Atemporal, sugerente, enigmática. Así es la pintura de Manuel Castro (1944-2020), un universo evocador y de excelente técnica que habita hasta el 30 de junio la Galería Fermín Echauri 2 de Pamplona (calle San Antón, 6).

En este espacio expositivo, que ya ha acogido en dos ocasiones anteriores el arte del pintor cordobés, se acerca de nuevo al público navarro el mundo íntimo y personal de este artista que desarrolló su trayectoria y obra en Barcelona, en una exposición-homenaje impulsada ahora por su hija y también artista Muriel Castro.

De viajes y libros

El universo pictórico de Manuel Castro Mellado muestra una realidad imaginada, soñada, evocadora del mundo del cine, la publicidad y la fantasía.

Nos sitúa ante unos escenarios evocadores de los años 40, en los que enigmáticas figuras, generalmente de espaldas al espectador, establecen sobre el lienzo un juego sutil de incomunicación y mágicas sugerencias.

Con una excelente técnica de óleo sobre lienzo y collage, logra introducir al espectador en un mundo de sorprendentes efectos, tanto de significados como de texturas y calidades, muy adecuados a su intención pictórica. Castro encuentra en el cine, en Max Ernst y René Magritte referentes e inspiración para su obra, en la que los viajes y los libros son temas centrales.

Sus cuadros están llenos de libros, bibliotecas, escritores y lectores. También de barcos, aviones, cafés y lugares que nos evocan épocas pasadas. Sus personajes, a menudo ataviados con un sombrero, son un alter ego de su propia persona.

Castro solía representarse a sí mismo en los cuadros que pintaba, a modo de observador, escondido detrás de una gabardina y un sombrero, observando la escena desde una distancia prudencial.

En muchas ocasiones sus obras contienen referencias a artistas que admiraba, como Magritte, Ingres, Robert Doisneau, Giorgio Morandi o Edward Hopper.

Un estilo propio hasta el final

Manuel Castro empezó a desarrollar su trabajo a mediados del siglo XX, y consiguió crear un estilo propio dentro la figuración narrativa cuando, por generación, debería haber trabajado la abstracción.

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En los últimos años de su vida experimentó con técnicas como el collage y el fotograbado, evolucionando hacia otros lenguajes expresivos más arriesgados que dejan a la vista su sentido del humor y su lado más vanguardista y descarado.

La exposición que acoge la Galería Fermín Echauri 2 puede visitarse de lunes a viernes en horario de 10.00 a 14.00 y de 17.30 a 20.00 horas.