven a aparecer, y en los que te vuelves a reconfigurar", cuenta Celia Eslava sobre estos huevos rotos o nidos que aluden al renacer. Pero la artista puntualiza que no quiere acotar ni cerrar los significados de sus piezas, que éstas son evocaciones abiertas a cualquier interpretación, y todas igualmente válidas, por parte de quien las contempla. "Trabajo a partir de fragmentos, y en el propio proceso es cuando voy entendiendo de qué quiero hablar, pero a veces ni yo misma lo sé al terminar una pieza. A veces es un nacimiento inconsciente", cuenta en este sentido.

El hilo como posibilidad de construcción permanente, como intento de evolucionar ante las dificultades; la cera como materia de la naturaleza, a la que Celia Eslava, como "mujer que tiene la capacidad de dar vida, de alimentar y de proteger", se siente muy conectada; las dualidades de blandura-dureza, fragilidad-resistencia, y la emergencia, están presentes en Veste, exposición que nace de una "técnica silenciosa" y de un amor por "la naturaleza como energía que está en continua evolución".

Sobre el momento que vivimos, la artista pamplonesa cree que "estamos obteniendo una información bestial, pero la dichosa globalización nos ha uniformado mucho, y eso se extiende al pensamiento, y creo que tenemos que mirar hacia adentro para encontrar nuestros propios modelos personales. Como artista, creo que estamos ante esa oportunidad: intentar encontrar un lenguaje propio y transmitirlo para ver si logramos generar emoción", concluye.