Juan Almenara, presidente de la Federacion Navarra de Tenis de Mesa, explica que esta federación “se creó en 1986 por iniciativa de Jesús Larrión, maestro en el Colegio Público Hilarión Eslava, quien organizaba torneos a los que se apuntaban hasta 200 jóvenes”. El siguiente paso fue “empezar a practicar el tenis de mesa en Larrabide, Oberena y otros lugares”. Nacido en Palma del Río, Córdoba, practica este deporte desde los 14 años y vino a Pamplona en 1974.

Actividades con veto

Según explica Almenara, entre las actividades que realizan se encuentran “ligas y competiciones de veteranos”. Asimismo, los tres clubes navarros en los que se practica este deporte (Anaitasuna, Club Natación, Oberena y Universidad de Navarra) participan “en la liga navarra y las ligas nacionales”.

El presidente indica que en la Federación necesitan, y piden desde hace tiempo, “una infraestructura para jugar”. El espacio debe ser “mínimo de unos 600 metros, ya que debe poder albergar entre 10 y 16 mesas para jugar los campeonatos”.

La federación ha llegado a exponer esta solicitud ante el Parlamento foral: “Los políticos se mostraron a favor y se comprometieron a conseguirnos un local, pero a día de hoy seguimos esperando sin recibir respuesta”, dice el presidente. Si bien ahora pueden utilizar espacios como el estadio Larrabide, lo hacen “con veto”, ya que “hay más clubes y colegios con los que compartir las instalaciones”.

Carlos Arturo Alzate Ramírez, de 29 años y entrenador en la FNTM y de Oberena, asegura que su equipo ha adquirido “muy buen nivel”, hasta el punto de “poder competir en campeonatos a nivel de España”.

Alzate confirma que “en tenis de mesa, al ser un deporte minoritario, es difícil encontrar y formar jugadores, porque casi no hay patrocinio por parte del Ayuntamiento, entes importantes y empresas”. Resulta especialmente complicado “entre las chicas, porque suele ser un deporte más dado para los chicos, y eso las intimida un poco”. Prueba de ello es que en el club Oberena “solo hay ocho mujeres frente a unos cuarenta varones”.

Cómo difundir el tenis de mesa

Almenara destaca que “el tenis de mesa es un deporte minoritario”. Para promocionarlo han pedido ayudas económicas a instituciones públicas, pero el presidente dice que “se muestran reacios a ello, a pesar de que sí lo hacen con otros deportes como el fútbol y el tenis”. Otra estrategia a la que han recurrido es “la celebración de eventos abiertos al público”, así como “la creación de contenido en Instagram”. “Hacemos muchas actividades de promoción, pero nos falta la ayuda para que el deporte se promueva más”, concluye el jugador.

Alzate añade que están buscando “empresas que promuevan este deporte, ya que con estos patrocinios se podría conseguir mucho a favor del tenis de mesa en Navarra”. Un factor clave es “hacer ver que este es un deporte olímpico, en el que se compite a nivel y se puede llegar a la élite”.

Además tratan de lograr presencia mediática. Por ello aparecieron “en Navarra Televisión, en un programa especial sobre tenis de mesa”. “Ahí explicamos lo que hacemos y quiénes juegan”, explica el entrenador. También se dan a conocer “a través de la radio, la televisión y otros medios, porque mucha gente no conoce el tenis de mesa y ni siquiera sabe que se juega a nivel nacional y en Navarra”.

Por ahora la mayor promoción con la que cuentan es el INDAF, que “ofrece proyectos a clubes y colegios para intentar atraer jugadores”.

Fuera de Navarra

Alzate revela que los clubs navarros de tenis de mesa han competido “en Alemania y Francia”. Ahí “la diferencia de nivel es abismal”. De hecho, “en Alemania hay cuatro o cinco categorías superiores”, y en el país galo “la promoción de este deporte también es abundante en colegios, parques, fundaciones, etc.”.

El entrenador explica que “los jugadores que van fuera lo hacen con apoyo familiar, porque implica muchos gastos en hoteles, comida, vuelos…”. Además “los clubes extranjeros son muy costosos”. Por este motivo, “no merece la pena ir solo una semana, sino dos o tres o incluso un mes”. A veces se recibe “apoyo de las federaciones”.

