Hay silencios que enseñan más que los discursos y melodías que acarician heridas todavía no cicatrizadas. Y, también, hay canciones nacidas de la rabia o del duelo, que son escritas con el pulso de quien no quiere olvidar, pero tampoco puede hacerlo. Otras, en cambio, prestan su voz al pasado, para que no se borre, para que no se repita. De esto último sabe mucho Rozalén, la cantautora manchega que, a lo largo de sus trece años de trayectoria, se ha convertido en la maestra de la memoria a través de sus letras, que esconden las historias de vida de sus familiares, de los rostros masacrados por la injusticia y la violencia. Y ella lo canta para llenar de luz las grietas de la tristeza. De esta manera, la compositora participó este jueves con más de un centenar de jóvenes estudiantes de los centros de Alaitz, Mendillorri, Iturrama, Donapea, Askatasuna y Marqués de Villena en un encuentro dialogado que se enmarca dentro del programa Escuelas con Memoria, impulsado por el Instituto Navarro de la Memoria y el Departamento de Memoria y Convivencia del Gobierno foral.
Ana Ollo, consejera de Memoria y Convivencia, Acción Exterior y Euskera del Gobierno de Navarra, dio comienzo a este acto a través de unas palabras de agradecimiento a la artista como consecuencia de su implicación y compromiso social. "Impregnan tus letras y músicas con las que defiendes los derechos humanos, las minorías y las comunidades más desfavorecidas. Y, además, te esfuerzas por hacer que llegue al mayor número de personas posible, apostando y defendiendo siempre la inclusión y el diálogo", apuntó. Asimismo, Ollo continuó diciendo que la cultura necesita referentes como ella, que tengan un compromiso con la memoria y con el euskera y que "reivindiquen la diversidad y la pluralidad".
Durante su intervención, Rozalén explicó que siempre ha estado vinculada con la memoria democrática. Incluso, antes de saber que estaba relacionada de manera personal. "La historia se remite sin remedio por los años de silencio. Y yo siempre he querido luchar contra eso", expresó. De este modo, echaba tardes enteras con las personas mayores de su pueblo que le contaban "batallitas" del pasado. Una de ellas era su abuela, con quien lo compartía todo y quien le regaló un resquicio de su pasado. Solía cantarle cuando estaban juntas y ella siempre le decía que "cantas igual que mi hermano Justo". Pero veía un dolor que no le permitía hablar. "Yo conocí a mi tío abuelo como un ser del que no se supo nada y que nunca regresó a casa", declaró.
A finales de 1938, la abuela de Rozalén vio cómo se llevaban a Justo —que apenas tenía 18 años, era de "la quinta del biberón"— junto a otros hombres del pueblo. Pero fue el único que nunca volvió. Y nunca se supo nada. "No hace falta conocer a tus antepasados para sentirlos. Y yo me empecé a obsesionar con el tema. Sobre todo, porque mi abuela me relacionaba con él", recordó.
En ese entonces, Rozalén soñaba con su tío abuelo, a pesar de no haberle conocido, y decidió entrevistar a su abuela para, después, empezar a componer Justo. "El Día de Todos los Santos, Emilio Silva —presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica— me llamó para decirme que Justo se encontraba en una fosa común de Arganda del Rey", contó. 80 años después, la cantautora llamó a su abuela para decirle que había encontrado a su hermano y fueron hasta el cementerio para llevarle flores. "Y el simple gesto de saber dónde estaba su hermano le curó la herida, le calmó y me dijo que ya podía morir en paz", recordó.
Pero toda esa nueva paz la consiguió a través del perdón porque, según Rozalén, ella siempre le comentó que "la redención es lo que te permite vivir. El odio ata, te hace dedicar tiempo a personas que no se lo merecen. Hay que soltar, remover la herida y hablar de lo que duele hasta sanar", sentenció.
