a naturaleza es para Carlos López (Tudela, 1971) un pretexto para dar rienda suelta a lo que realmente le interesa y apasiona: la alquimia de la pintura. Todo lo que se “cocina” en ese proceso en el que aúna materia y paisaje; que se inicia cuando sus ojos contemplan un paisaje que primero es recorrido, fotografiado, y continúa luego de otra manera, en el estudio, con las herramientas de pintor y los sentimientos a flor de piel.

Esta es la esencia del quehacer artístico de Carlos López, que se hace patente en la exposición que acoge hasta el 30 de abril La Fábrica de Gomas ya desde el propio título, La alquimia de lo sentido. Es la primera muestra del pintor tudelano en este espacio, cuyo potencial ha aprovechado al máximo; lo habita con más de 50 obras que, en conjunto, componen un recorrido que invita a la contemplación y el deleite sin prisas.

Luce una novedad: la incursión del artista en las ciudades, en el paisaje urbano, donde se palpa el gusto por el impresionismo y sigue habiendo expresión de la materia. “Me interesa captar ese momento fugaz que se da sobre todo al amanecer, y en el que salen unos tonos cálidos que por lo general los relacionamos con el atardecer pero en el amanecer también existen, aunque lo contemplamos menos”, explica el artista de esta serie de cuadros en formato pequeño que dan la bienvenida al visitante de la exposición y en el que las lucecitas de los edificios, creadas a base de “pincel pequeñito”, titilan coloridas a lo lejos. “El 90% de todos los cuadros que he pintado a lo largo de mi trayectoria son paisajes naturales, y ese 10% siempre ha sido a base de escarceos que he hecho a la ciudad, a lo urbano, para descansar un poco de los temas de la naturaleza; de ahí que sean formatos más pequeños”, apunta Carlos López sobre estas obras. Hace años sus paisajes urbanos eran de una arquitectura más marcada, más de línea y plano. “Ahora lo hago más a modo de sombras, de manchas”, cuenta de este quehacer que define como “una especie de impresionismo pero a lo bestia”. “Es impresionismo por esa intención de captar ese momento concreto de la luz, pero con un tratamiento un tanto agresivo, que es por lo que se caracteriza mi pintura”, explica en este sentido. Esta serie de ciudades nace de un motivo cotidiano: “Vivo en un quinto piso en Tudela con unas vistas maravillosas, el piso casi coge los 360º de toda Tudela, da mucha vuelta, y esta serie nace de fotografías que hago de la vista desde casa al amanecer, de perfiles donde resalta la catedral”, apunta.

También hay en La Fábrica de Gomas dibujos a lápiz fruto del tiempo le brindaron los dos meses de confinamiento y que le sirvieron como descanso de la propia pintura, como exploración más liviana, como puro disfrute; y, por supuesto, hay mares y bardenas. Destacan un par de cuadros en los que las tormentas, a punto de estallar o ya desatadas, son protagonistas; obras muy evocadoras cuya riqueza reside precisamente en eso, en que generan interpretaciones muy abiertas y variadas. “Pueden parecer tanto un plano de agua como un campo de cultivo”, dice el autor.

Como es habitual en el espacio expositivo del Soto de Lezkairu, se dedica un apartado a visibilizar el proceso creador del artista. Las herramientas y los materiales de esa “cocina” de pintor, de esa alquimia que surge fruto de la interacción entre la parte técnica y la parte interiorizada o sentida por el propio artista.

“Ahí se establece un ciclo de fuera a adentro, en el que yo contemplo el paisaje, un poco como pretexto, insisto, porque tampoco soy un gran caminante, ni excursionista. Yo en el paisaje veo cuadros. En las Bardenas, o en Asturias cuando voy de vacaciones, veo cuadros mientras recorro paisajes y los fotografío”, dice. Paisajes que luego interioriza, pasa por un tamiz personal, por su propia mirada, y que más tarde se materializan, gracias a esa alquimia o cocina, en forma de cuadro .

Título. La alquimia de lo sentido.

Lugar. La Fábrica de Gomas (calle Fuente de la Teja, 12, del Soto de Lezkairu de Pamplona).

Fechas y horario. Inaugurada el pasado día 18, la exposición permanecerá visitable hasta el 30 de abril, de martes a viernes de 12 a 13.30 y de 18.00 a 20.30 horas, y sábados y domingos en horario de 12.00 a 14.00 horas.

Hoy, charla. Este mediodía de sábado, a partir de las 12.30 horas, en el marco de la exposición tendrá lugar el encuentro a modo de charla titulado La mirada de Carlos López.

“Me interesa captar ese momento fugaz de luz cálida en el amanecer de las ciudades”

Pintor