Buscando Jugadoras

En palabras de Alzate, también se están haciendo “programas y demostraciones en colegios para animar a las chicas a jugar”. Uno de ellos, sacado adelante en cooperación con la FNTM, consiste en “una exhibición y torneo para féminas”. Ya lo han hecho, por ejemplo, “en un colegio en Sarriguren”. A su vez, a quienes ya son jugadoras se las anima a actuar como “entrenadoras, jueces y árbitros”.

La pamplonesa Araceli Serna, de 40 años y una de las cuatro socias femeninas de Oberena, asegura que “en otras provincias hay más jugadoras de tenis de mesa que en Navarra”, razón por la cual cree que “hay que hacer que se conozca este deporte a nivel femenino”. La jugadora opina que “en otras regiones a esta disciplina se le da mayor visibilidad”.

Pone como ejemplo “el centro de alto rendimiento en Irún, gracias al cual consiguen muchas más mujeres, porque desde muy jóvenes adquieren mucho nivel”. Además ahí reciben “más ayudas económicas”.

Ella empezó con el tenis de mesa a los 12 años por influencia de su hermano, quien empezó a jugarlo en el CP Arturo Campion, en el que ambos estudiaban. A los 24 lo tuvo que dejar al no poder compaginarlo con su trabajo como cuidadora de personas con discapacidad. Hace tres años lo retomó.

Lucía Suescun tiene 16 años y es también de Pamplona y miembro de Oberena. “Empecé a jugar por mi padre, quien un día hace tres años me animó a probar”, cuenta. “Ir a entrenar me ralaja y me hace estar contenta todo el día”, añade.

Beneficios para la salud

Juan Almenara asegura que “el tenis de mesa ayuda sobre todo a la motricidad y la movilidad”. Además, “hay que estar pendiente del contrario, anticipar lo que va a hacer y saber cómo atacar”. Para personas mayores “es el mayor beneficio que se les puede dar, para mantener la coordinación, la vista, los músculos…, ya que se trabaja todo el cuerpo y también la cabeza”.

El presidente pone como ejemplo a “un señor con Parkinson que hace unos días vino a jugar, lo cual le viene muy bien porque hay que coordinar mucho los movimientos”. Araceli Serna está de acuerdo en que “este deporte proporciona agilidad y atención”.

Otros beneficios incluyen el desarrollo de la inteligencia y la concentración, mejora de la condición física y fomento de la socialización. Por ello se usa como tratamiento de enfermedades cardíacas, discapacidad motora y asma. Por otra parte, ralentiza los efectos de la demencia, el Alzheimer y la depresión, algo especialmente importante para los mayores.

Deporte para todo el mundo

El presidente indica que “el tenis de mesa lo puede jugar cualquiera”, puesto que él ha visto “incluso a personas con muletas o en silla de ruedas jugarlo”. Carlos Alzate corrobora que “la mayor característica de este deporte es que para practicarlo la edad no importa”.

Se puede empezar desde los siete u ocho años; a edades más tempranas no es recomendable “porque es un deporte muy complejo con golpes muy finos”. A partir de ahí “se puede jugar incluso hasta los sesenta o setenta años”. Por añadidura, “una persona de setenta años puede jugar con alguien de diez”. “Lo que importa no es la edad, sino el nivel”, considera.

También pueden jugar hombres con mujeres. En Navarra suelen jugar mixto “porque hay pocas chicas”, pero a nivel nacional “sí que hay liga femenina”. Ambos sexos suelen competir de manera diferente: “Los chicos juegan con mucha más fuerza, mientras que las chicas juegan más rápido”. Entre los chicos y chicas con mejor nivel, “suele haber mucha diferencia entre unos y otras, ya que los chicos pueden adquirir mayor musculatura y hacerse más fuertes”.

Pese a ello, “a nivel semiprofesional no hay problema en que chicos y chicas jueguen juntos, ya que el deporte es más o menos igual de demandante para ambos”. En cambio, “a nivel profesional sí se exige más: entrenar ocho o nueve horas diarias y salir a entrenar a otros países (Suecia, Alemania, Francia…), que es donde hay algo más de nivel y la exigencia es bastante alta”.

A nivel personal, ser entrenador es algo que a Alzate le “suma puntos” en la vida “porque no solo enseñas tenis de mesa sino que estás creando y formando personas, les cambias la vida, les enseñas un espacio o ámbito nuevo y les haces ver mucho más allá de los deportes grandes, porque si no están muy sesgados por lo que ven en la televisión. Quien juega a tenis de mesa encuentra un nuevo mundo”, concluye.