Marcar un gol, expulsar adrenalina en gestos de rabia, mirar a la grada para saludar y celebrarlo con los tuyos era un sentimiento que añoran ahora los jugadores. Un gesto que no entiende de categoría y unos campos, en soledad, que necesitan de la vuelta del público para la viabilidad de la entidad.

A estas alturas ha dejado de ser anecdótico ver en los alrededores de los campos de Segunda División B y de Tercera cada fin de semana. Los aficionados buscan el mínimo resquicio posible para ver fútbol sin infringir la ley, esa que por centímetros no permite a una persona sentarse en un asiento, pero no le prohíbe presenciar el mismo choque al otro lado de la valla. Una mera cuestión de centímetros, que ni clubes ni jugadores terminan por entender.

Precisamente esto último sucedió en Fontellas este fin de semana. El cuadro local, dirigido por José Ángel Catalán, consiguió su primera victoria de la temporada gracias a los dos goles del defensa David Bonilla, que remontó el 0-1 de Eduardo Manero para la Peña Azagresa. Tras conseguir el gol del empate, Bonilla fue corriendo a celebrar el tanto con su amigo, Álvaro Pérez, que, como cada jornada, se desplazó desde Tudela a Fontellas para presenciar el choque.

Y es que, a pesar de los escasos 10 kilómetros que separan a ambos municipios, "no hay sábado que mis amigos se pierdan un partido", menciona el autor de la remontada.

"No tenía nada preparado. Me giré y vi a mis amigos y a mi padre y me fui a saludarles y a darles la mano de mala maneras. Estaban ahí y en un momento como ese siempre apetece celebrarlo con tu gente", relata el artífice del primer triunfo del Fontellas, que hasta entonces era colista del Grupo B. La victoria hacía mucha falta al club ribero, al que le comenzaban a urgir los puntos, porque "no habíamos empezado del todo bien y necesitábamos estos puntos como el comer".

"Los partidos los competimos bien de tú a tú sea quien sea el rival y estamos pecando de pardillos porque cualquier detalle nos marca", continúa analizando un David Bonilla que reconoce que haber conseguido la primera victoria "te libera la cabeza y te ayuda a jugar mejor. Los rivales te respetan más porque no es lo mismo ir a los campos con buenas sensaciones pero sin puntos, que ir con buenas sensaciones y ganando. Así te toman más en serio y, además, tenemos equipo para pelear por estar en mitad de tabla sin pasar problemas", asegura el zaguero.

Sin embargo, David, al igual que varios clubes -que ya se han manifestado públicamente-, lamenta la falta de público en las gradas. "Nos duele porque somos todos de Tudela, que está a un paso y nos vienen a ver nuestros amigos y es bonito ver a tu gente en la grada y más cuando ganas como en días como el de este sábado", señala.

Poco a poco el fútbol queda relegado a un segundo plano, y ya en pretemporada se pudo vaticinar lo que iba a suceder cuando comenzara la competición. "Veíamos a la gente en el monte y era más peligroso porque se amontonaban en el único punto de visión que hay sobre el campo, cuando vemos que la entrada al propio campo es más prudente y segura", incide un David Bonilla que admite haber comentado dentro del vestuario la situación que atraviesan otros clubes -el Cortes, de hecho, fue multado por hacer una sentada en señal de protesta-, entiende las propuestas de los otros equipos porque "la Tercera al final es una categoría humilde".