'Txikia' y 'Operación Ogro': tiempos difíciles, muy difíciles

Muy difíciles: “La muerte en atentado de ETA del almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno franquista hispano, fue un acontecimiento que provocó multitud de conjeturas e interpretaciones. La mayoría de las lecturas sugirieron que la desaparición del que había sido brazo derecho del dictador aceleró la agonía del franquismo”. Se trata del arranque de Operación Ogro, nombre de uno de los dos primeros textos de esa colección: la que también cuenta ya con Txikia, ambos trabajos de Iñaki Egaña, máximo responsable de la fundación Euskal Memoria.

Como puede comprobarse tras su lectura, la operación del “tiranicidio” fue “un terremoto político de gran intensidad, por lo inesperado”, pues, según Egaña, el “Régimen se creía intocable”. Y, como puede llegar a saberse tras la lectura de Txikia, la “muerte de Eustakio Mendizabal, Txikia, a manos de la policía, una tarde de Jueves Santo, en 1973, marcó una muesca en el calendario de la resistencia vasca, igual qyue la de otros militantes de ETA conocidos tanto por su personalidad en el seno de la organización como por la focalización policial”.

Atención: “Una generación que no conoció la guerra, pero si sus consecuencias más inmediatas, creyó que sus mayores habían caído en el sopor de la derrota” y, desprovistos “de su inocencia a edad temprana, y desconocedores de hasta dónde llegaban los tentáculos del régimen, decenas de jóvenes alumbraron un movimiento al que, en diciembre de 1958, llamaron ETA, Euskadi ta Askatasuna”, tal y como Iñaki Egana nos hace saber al comienzo del citado Txikia. De tu lucha brotarán.

Es el autor quien reconoce que las generaciones más jóvenes desconocen aspectos esenciales para comprender lo que la Memoria Histórica pretende evitar que nadie olvide, dada la importancia de dar a conocer terribles acontecimientos de la situación social y política de estos territorios de un modo riguroso: “La muerte de Carrero” fue, “como tituló Tierra Vasca desde Buenos Aires, un acontecimiento inimaginable para las generaciones actuales”. Es más: “Aunque en la actualidad Madrid sea una de las capitales más vigiliadas policialmente en Europa, en la época, la impunidad y soberbia del régimen marcaba pautas que luego se analizaron como inexplicables”.

Por otro lado, tanto Operación Ogro. Hechos y construcción del mito como Txikia son lecturas amenas, sin complicaciones para el lector, por muy poco exigente que sea en lo referente al relato de los conocimiento de los hechos relatados y de sus consecuencias, un relato basado en un estilo directo y el tamaño de unos libros que se leen en un tiempo reducido, gracias a la sencillez del lenguaje elegido para la ocasión. “Eran –puede leerse en Txikia– estudiantes abertzales, que habían intentando tejer una red con otros jóvenes” pero “fracasaron en el intento y decidieron emprender el camino en solitario”.

No todo era exclusivamente político: “Crearon grupos de estudio de la historia reciente del país, la misma que estaba prohibida en las escuelas franquistas. Con la temeridad como destino, intentaron descarrilar un tren de ex combatientes fascistas” y, por ello, sufrieron “el rigor represivo como respuesta, fueron torturados, vejados, tiroteados y encarcelados”. En definitiva: “Eustakio Mendizabal nació en este período, lo conoció y finalmente fue uno de sus protagonistas más recordados”.

“En 1955 –se lee en Txikia–, las reseñas oficiales señalaban que un millón de niñas y niños españoles estaban sin escolarizar y que, de los inscritos, solo el 71 % asistía regularmente a clase” y los presupuestos “estaban condicionados por el tremendo peso del Ejército español y la Policía en la vida cotidiana”. De nuevo, atención: en 1958, “España entraba en el Fondo Monetario Internacional, en el Banco Mundial y en la Organización del Comercio, mientras aprobaba los Principios Fundamentales del Movimiento, la constitución fascista”.

Son algunas de las notificaciones de dos breves y pequeños libros que al lector más joven brinda información en gran medida ignorada sobre una época, la de hace medio siglo, en la que jóvenes y menos jóvenes luchaban de manera truculenta contra un régimen empecinado en acabar con cualquier tipo de esperanza de una vida humana medianamente digna. Una lucha a la que también accede el lector del citado Euskal Herria. La mirada extranjera, mirada de soldados, viajeros o periodistas que descubrieron la realidad de una sociedad especialmente violentada.