Un fantasma que le habla en la nuca

Aunque dice ser una mujer de ciencias, también reconoce que tiene su lado espiritual. De ahí que se obsesionara hasta encontrar la fosa o que escribiera una canción para su tío abuelo (al que nunca conoció, del que apenas supo), pero que luego se convirtiera en la melodía con la que se despidió de su abuela en 2020, durante la pandemia. Por eso, al empezar un proceso de composición, estudia el contexto histórico y la circunstancia para poder contar la historia con el mayor amor posible.
¿Y si a través de las siguientes generaciones hacemos justicia por el pasado?, ¿y si lo conseguimos a través de la música?, reflexionó. En esa misma línea, la artista aseguró que el objetivo de sus canciones es generar una mediación entre la persona y el dolor. "He escuchado música más radical, pero yo quiero dar otro camino. Convencer a los que piensan como tú está ya hecho. Lo que hay que hacer es que los del lado contrario empaticen con nuestras historias. Y, de hecho, amigos míos con ideas contrarias lloraron al escuchar Justo porque la entendieron", indicó.
Con todo, ella también consideró que muchas canciones deban ser hechas desde la rabia y desde lo visceral, porque "cuando no hablas de lo que te duele, te genera enfermedad". Las canciones constituyen una herramienta que depura el alma. Por eso ella canta —en individual— a una memoria colectiva, cargada de historias que quisieron condenar al olvido y que, sin embargo, no lo consiguieron. Y llegó la paz, el recuerdo y la justicia, porque a todos esos rostros asesinados por el franquismo les dieron una flor, una despedida y una canción.
Escuelas con Memoria
Cabe recordar que el programa Escuelas con Memoria está impulsado por la Dirección General de Memoria y Convivencia del Gobierno de Navarra, en colaboración con el Departamento de Educación, y en él participan anualmente en torno a 10.000 alumnos y alumnas de más de una treintena de centros educativos.
El programa, que fue implementado por el Instituto Navarro de la Memoria en 2016, ha contado con la participación de más de 90.000 alumnos, alumnas y profesorado, y más de 60 centros educativos públicos y concertados de toda la geografía navarra, incrementa año tras año el número de participantes. Este curso, 2024-2025, han participado en torno a 15.000 alumnos, alumnas y profesorado de 43 centros educativos.
En lo que al ámbito de la Memoria se refiere, se trata de un proyecto educativo transversal, que pretende ser punto de encuentro del mundo educativo con las políticas públicas de memoria, en especial los lugares de memoria, las exhumaciones y la investigación sobre procesos de vulneración de derechos humanos. En este sentido, quiere aproximar a las generaciones más jóvenes las aportaciones más relevantes de la historiografía sobre la represión franquista. También, acercar al alumnado, desde el pensamiento crítico y el compromiso con una educación basada en el respeto a los derechos humanos, a la larga sombra que han proyectado aquellos procesos históricos durante décadas y cuyas consecuencias llegan hasta el presente.
Así, el Instituto Navarro de la Memoria organiza varias actividades para centros escolares en torno a la memoria, en el marco de sus proyectos educativos. Las más relevantes son las visitas a exhumaciones, la marcha "Las botellas de la libertad" en torno al GR-225; y los encuentros intergeneracionales en el Parque de la Memoria de Sartaguda. Asimismo, se apoyan iniciativas surgidas de los propios centros, a los que se les ofrece un amplio repertorio de exposiciones, charlas, proyecciones audiovisuales, programaciones teatrales, visitas a lugares de memoria, etc. entre las que se halla el encuentro que Rozalén ha mantenido este jueves con más de un centenar de alumnas y alumnos.
El programa ‘Escuelas con memoria’ tiene entre sus ejes prioritarios la formación del profesorado, la oferta de actividades y talleres educativos para el alumnado y la creación de una Red de Escuelas con Memoria por la Paz y la Convivencia. Esto ha permitido la realización de diferentes actividades tanto en Navarra como en otras comunidades del Estado y en países como Francia o Alemania. Además, cabe destacar la participación en estas actividades en Navarra de alumnado y profesorado de una docena de centros educativos de otras Comunidades Autónomas y de países como Francia, Portugal, Austria, Alemania y Letonia.