Hay dolores visibles, dolores que implican tener cicatrices, vendas o escayolas que están a la vista de todos. Pero también hay males que no se pueden ver, que a veces ni siquiera el que los sufre los percibe como tales. Y para luchar contra el último escalón de este dolor invisible, el suicidio, nace Adayu. Rohkea y la fuerza de la Unión. El nuevo cuento, o álbum ilustrado, de Yolanda Montero, ilustrado por Beatriz Menéndez, busca trabajar en la prevención del suicidio. Se trata de “una historia para todas las edades que nos acerca al dolor de una manera original y llena de esperanza”, relata Montero.

El libro cuenta la historia del poblado de Rokhea, donde sus habitantes comienzan a padecer una dolencia que nace en el interior de cada uno. Una enfermedad que, una vez se exteriorizaba, podría terminar con ellos. Sin embargo, los rohkeanos se dieron cuenta de que, apoyándose en la comunidad, dicha dolencia podría desaparecer.

“Somos individuos, pero siempre en una comunidad. En el cuento se muestra cómo mediante el tacto y el acompañamiento, se pueden solucionar los problemas”, explica Montero.

En la obra literaria no hay ni personajes ni dibujos claros y concisos, sino que mediante la generalidad del poblado y las ilustraciones abstractas y poco definidas, “queremos que cada persona lleve la situación a su caso. Es una lectura muy íntima, cada uno tiene que tener su interpretación propia”, observa Menéndez.

Beatriz Menéndez (Voilà), ilustradora del cuento.

Sugerir y no mostrar

Así, la esencia del cuento no consiste en contar una historia concreta, sino en un dibujar una situación que todos podrían vivir y cúal puede ser el comienzo de la solución, “el apoyo en el otro”, señala la escritora. De esta manera, en la página web de la editorial Eunate hay disponibles fichas de trabajo para dialogar, ya sea con tu familia o en aulas de Primaria y Secundaria, sobre los dolores invisibles que Adayu. Rohkea y la fuerza de la unión sugiere.

En este sentido, Montero recalca la intención de llevar el cuento a las aulas, porque “ese mal que ataca a algunas personas, puede ser la ideación del suicidio, pero también, y en edades más tempranas principalmente, será una preocupación, un malestar, un dolor sobre el que se puede hablar, conversar, y que se puede sanar con contacto, afecto, cercanía y cuidado de la comunidad”.

Por tanto, “el cuento ofrece varias capas de lecturas y diferentes interpretaciones según la edad de quien lo lea”. La historia es sencila, llena de sensibilidad y presenta una visión en positivo que puede ser entendida y replicable a cualquier edad: “poner en valor la fuerza de la comunidad”, que puede ser tanto la familia cercana, el círculo de amistades o el sistema sanitario.

Las autoras

Yolanda Montero Martínez. La escritora nació en Pamplona, incorpora en sus textos su sensibilidad social y los principios básicos de la igualdad, el desarrollo integral de la infancia y la corresponsabilidad en la educación.

Beatriz Menéndez-Voilà. La ilustradora busca mostrar la idea en el color. Garabatea, usa los lápices, las acuarelas, los rotuladores, los acrílicos, el escáner y el ordenador.