Pamplona - El atleta navarro Sergio Fernández, de 26 años, acudía al Mundial de Doha con el objetivo de lograr el hito de meterse en la final, pero ni siquiera pudo superar la ronda de series, por culpa de una lesión que le ha tenido las dos últimas semanas prácticamente en el dique seco.

Tras conseguir el día 1 de este mes su sexto título nacional consecutivo, con gran autoridad y una marca de 49.19 (muy cerca de su récord de España, que estableció en las semifinales de los Juegos de Río 2016, con 48.87), parecía que la ronda de series iba a ser poco más que un trámite para el atleta del New Balance.

Sin embargo, a partir de la tercera o cuarta valla se vio que se estaba quedando muy rezagado, y en la meta se tuvo que conformar con el sexto puesto y un discretísimo registro de 50.71.

Después, ante las cámaras de Teledeporte, el propio Sergio Fernández daba la explicación a tan anómala actuación: “Hace un par de semanas hice el mejor entrenamiento de mi vida, en 100, 200 y 300 metros, pero esa misma noche me comenzó un dolor en el isquio en la zona del glúteo, y no he podido llegar en las mejores condiciones”.

“El dolor ha ido bajando muy paulatinamente en las dos últimas semanas, gracias al trabajo con los fisios, pero me ha impedido entrenarme, porque era un dolor invalidante, y temía que si lo forzaba lo iba a irritar”, añadía Fernández.

“Una competición como un Mundial te obliga a estar preparado física y mentalmente, y lo cierto es que yo, con esta lesión, no estaba bien físicamente y venía bastante derrotado de antemano. He podido llegar aquí, pero no he podido clasificarme para semifinales”, comentaba.

En cuanto a la carrera en sí, en la que tenía marca para ser uno de los cuatro atletas que se clasificaran directamente por puestos para las semifinales, la resumía así: “Sabiendo cómo estaba, he salido lento, a ver si podía recoger algún cadáver (adelantar a algún rival cansado, en el argot del atletismo). Al pasar la primera valla me he sentido bien, he pensado que podía cumplir y me he motivado, pero la motivación me ha durado solo un par de vallas más, porque he notado que no estaba bien y no progresaba. A partir de ese momento me he sentido fuera de carrera hasta el final. Si competir en un Mundial es difícil en óptimas condiciones, cuando no estás al 100% se convierte en algo imposible... Solo puedo decir que he sido fiel a mis valores y lo he dado todo hasta el final. Quería que, pasara lo que pasara, no fuera por falta de esfuerzo, para no arrepentirme”.

Sergio Fernández se centrará ahora en la prueba de España del 4x400 metros, en la que hay cinco atletas, por lo que uno se quedará fuera. Y, mirando más hacia adelante -en 2020 afronta la oportunidad de participar en sus segundos Juegos Olímpicos-, decía ayer: “Voy a seguir trabajando, haciendo todo lo mejor posible. Sé que un día llegará lo bueno y todo cobrará sentido, incluso carreras como la de hoy (por ayer)”.

Coleman intimida El estadounidense Christian Coleman, el más rápido del mundo los dos últimos años, marcó territorio en los 100 metros desde su primer contacto con la pista del estadio Khalifa en la jornada de apertura de los Mundiales. El velocista de Atlanta fue el único que bajó de los 10 segundos (9.98) entre los 45 que participaron en la primera ronda, que no se cobró ninguna víctima relevante.

Su compatriota Justin Gatlin, que defiende en Doha su corona con 37 años (14 más que Coleman) acreditó el tercer mejor tiempo al ganar la segunda serie con 10.06. La segunda plaza del sumario fue para el sudafricano Akani Simbine, vencedor de la primera carrera con un crono de 10.01.

Pero los 100 metros añoran a Usain Bolt, el jamaicano que durante nueve años, los que van desde su explosión en los Juegos de Pekín 2008 hasta su retirada, cojeando sobre la pista, en Londres 2017, forzó los límites de la velocidad humana con su récord de 9.58 en los Mundiales de Berlín 2009.

En salto de longitud, el cubano Juan Miguel Echevarría, líder mundial del año, necesitó un solo salto para meterse en la final de hoy. La marca exigida era de 8,15 metros y el cubano voló hasta los 8,40.

Por otra parte, Jakob Ingebrigtsen, el menor de los tres hermanos noruegos que compitieron en la primera ronda de 5.000 metros, fue descalificado tras la carrera por pisar fuera de pista durante la primera serie. El campeón de Europa de 1.500 y 5.000 había terminado cuarto en la carrera y pasaban automáticamente los cinco primeros, pero minutos después los jueces le aplicaron el reglamento y no podrá acompañar en la final a sus dos hermanos mayores, Henrik y Filip, que se habían ganado el puesto en la segunda serie. - D.N./Efe