pamplona - La fruta fresca se ha convertido en el producto de consumo habitual que más se ha encarecido en el último año, solo por detrás de los carburantes. En los últimos 12 meses (de julio de 2017 a julio de 2018) ha crecido cerca de un 13%, lo que se une a las subidas que venían registrándose en meses anteriores y sin que, según los agricultores, esto se deje sentir en los precios que perciben en el campo.

Solo los combustibles, que se han encarecido cerca de un 27% desde el pasado verano y que también repercuten de forma directa en los costes de producción agrarios, han subido más para los consumidores en la lista de 219 productos que conforman la cesta del IPC. Un aumento que ya se ha dejado notar en el consumo y del que los productos culpan a las cadenas de distribución. “No hay mucho secreto, no hay más que mirar al magnate y dueño de Mercadona -explica Félix Bariáin, presidente de UAGN, en referencia a Juan Roig, el tercer español más rico y 315 en el ranking mundial- o a cadenas de distribución que atravesaban problemas y ahora han mejorado sus resultados”.

De hecho las diferencias entre lo que perciben los agricultores y lo que cobran las cadenas de distribución al consumidor final no se han estrechado nada en los últimos cinco años. Más bien al contrario, según se refleja en Índice de Precios en Origen y Destino Así, por término medio, un consumidor paga 4,55 veces más de lo que cobra el agricultor, frente a los 4,23 de hace cinco años. Y en algunos productos, la diferencia alcanza proporciones enormes. El melón y la sandía se multiplican por ocho y por nueve; los melocotones, por cuatro; la ciruela, por cuatro y medio. Y en productos como la lechuga el tomate de ensalada, el pepino o el calabacín, las variaciones alcanzan el 300% o el 400% e n los últimos datos.

Bariain explica que este año ha sido especialmente sangrante el caso de la fruta de hueso, cuyos precios cayeron en origen de forma notable, hasta un 40%. “Y hemos visto cómo se triplicaba en los lineales de los supermercados y cómo entra producto de otros países que no cumple con el etiquetado ni con los controles” que existen aquí. Desde UAGN reconocen que existen canales para denunciar, así como una Ley de la cadena alimentaria que no siempre se cumple. “Hay mecanismos para denunciar, como la Comisión de la competencia”, explica Bariain, que apela también a la responsabilidad de los consumidores, como el mecanismo más eficaz. “Llamamos al consumo de producto local, de la máxima calidad, con todos los controles”, dice Bariáin, quien recuerda que, en el caso de las frutas, Navarra está perdiendo productores de manera continua. “O cambiamos algo o corremos el riesgo de que se convierta en una actividad residual”.