pamplona - El polideportivo de Altza de San Sebastián se construirá según el proyecto de una Unión Temporal de Empresa (UTE), compuesta por los equipos navarros de arquitectos Chocarro&Herranz, especializado en instalaciones deportivas, y Tabuenca&Leache, más dirigido a obras públicas en general. La junta de gobierno, celebrada en el Ayuntamiento de San Sebastián, dio su aprobación a la designación de esta firma, que fue elegida por el jurado del concurso a mediados de diciembre.

Los trabajos no comenzarán este año, según explicaron miembros del equipo ganador a este periódico, ya que no solo es necesario elaborar los proyectos definitivos, sino también, sacar a concurso la ejecución de las obras. Los requisitos legales y burocráticos retrasarán aún más de un año el arranque de los trabajos, que requerirán 18 meses de actuaciones. Es decir, que la instalación estará concluida a finales de 2018 y será una de las principales inversiones de los años próximos para el Consistorio donostiarra. En un principio, el Ayuntamiento tiene previsto gastar cerca de ocho millones de euros en la nueva instalación.

El plan de obras intentará que las canchas deportivas puedan seguir utilizándose durante gran parte del periodo de trabajos, algo que no podrá producirse en el caso de las piscinas. Precisamente, los vasos actuales se aprovecharán en el futuro complejo y el nuevo edificio se construirá en torno a ellos. Por este motivo, el barrio se quedará sin instalaciones de natación durante la ejecución del nuevo edificio.

El futuro recinto de las piscinas contará con un gran ventanal que dotará de luz natural a la instalación, aunque no tan grande como el existente en la actualidad, que ocupa una de las fachadas en su totalidad. La necesidad de ahorrar energía, a la que obliga el pliego de condiciones del concurso, ha aconsejado hacer más bajo el ventanal, aunque su altura será de tres metros.

La futura construcción tendrá cuatro pisos. En el sótano estarán las instalaciones de las piscinas y un estacionamiento subterráneo. En el primero, las piscinas, gimnasios de fitness y vestuarios de la zona de agua. En la segunda planta se ubicarán las salas destinadas a prácticas con monitor y en la tercera, sobre el techo de la piscina, las canchas polideportivas entre otras instalaciones.

Las especificaciones del Ayuntamiento en el pliego de condiciones contemplaban un edificio compacto, siguiendo el modelo del de Benta Berri, el último polideportivo construido en San Sebastián.

ruina prematura El de Altza, por su parte, ya tiene más de 23 años y estaba afectado por una ruina prematura, según explican los arquitectos responsables del proyecto ganador. Los vapores de cloro y la humedad habían provocado una oxidación generalizada que hizo que la estructura se viese afectada por una situación de ruina que ha obligado al Ayuntamiento a llevar a cabo una drástica rehabilitación del inmueble que, en la práctica, supondrá una nueva edificación.

Tanto el equipo ganador como los demás finalistas han presentado su propuesta en el barrio de Altza, tal y como les pidió el Ayuntamiento. Además de construir un edificio nuevo, el proyecto ganador debe ocuparse también de los espacios libres de alrededor. En el exterior de la edificación están contempladas piscinas al aire libre, así como una reordenación urbana de la zona, que permite conseguir un espacio peatonal en uno de los puntos neurálgicos del barrio de Altza.

En una primera fase del concurso convocado por el Consistorio se presentaron 26 equipos y, en la segunda, fueron elegidos cinco: los estudios ganadores y Fernando de Andrés, Jorge Barata-Iglesias Veiga Arquitectos, LKS-Vaumm y Álvaro Pérez de Amezaga. Este último sustituyó a la UTE Uzcanga Arquitectos, que había sido incluida entre el quinteto finalista por error, ya que se habían contabilizado mal los puntos.

Los ganadores deberán entregar el proyecto básico en tres meses y dispondrán de otros cuatro para elaborar el de ejecución. El precio de los trabajos será de 800.000 y 115.000 respectivamente.

“este concurso nos viene bien”

Satisfacción. Ganar el concurso para construir el polideportivo de Altza resultó un regalo navideño para el equipo ganador, según explicó a este periódico un miembro de la UTE vencedora. “Nos avisaron de la decisión poco antes de las Navidades, por lo que el Olentzero llegó antes de lo previsto”, dijo. “Existe una gran crisis en la construcción y somos uno más de la cadena, por lo que el resultado del concurso nos viene muy bien”, añadió.

Un año de concurso. El concurso ha estado condicionado por varios retrasos. En la primera fase hubo que resolver varios recursos de colegios profesionales y en la segunda hubo un error al computar los cinco mejores trabajos, lo que obligó a rectificar.