Iñaki Narros (28-5-1981) renovó el martes con Basket Navarra y cumplirá su duodécima temporada en Pamplona. A sus 39 años, el alero pamplonés capitaneará un equipo con muchos jugadores jóvenes con los que pretende disfrutar en la pista. Lejos de abatirle, el parón por el coronavirus ha servido de motivación para Narros, que se encuentra “con fuerza, ganas, hambre y físico” como para seguir “todo el tiempo que le deje el cuerpo”.

Ha renovado con Basket Navarra, donde va a cumplir doce temporadas.

-La verdad es que estoy muy ilusionado. Si renuevo, es porque me siento con fuerzas, con ganas y con hambre. Y más después de no haber podido terminar el año pasado. Estoy con más ganas todavía de disputar una temporada completa y con salud.

¿Cómo se encuentra anímicamente para iniciar este nuevo año?

-Me encuentro bien. Un año más viejo, pero como el equipo está fichando a jugadores jóvenes ellos lo compensan. La verdad es que me veo con muchas ganas de empezar la próxima temporada.

El año pasado jugó todos los partidos, con una media de 31 minutos. ¿Se mantiene físicamente?

-Estoy bien. Lo que pasa es que ahora tenemos que tener cuidado -yo y todos- porque entre el verano y el confinamiento es mucho tiempo sin jugar. Aunque hayamos hecho cosas, no tenemos ritmo de competición y hay mucho más riesgo de lesión. Por lo demás, me encuentro bien. Estoy preparándome para la pretemporada y con muchas ganas de empezar.

¿Ha podido entrenar durante el confinamiento?

-Bueno, en casa hemos hecho lo que hemos podido. Mi mujer me ayudaba y mis hijas se subían encima y aportaban su granito de arena. Ahora, estamos intentando preparar la puesta a punto con los preparadores físicos, que con ellos es mucho más fácil todo.

¿Se planteó dejar el baloncesto durante el parón?

-No, fue todo lo contrario. No podía haber estado tantos años sufriendo con el baloncesto para encima dejarlo sin jugar. Por mi cabeza no pasó en ningún momento retirarme de esta forma. Y más estando bien como estaba. Otra cosa es que hubiera estado arrastrándome, lesionado o algo similar. Pero no era el caso, así que no se me pasó en ningún momento por la cabeza dejarlo sin jugar.

¿Cómo cree que se puede iniciar el baloncesto el año que viene?

-Es un tema bastante delicado, con muchas opiniones distintas. Como es todo imprevisible y nadie sabe a ciencia cierta qué es lo correcto, creo que tenemos que vivir con ello, con mucho cuidado y haciendo caso a los que saben. Yo creo que parar no es lo idóneo porque quedarnos en casa en malo para todo el mundo.

Basket Navarra jugará en el grupo este de LEB Plata, donde hay muchos desplazamientos...

-La verdad es que la Federación no tiene un trato de favor con nosotros. No sé qué le habremos hecho, porque nos quitan cuatro viajes de una hora de trayecto y nos meten un grupo en el que el más cercano está a tres horas y encima es solo uno. Los demás, se van a cinco o seis horas. Creo que los viajes van a ser un desgaste físico añadido y que nos complica un poco más el asunto. Pero bueno, ante las adversidades hay que hacerse fuerte y lo que tiene que hacer esto es motivarnos para sacar todo adelante.

¿Qué le parece el proyecto del equipo, en el que estará rodeado de muchos jugadores jóvenes?

-Al margen de la edad, lo importante es que, por lo que me dice el entrenador Jordi Juste y lo que se ve, son gente que viene con hambre, con muchas ganas de demostrar. Son jugadores físicos, rápidos y con mucha hambre. Creo que estas señas de identidad son muy positivas para empezar, para hacer un gran año y darlo todo en la pista. Si nos dejan jugar, que espero que sí, deseo que los nuevos se unan a nosotros y disfruten con nosotros.

¿Se plantea el objetivo del ascenso a LEB Oro?

-No. Yo creo que el objetivo este año tiene que ser competir cada partido e ir día a día. El objetivo claro tiene que ser ir partido a partido, lucha tras lucha, sin importar el rival al que nos enfrentemos y ya veremos hasta dónde llegamos. No tenemos un equipo con nombres, somos un club humilde, pero para nada somos un equipo malo. Entonces, tenemos que trabajar muy duro y luego los resultados nos pondrán donde nos tengan que poner en la clasificación.

Tiene usted el récord de participaciones en Basket Navarra con 302. ¿Hasta dónde puede llegar?

-La verdad es que nunca me había planteado alcanzar esta cifra. Siempre he querido disfrutar del baloncesto todo lo que pueda, lo que me deje el cuerpo y darlo todo en cada partido. El coronavirus ya me ha quitado algún partido extra para apuntar en el casillero. Pero bueno, solo pienso en disfrutar los partidos que vienen y llegaré hasta donde tenga que llegar.

¿Le gustaría seguir vinculado al baloncesto al terminar su carrera?

-Me encantaría, porque al final es mi pasión. Llevo toda la vida con el baloncesto, acumulo 22 años como profesional más alguno que he estado fuera de chaval y no he conocido otra cosa. Sería importantísimo para mi salud mental poder seguir en el baloncesto.

¿Tal vez como entrenador?

-Bueno, de la forma en la que pueda aportar mi granito de arena. De momento soy jugador y eso es lo único que me planteo.

También deberá dedicar tiempo a su familia y a sus dos hijas.

-Sí, por supuesto. Aquí están mis dos hijas a tope y hay que cuidarlas mucho. Antes de tenerlas, me saqué el título de entrenador y estuve entrenando en categorías inferiores. Pero ahora con las hijas no se puede llegar a todo: entrenar mañana y tarde y luego ir corriendo de un lado a otro con los chavales era imposible. Al final, tuve que quedarme con mis chavalas.