londres - Rafa Nadal demostró una jornada más su espectacular nivel en el torneo de Wimbledon, tercer grande de la temporada, para avanzar a semifinales con un altísimo nivel en la victoria (7-5, 6-2, 6-2) sobre el estadounidense Sam Querrey, que le cita ahora con el suizo Roger Federer.

La adaptación y el juego del balear están más que contrastados en la hierba inglesa. El campeón hace un mes de Roland Garros aterrizó en la superficie verde para volar en cada partido, barriendo a cada rival y con margen incluso de mejora. Así lo exigió Querrey ayer, al menos en un primer set de una hora.

Después, la insistencia y concentración de Nadal elevó su juego a un nivel de intensidad inalcanzable para el estadounidense, que fue firmando juego a juego su rendición. En verdad, el desgaste es imposible de gestionar para la gran mayoría. Otra leyenda como Federer lo intentará mañana, en el reencuentro de los dos amigos y eternos rivales en Londres desde la épica final de 2008.

Como buen sacador, a Querrey le dolió perder su saque en la primera bola de break. Nadal se puso 3-1, pero luego necesitó cinco bolas de set y dos turnos de saque con esa opción para certificar la ventaja. El californiano apretó y aguantó incluso los puntos largos del momento clave, pero en la cresta, Nadal supo dar un poco más.

Y así siguió haciendo. El balear volvió con todo, como empezó, mientras Querrey pedía tiempo muerto. Nadal, siempre capaz de ir un paso más allá, rompió para irse al 3-1, muy metido en la batalla para ir minando la moral de su rival. Más desesperaba incluso al americano no aprovechar las bolas de break, que tuvo en el sexto juego, para después ceder el saque.

El americano había perdido su servicio solo una vez antes de medirse al español, pero la velocidad de crucero de Nadal no bajó el ritmo hasta verse en la siguiente parada. Otros dos breaks terminaron con la agonía de Querrey y lanzaron a Nadal a su séptima semifinal en la hierba inglesa.

El clásico ya estaba servido. Poco antes Federer se deshizo (4-6, 6-1, 6-4, 6-4) de Kei Nishikori para convertirse en el primer tenista en lograr 100 victorias en el Grand Slam. - Efe