Trae a Olite dos propuestas, Mal de Coraçon y Casting Lear, ¿qué me puede contar sobre cada una de ellas?
Mal de Coraçon es una propuesta en la que estoy como directora y en Casting Lear soy directora, autora y productora. Es un proyecto muy personal mío. Mal de Coraçon es un proyecto que inició la Companyia Solitaria, que encargó a Victoria Szpunberg escribir un texto sobre Santa Teresa de Jesús que yo dirigí. Es una investigación sobre la fe contemporánea en la que se lleva a cabo una especie de ‘noche de personas perdidas’ en un bar, que intentan entender un poco mejor quién son y sus heridas. Este bar es un altar, también es un teatro y un lugar de catarsis y reconciliación con la vida.
Casting Lear es una adaptación de Rey Lear, una obra creada a partir de mi relación con esta obra que acoge a un actor distinto cada noche. Tiene la particularidad de que cada noche un actor distinto hace de Rey Lear y yo le dirijo en directo. Es un formato para reflexionar sobre las preguntas de la paternidad, el amor y el perdón.
Con respecto a Mal de Coraçon, que es una idea de Companyia Solitaria y Victoria Szpunberg ¿cómo llega a dirigir esta pieza?
A mí me invita Carme Portaceli del Teatro Nacional de Cataluña a dirigir la pieza y, obviamente, yo acepto. La pieza se ha gestado a través de unas residencias que yo llevé a cabo con Victoria y con la compañía en las que investigamos la figura de Santa Teresa, la pregunta de la fe y la del amor. A partir de estas, Victoria escribió el texto, entonces ya de partida era un texto con el que yo tenía mucha relación porque se había fraguado en un proceso creativo compartido.
Y en cuanto a Casting Lear, la peculiaridad es que cada noche es un actor diferente. ¿Cómo afecta esto a cada función? ¿Da lugar a que se dé una improvisación?
Hay una gran parte de la obra en la que el actor recita un texto que le es dictado por un pinganillo en tiempo real. Hay otra parte en la que el actor sí que tiene un espacio para mostrar parte de sí mismo, de su historia o de cómo se siente él en relación a las preguntas que la obra emana, pero no es exactamente una improvisación.
Si el actor desconoce el texto, ¿de qué parte?
De nada. El actor no sabe nada. Parte de que yo le propongo el proyecto, que consiste justamente en que un hombre mayor con experiencia teatral se ponga en manos de una creadora más joven y que confíe en la propuesta, dejando el control en sus manos de la misma manera que Rey Lear al inicio de la obra deja el control en manos de sus hijas.
¿Y cómo se selecciona al actor para cada función?
En general, lo hago con la ayuda de María Díaz, que es mi jefa de prensa que conoce casi a todos los actores de este país. A los que aceptan la misión les llamo, les cuento el proyecto y se apuntan al bombardeo. Todos tienen que ser mayores de 54 años, me tienen que sacar mínimo 16 años, que es la edad mínima legal para poder ser mi padre.
¿Cómo se le ocurre esta idea? ¿Cuál es su relación con la obra original de Rey Lear?
La obra tiene extrañas similitudes con mi historia personal. La relación de Cordelia y Lear es la de un rey que repudia a su hija pequeña por no ser capaz de decirle ‘te quiero’ como a él le gustaría escucharlo. De repente, me doy cuenta de que este clásico de la literatura universal está hablando también de mí, y siento que es una llamada para adentrarme en él con la esperanza de que mi historia me haga entender mejor a un clásico y que a la vez el clásico me ayude a entender mejor mi historia.
“Muchas veces, cuando amamos, queremos solo ser amados de la manera que nosotros imaginamos que es el amor”
¿Qué reflexiones le gustaría invitar a hacer al público a través de Casting Lear?
La pregunta más grande es ¿qué es amar bien? ¿Cómo se ama bien? Muchas veces, cuando amamos, queremos solo ser amados de la manera que nosotros imaginamos que es el amor, y supongo que la obra llama a evocar que amar a veces es amar también todo lo que no puedes controlar y que, por tanto, no puedes exigir a otro amarte como tú amas. La otra es la pregunta del perdón y de qué es perdonar, de si hay que perdonar a toda costa o si para perdonar hace falta primero mirar el daño.
¿Ha encontrado la respuesta a esta pregunta?
Cualquier respuesta demasiado simple es peligrosa. Por eso, he hecho una obra, porque no lo podía resumir en una frase. Creo que esta es una pregunta que la obra tiene abierta dentro de sí misma y se va renovando y va mutando con la propia obra.
¿Es difícil compaginar la dirección de dos obras en un mismo festival?
No, porque Mal de coraçon terminé mi trabajo hace un año y la obra tiene vida propia, entonces yo no tengo que hacer nada. Pertenece a los actores, que hacen que crezca, que esté más asentada, más vivida. Las obras tienen su propio vuelo una vez que las has estrenado y se van construyendo con el público y con el trabajo actoral. Ahora el trabajo es de los actores y del equipo técnico que lo lleva adelante. Donde está ahora mi cuerpo y mi trabajo es en hacer Casting Lear.
¿Y es diferente preparar una obra para su interpretación al aire libre?
Es difícil por los tiempos de montaje técnico, pero por lo demás se parece mucho. Lo que es diferente con Olite es que hay un clima muy maravilloso de acogida de las obras porque la gente ya está en una predisposición muy bonita de celebrar el teatro.
Como persona que ya tiene una cierta experiencia en el mundo del teatro, ¿diría que se siente más cómoda en algún género en particular?
A nivel de género, me gusta trabajar con el humor, intentando provocar reflexión sobre preguntas reales que toquen al ser humano. Me interesa el humor existencial, tratar desde el humor temas complejos.
“Un teatro es una comunidad de espectadores y, hoy en día, con las redes sociales no hay cuerpos, solo hay imágenes y pantallas”
¿ Y cómo ve el futuro del teatro?
Cada vez vamos a necesitar más encuentros de cuerpos que se ven y se respiran y se sienten. Entonces creo que va a sobrevivir unos cuantos miles de años más. Un teatro es una comunidad de espectadores y, hoy en día, con las redes sociales no hay cuerpos, solo hay imágenes, solo hay pantallas. En cambio, el teatro convoca a los cuerpos y convoca el sudor, el olor y la respiración, convoca algo que es intangible, el sentir colectivo que sucede cuando estás y que no sucede si no estás.
OTRAS PROPUESTAS ESTE SÁBADO
- Mesa redonda. ‘Profesiones en el Festival de Teatro de Olite’, una actividad por el 25º aniversario del festival. A las 12.00 horas en el claustro de la iglesia de San Pedro. Entrada libre hasta completar aforo, cuyo contenido se grabará para editar tres podcast.
- ‘MDR (Muerto de risa’. A las 19.30 horas, en la Plaza Teobaldos de Olite. Entrada libre previa retirada de invitaciones en taquilla de Enozentrum. Una comedia de Bet Garrell y Marcel Escolano sobre un crimen improbable, un juicio dudoso y un castigo absurdo.