El artista cántabro Nando Agüeros repasará su prolífica carrera en Baluarte este próximo viernes.

Empezó en la música siendo todavía muy pequeño, cuando descubrió el folclore de su tierra cántabra.

Efectivamente, yo empecé en el mundo del folclore. En mi casa siempre se escuchó folclore, desde que era niño. Cuando me fui haciendo mayor, de adolescente, fui alternando eso con otras cosas como los cantautores, la música latinoamericana y todo tipo de estilos. De todo eso ha surgido lo que soy ahora: una persona que escribe sus propias canciones y que bebe de muchas fuentes.

Porque nunca ha abandonado el folclore, pero se ha ido abriendo a otros estilos.

Sí. Diría que hago música de autor, aunque es verdad que, dentro de la música de autor, utilizo diferentes estilos: el pasodoble, la rumba, la ranchera, el rock, el pop…

De un tiempo a esta parte, algunos grandes nombres del pop como Nacho Vegas, Vetusta Morla o Los Planetas, han ido añadiendo el folclore de su tierra a su música. ¿Cree que ahora la música tradicional está mejor vista que hace unos años?

Sí, puede ser que ahora se mire con otros ojos. Hay grandes artistas como los que has mencionado que han hecho que el folclore sea un referente. Al final, el folclore es la fuente inagotable de la que nace todo. Es la música de raíz. Rozalén también ha hecho hace poco un disco de música tradicional, tenemos también a Rodrigo Cuevas… En mi música sigue estando muy presente el folclore, a pesar de que me sumerja en otros estilos. De hecho, cada cierto tiempo me gusta sacar un disco que sea solamente de folclore. Siempre ha sido un referente para mí y creo que ahora está en un buen momento.

Decíamos que su música se ha ido abriendo a otros estilos, y eso se ve también en sus colaboraciones: Pasión Vega, Amancio Prada, Rosa López, Bustamante, Ara Malikian…

Sí. La idea de compartir canciones con otros artistas y que las lleven a su terreno siempre me ha parecido sumamente atractiva. Me gusta escuchar mis composiciones en boca de otros, y eso me ha llevado a colaborar con artistas como los que has mencionado o como muchos otros. Esa idea siempre me ha seducido.

Entre esas muchas colaboraciones, hay una que me parece especial, y es la de Víctor Manuel. Ha sido una gran influencia para usted, ¿no?

Sí, sin duda; Víctor Manuel, como todos los cantautores que escuché en mi infancia, me ha influido mucho. Muchos me dicen que mi música tiene un aire a él, otros a Serrat… Cada uno dice una cosa. Pero sí que es cierto que la temática, sobre todo la de sus primeros discos, tiene mucho que ver conmigo: eran discos dedicados a la tierra y a sus costumbres. Ahí puede haber cierto paralelismo.

Es cierto que el amor a su tierra ha estado muy presente en sus canciones, pero en el disco que publicó el año pasado, El que viste y canta, abría también el abanico temático.

Sí, en el último disco quise cambiar la temática. No quiero hacer siempre lo mismo y utilicé temas de actualidad, de esos que te puedes encontrar en cualquier periódico o telediario: la inmigración, la religión, el maltrato… Es otra forma de hacer canciones, porque uno busca otro tipo de argumentos para escribir.

La gira que le trae a Pamplona no es ya la de presentación de ese disco, ¿no? Porque ahora viene con un formato diferente.

La gira de El mismo que viste y canta empezó en México y luego hice muchos auditorios grandes, sobre por el norte de España. Este año queríamos hacer algo más pequeñito y se me ocurrió este concepto de concierto, que es mucho más básico y recogido. No voy con toda la banda, sino con tres músicos. La voz toma más protagonismo, tocamos los temas más clásicos del repertorio y nos está yendo muy bien. Hemos empezado hace un mes y medio y en las cuatro fechas que hemos hecho se han agotado las entradas.

En estos conciertos de formato más reducido se genera una emoción distinta a los de banda; ustedes, desde el escenario, también están más expuestos.

Sí. Sientes al público más cerca y las canciones quedan más desnudas, de ahí el nombre de la gira, Canciones desnudas. Si una canción tocada únicamente con una guitarra o un piano funciona, significa que es buena. En este caso resisten muy bien. Todo esto empezó porque en marzo del año pasado me fui a México con el pianista para hacer unos conciertos a piano y voz, y les gustó tanto la experiencia que decidimos hacer esta gira, aunque decidimos añadir batería, saxo y flauta.

Su primera idea era la de ir explicando las canciones antes de tocarlas

Esa fue la primera idea, pero luego lo pensé bien y decidí que igual quedaba un poco aburrido. Además, perdía magia, porque las canciones le llevan a cada uno a un lugar, así que no presento todas las canciones, como había pensado en un principio. Prefiero que sea la gente la que las lleve al lugar que quiera.

Ha mencionado México, donde actúa con frecuencia. También ha hecho giras por Cuba, Argentina, Chile… ¿Cómo reciben allí su música? ¿Se identifican con la parte de folclore cántabro?

Es que al final las canciones son universales. Si una canción habla de mi abuela María o de mi infancia en el pueblo, cualquier persona, de México o de donde sea, se puede ver reflejada. Esas experiencias son universales. Si la canción emociona, da igual de dónde nazca, porque ya está cumpliendo su cometido. En México tengo un público fiel, suelo ir cada año o cada dos años.

Imagino que esos viajes también le sirven para nutrirse de nuevos sonidos que luego se colarán en sus canciones.

Claro, al volver de aquellos viajes siempre traes nuevos sonidos en la maleta y eso sirve para vestir las canciones. Hay una canción en esta gira, El tango de las maletas mojadas, que nació en una gira que hice por Argentina y Chile en la que conocí a muchos emigrantes, sobre todo del norte de España. Recuerdo que le pregunté a una señora si había vuelto a su tierra, y me dijo que no, que a ella se le habían mojado las maletas. Volviendo en el avión escribí esta canción.

Y entre viaje y viaje, ya son más de veinticinco caños de carrera…

Sí, en 2023 celebré mi 25º aniversario con un concierto en Potes muy especial. Es de lo que presumo, de poder llevar veinticinco años en el mundo de la música, y viviendo de ello, que no es fácil. No soy un artista que llena estadios, pero tengo una carrera estable y sólida. Ese es el éxito para mí. Y si no fallan las musas ni las fuerzas, espero estar muchos años más.