Explorar los límites y posibilidades del acordeón a través de la tecnología. Es lo que lleva haciendo la música Edurne Arizu, barcelonesa con fuertes raíces en Navarra, en los últimos años. Fruto de esa investigación constante nació la obra Physis, para la que creó una inteligencia artificial, bautizada como Nan-AI, junto a los artistas Enric Gaus y Félix Pastor. Los tres mostrarán este trabajo y estrenarán el siguiente paso del proyecto, Tierras raras, este jueves, 11 de septiembre, a partir de las 20.00 horas, en el Palacio del Condestable dentro de la programación de conciertos temáticos del Festival NAK.

“Me encanta el NAK; me parece muy importante que este tipo de música, que a veces se queda para unos pocos, se acerque también a toda la ciudadanía”, afirma Arizu, que participa por primera vez en esta programación. En su opinión, “están haciendo una gran labor con un enfoque didáctico que facilita que el público disfrute los programas más profundamente”. Y es que, no viene mal “arriesgarse un poco y conocer este tipo de nuevas músicas, porque cuando pruebas, te das cuenta de que también mueven cosas dentro de ti”, dice Arizu. Y continúa: “Cuando voy a conciertos de este tipo, veo cómo los espectadores se sorprenden, así que es bonito ver cómo se programa para todos los públicos, de mayores a pequeños”.

Edurne Arizu, con Enric Gaus y Félix Pastor, en un presentación de 'Physis. Cedida

Investigando sonidos

En su caso, se ha valido de su origen, el acordeón, y de sus estudios de música contemporánea, así como de sus proyectos de electrónica para articular “los estilos que me han interesado”. Como Physis, investigación con el que dio un paso más y generó un proyecto en colaboración con Enric Gaus y Félix Pastor, que “desarrollaron un algoritmo ad hoc para improvisar en tiempo real”. “Me gusta mucho la experimentación, investigar sonidos y explorar cómo llegar a ellos”. Y es que, el ámbito de la creación contemporánea “tiene mucho de esto, de contextualizar y buscar un concepto sobre el que indagar”. 

Así, este tríptico sonoro basado en elementos de la naturaleza funciona sobre todo como “un diálogo de mis composiciones con la inteligencia artificial”, un toma y daca entre lo humano y lo tecnológico, lo natural y lo artificial, la tradición y la innovación. El resultado de este peculiar dúo “depende tanto de mi inspiración como la de Nan-AI”. “Yo parto de composiciones para acordeón y a partir de ahí me abro a la escucha”. Este algoritmo trabaja en vivo, “no ha sido entrenado antes”, pero “cada vez me conoce un poco más y me propone cosas”.  

LO QUE QUEDA DEL NAK

  • La voz oculta del piano. El viernes 12, Carles Marigó interpretará en el Condestable (20.00 horas) la veu del val, que el autor define como “un viaje hacia la exploración de la voz oculta del piano”. Al igual que un luthier busca en el material la voz propia que reposa latente, este concierto se adentra en el corazón del piano para hacerlo hablar, revelando sonidos que transforman su identidad y despiertan la imaginación del público. El programa de este concierto ha sido concebido exclusivamente para la ocasión. Las piezas se inspiran en una experiencia profundamente personal del artista: el nacimiento de su primer hijo.
  • Clausura. Garaikideak y Xoán-Xil López estrenarán Mímesis orgánica, con obras de Y. Campos Bergua, D. Cantalejo, I. Fdez. Galindo, D. Johnstone y X. López, que han creado sus partituras partituras a partir de la mímesis sonora, de aquellos ruidos que forman parte del paisaje acústico y que, a priori, carecen de un valor musical. El sábado 13, a las 20.00h, en la sala Muralla de Baluarte.

A continuación, el trío estrenará Tierras raras, propuesta en la que “se verá que Nan-AI coge cuerpo y pasan cosas, de pronto sale una voz y todo comienza a modularse y cambiar”, explica la artista. Esta parte es “más performática” y supone una progresión, ya que se suman otros algoritmos y, a la vez, los músicos van incorporando otros sonidos, generando un “instrumento distribuido”.

De este modo, la primera parte del concierto es “más poética”, ya que tanto Arizu como Nan-AI se basan en la naturaleza. Y en la segunda “entramos en el lado oscuro de la tecnología”, ese que hoy en día genera tantas dudas, miedos y reflexiones. Eso sí, la música subraya que este proyecto reivindica la creatividad humana. “Sin ella, esta IA no funciona”, concluye.