El cine les ha unido. El cine, ese arte que conciben como una herramienta de acercamiento al mundo, una vía para hacerse preguntas y cuestionar el estado de las cosas. Ione Atenea, Marina Lameiro, Arantza Santesteban, Maddi Barber, Irati Gorostidi y Mirari Echávarri comparten esa certeza y otras muchas dudas –que son casi siempre el motor de toda creación–; se mueven al margen de la industria comercial apostando por formas alternativas de hacer, éticas, honestas y arriesgadas, libres y a la vez firmes y coherentes.

Y trabajan, y mucho, apoyándose en los procesos creativos y en la producción, con ganas y una vocación de pensamiento, introspección y conocimiento que traspasa límites y barreras; que se proyecta en sus obras y enriquece a quien se asome a ellas.

Oportunidades hay ahora mismo en la gran pantalla: Golem Baiona acaba de estrenar 918 GAU de Arantza Santesteban, primer largometraje de la productora navarra Hiruki Filmak –que lo ha coproducido con Txintxua Films–, y este jueves 16 se estrenará también allí el documental de Ione Atenea Los caballos mueren al amanecer, de nuevo con producción de Hiruki Filmak.

"ASUMEN UN GRAN RIESGO Y LIDERAZGO"

Marian Fernández Pascal (Pamplona, 1974), productora de Txintxua Films, ve a este grupo de cineastas “con muchísima curiosidad y muchísima admiración”.

“En mi experiencia siempre en la producción de cine, no ha sido algo que a mi alrededor se haya dado de forma natural, el trabajar con mujeres que lideren los proyectos desde la parte creativa, que sean tan talentosas y además que asuman tanto riesgo y tanto liderazgo sobre todo lo que hacen. Dentro de que son muy diferentes, les veo a todas con mucha capacidad, mucho potencial, y probablemente van a ser cineastas de las que veamos muchas cosas y buenas”, asegura Marian Fernández, para quien trabajar con ellas es “un aprendizaje”.

“Nos une una visión de cómo hacer películas que es honesta con el territorio, con los temas y las formas”

Arantza Santesteban - Cineasta e investigadora

“He aprendido muchísimo haciendo este proyecto –dice aludiendo a 918 GAU–, desde la parte de producción hemos trabajado de una manera súper intuitiva y haciendo las cosas de una manera muy diferente a la que estaba habituada, pero a la vez con muchísima confianza porque veía que tenían muy claro lo que querían contar y cómo”, apunta sobre el documental de Arantza Santesteban (Pamplona, 1979), un relato de intimidad a partir de la vivencia de un conflicto político y el estigma que conlleva, y de la dureza de la cárcel, que ha cosechado varios premios en un recorrido que, reconoce su autora, está siendo “muy potente e intenso”.

CONOCERSE TRABAJANDO

Santesteban cuenta que este movimiento de mujeres cineastas navarras “ha ido surgiendo de una forma muy orgánica”. “No ha sido algo que hemos pensado y luego hecho, sino que nos hemos ido encontrando por el camino. A Maddi Barber (responsable de la fotografía de 918 GAU) hace once años que la conozco y empezamos a trabajar juntas. Creo que ha sido paralelo, el ir trabajando juntas en cosas y el ir conociéndonos”, dice la realizadora, que asegura que comparten “una amistad y una visión de cómo hacer películas que es honesta con el territorio, con los temas y con las formas con las que trabajamos. Aunque no hacemos el mismo cine, porque cada una es muy particular, sí hay una ética compartida de cómo hacer cine, y también de cómo buscar cada una su lugar, cómo sumar desde lo singular de cada una”, apunta.

Barber, durante el rodaje de su película 'Gorria'. Redaccion DNN

Sus procesos son colectivos. “Nos acompañamos unas a otras, colaboramos entre nosotras porque son procesos muy largos y es duro sacarlos adelante, por eso hacer un poco de comunidad es súper importante”, afirma Ione Atenea (Pamplona, 1985). “Porque a veces te sientes sola o tienes dudas, y está guay tener una comunidad a la que acudir. El cine es trabajo en equipo, y tener la oportunidad de trabajar con amigas, es lo más”, añade en este sentido.

“Nos motiva trabajar desde lo que conocemos, explorar el entorno que nos rodea o nuestras vivencias”

Marina Lameiro - Cineasta y productora de cine

Su compañera de oficio y además hermana, Marina Lameiro (Pamplona, 1986), también recalca que lo que les une ahora “sobre todo es una amistad, pero también una forma de entender el cine y de cómo hacer cine, desde una manera colaborativa”.

Y un cine “desde lo cercano, que no tiene por qué ser necesariamente lo íntimo; pero sí pensamos que no hace falta irse a lugares remotos o a realidades que nos son ajenas para contar buenas historias. A nosotras nos motiva más trabajar desde lo que conocemos. Explorar el entorno que nos rodea, nuestras vivencias o, en cualquier caso, aquellas con las que nos sentimos conectadas”, cuenta Lameiro, autora los documentales 300 Nassau (2016), Young & Beautiful (2018), Dardara (2021) –sobre Berri Txarrak– o Paraíso (2021), este último realizado con Maddi Barber.

