pamplona - De entre las 10.000 personas que presenciarán el viernes el España-Lituania de baloncesto era de esperar que, por pura probabilidad, alguna de ellas fuese muy conocida tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Cuatro de esas personalidades, todas con currículum baloncestístico -al menos como jugadores aficionados- son los escritores Patxi Irurzun -con una larga bibliografía y ganador de varios premios de literatura- y Carlos Bassas -recientemente galardonado con el premio Dashiell Hammett de novela negra por Justo-; el director del servicio de infraestructuras educativas del Departamento de Educación, Eneko Ardaiz, y el músico y miembro de los grupos Atxajaunak y Chelsea Hotel, Josu Elso.

Todos ellos, primerizos en un pabellón del que quedaron encantados, podrán disfrutar de las actuales estrellas nacionales, sucesores de aquellos contra los que se enfrentaron. “Me acuerdo que jugué contra Pablo Laso y solo lo veíamos pasar. Incluso nos hizo un mate. ¡Un base haciendo un mate!”, recuerda todavía sorprendido Josu Elso, exjugador del Lagunak en la anterior Segunda División, lo que ahora sería Liga Nacional, hasta los 24 años, cuando se mudó a Irlanda para terminar su doctorado en Ecología de Agua Dulce (Freshwater Ecology) en la Universidad de Cork. Allí no pudo proseguir su carrera. “No juegan a baloncesto, con que supieses botar ya era bueno”, bromea.

Elso coincidió en la selección navarra a los 15 años con Patxi Irurzun, cuya vida deportiva estuvo ligada al baloncesto entre los 8 y los 18 años jugando en clubes como el Calasancio, el Club Natación, o el Caja Navarra, llegando a enfrentarse también contra el actual entrenador del Real Madrid. Elso e Irurzun llegaron con el combinado foral a quedar en cuarta posición en un Campeonato de España celebrado en Madrid. “Fue una gran experiencia y encima hicimos un buen papel. Había mucha diferencia entre equipos, los catalanes y gallegos estaban en otro nivel. Yo jugaba de base, pero luego lo dejé por el físico y porque empecé a tener otros intereses”, repasa Irurzun, que desde entonces apenas ha vuelto a jugar, al menos hasta hace unos días. “Tengo una hija que sí que juega y hace poco hicimos un partido de padres contra hijas y acabé baldado, pero alguna floritura ya hice”, chancea. El que tuvo, retuvo.

Quien si que a buen seguro todavía retiene gran parte de su calidad es Eneko Ardaiz, quien anotó uno de los primeros triples del Navarra Arena instantes antes de posar para la foto. El miembro del departamento de Educación sigue vinculado a la pintura en el Humiclima de la Segunda Interautonómica. “Somos unos abuelos, pero aún seguimos dando guerra. Llevamos diez o doce años jugando todos juntos y seguimos a base de otras cosas -que no correr-, pero nos divertimos muchísimo”, afirma Ardaiz, quien el pasado mayo jugó -y perdió “tras haber jugado el día anterior, algo que se nota”- la final de la división contra el hijo de Iosu Elso, del Aranguren Mutilbasket, ratificando el dicho que reza que ‘Pamplona es un pañuelo’.

bassas, canterano del barça La infancia y adolescencia de Carlos Bassas en su Barcelona natal -el escritor lleva 27 años afincado en Pamplona- estuvo vinculada al baloncesto en todo momento, desde los torneos escolares hasta que llegó a la cantera del FC Barcelona. “Uno de mis entrenadores llevaba a gente del Barça y estuve probando”, rememora, aunque eso se convirtiese un baño de realidad. “Mientras en las ligas escolares eras alguien y destacabas, cuando llegabas a la elite te dabas cuenta de que no ibas a ser profesional porque no tenías calidad suficiente. El baloncesto pasó a ser hobby, luego tuve una lesión muy grave y lo dejé”, revisa. El catalán tuvo también la oportunidad de viajar a Estados Unidos a hacer un clínic con la franquicia de la NBA Phoenix Suns en un intercambio de jugadores europeos con americanos.

“Nos juntamos varios europeos con gente de institutos norteamericanos. Llegábamos los europeos enclenques y veías a gente con dieciséis años que parecía que tenían 30. Estaban muy por encima físicamente y de calidad”, destaca Bassas, quien a su vuelta coincidió con nombres ilustres como los de Richard González (8 años en la ACB), Roger Esteller (que llegó a ser plata en el Eurobasket de París 1999) y José Luis Galilea (ganador de tres ligas y actualmente ojeador de los Indiana Pacers de la NBA). Todo un honor.

el plan del viernes, claro Los cuatro protagonistas tienen claro cuál será su plan para la noche del viernes. Patxi irá con sus hijos, Carlos con familia y amigos, Eneko con compañeros de Artajona, su pueblo, y Josu con su hijo y sus compañeros de Mutilbasket. Todos con ganas de ver a Marc Gasol, Ricky Rubio y los Hernángomez, dependiendo de su posición en su etapa como jugadores. Los cuatro con ganas de basket.