MERCEDES ÁLVAREZ, UN REFERENTE

Hay una cineasta referente para esta generación más joven de realizadoras navarras: Mercedes Álvarez (Aldealseñor, Soria, 1966), autora de El cielo gira (2004) y Mercado de futuros (2011), quien no quiso perderse el pasado jueves el preestreno de 918 GAU en Golem Baiona. “Conocí a Mercedes a través de El cielo gira cuando estudiaba cine en Barcelona; vi la película y me alucinó, había algo ahí que era muy particular. Siempre ha habido ahí una admiración, también por cómo piensa el cine, cómo piensa sobre la imagen y su estatus político. No solo el cine que hace es potente, también su pensamiento, ella misma a nivel teórico”, resalta Arantza Santesteban.

Irati Gorostidi y Mirari Echávarri, directoras del documental 'San Simón 62', que proyectó Punto de Vista.

Irati Gorostidi y Mirari Echávarri, directoras del documental 'San Simón 62', que proyectó Punto de Vista. Iban Aguinaga

En el caso de Marina Lameiro, le une además a Mercedes Álvarez una vinculación personal. “Es amiga de mi familia, de mi tía y mi madre, y desde pequeña el acceso que yo he tenido al hacer cine siempre ha sido a través de ella. Cuando llegué a estudiar a Madrid ella estaba terminando El cielo gira, y desde un punto lejano he estado asomada a ese proceso. Para mí ha sido un referente en ese hacer un cine desde lo cercano”, comenta.

“Hacer comunidad es muy importante, son procesos muy largos y es duro sacarlos adelante”

Ione Atenea - Cineasta y fotógrafa

PUNTO DE VISTA, ALIMENTO Y PLATAFORMA

Otra fuente de inspiración, otro alimento constante –además de plataforma– que nutre a esta generación de cineastas navarras es el Festival Internacional de Cine Documental Punto de Vista. “Es uno de los motivos por el que ha habido este florecimiento. Hemos ido creciendo junto a este festival tan importante y tan de calidad, que tenemos la suerte de tener en nuestra propia ciudad. Ahí te vas nutriendo y formando, y a la vez haciendo esa comunidad en torno al cine”, asegura Ione Atenea, quien ya sea a través de la fotografía o del cine, encuentra en el género documental la vía para desarrollar su vocación que, dice, “viene muy del impulso, del deseo de documentar y de recoger fragmentos de realidad y ordenarlos de alguna manera”.

Un proceso del que, dice, “lo más importante es aprender”.

EL MOMENTO PARA HACER CINE ALTERNATIVO

Sobre cómo ven el momento para sacar adelante este tipo de cine alternativo, documental, que prioriza el arte y el pensamiento, reconocen que “cuesta mucho porque se necesita mucho tiempo y mucha implicación a todos los niveles, tanto para buscar financiación como para desarrollar luego el proceso creativo; son trabajos que necesitan cuidarse mucho, y que luego encima no son comerciales y por lo tanto no generan beneficios. Aunque a la gente le interesan, no se promocionan tanto”.

Ione Atenea, cineasta. Iban Aguinaga

Valoran, eso sí, el apoyo que tienen en Navarra. “Tenemos suerte porque contamos con mucho apoyo del Gobierno de Navarra a través de Generazinema”, coinciden en resaltar. “Quizá algo que se podría mejorar es que algunas ayudas están muy diseñadas para cine más industrial, y el acceso para este tipo de películas alternativas se dificulta”, opina Ione Atenea.

Marina Lameiro desearía que, como ocurre en otros territorios como Galicia, “hubiera aquí unas ayudas más dirigidas a los creadores, porque yo para poder acceder a ayudas he tenido que constituirme como productora, sin tener ni idea, y empezar a hacer un trabajo en el que he aprendido a base de palos, porque yo no tenía vocación de productora; ahora estoy agradecida porque ese aprendizaje me ha permitido ayudar a otras amigas a hacer sus películas”, valora.

“Son cineastas muy talentosas, que asumen un gran riesgo y un gran liderazgo sobre todo lo que hacen”

Marian Fernández Pascal - Productora de Txintxua Films

Desde Txintxua Films, Marian Fernández Pascal coincide en que “podrían enfocarse más las ayudas de Generazinema para que el tejido del potencial creativo que hay en el territorio tenga mejores condiciones de seguir adelante, y ahí sería muy positivo reforzar las ayudas a desarrollo, que es una fase previa a producción. Cuando tenemos tanta gente con talento y con ganas de arriesgarse en hacer cosas, ese primer apoyo desde el desarrollo es muy importante, y se puede dotar mejor”, propone.

El impulso es fuerte y firme; sumado al talento, la confianza y el apoyo de saberse y sentirse acompañadas. Ellas seguirán creando. Seguirán componiendo historias con imagen y sonido. Para recuperar memoria, aproximarse al mundo con distancia, capacidad de observación, análisis y reflexión. Para cuestionar discursos, símbolos, estereotipos; el estado de las cosas que nos afectan y en las que, a veces sin ser conscientes, nos proyectamos.

Bienvenido el cine que amplía consciencia.